La historia de la termosolar española es una “Historia de éxito de la investigación” (ese fue el subtítulo que eligió el profesor Valeriano Ruiz -catedrático de Termodinámica en la Universidad de Sevilla- para “La electricidad termosolar”, obra que coordinó en 2010 y que recoge todos los hitos y todos los nombres clave por los que ha pasado esta tecnología en España a lo largo de los últimos treinta años). Todo comenzó en Andalucía a finales de los años setenta, cuando empezó a nacer allí la Plataforma Solar de Almería, que es hoy la meca –una de ellas– de la I+D solar termoeléctrica. Y todo cristalizó al fin, de manera exuberante, en el septenio 2007-2013, período a lo largo del cual comenzó a operar prácticamente todo el parque nacional, esos 2.300 megavatios aludidos, potencia termosolar muy diversa además, pues España es la única nación del mundo que puede presumir hoy de contar con ejemplos –con instalaciones operativas– representativas de todas las tecnologías termosolares de vanguardia.
Esa es la historia del éxito... y los últimos cuatro años son los de la travesía del desierto
De todo ello nos habla -en la última edición de Energías Renovables- el propio Valeriano Ruiz, alma mater de la termosolar made in Spain. Lo hace en un momento histórico que califica de “crítico” para el instituto que dirige, el Centro Tecnológico Avanzado de Energías Renovables, Ctaer, muy centrado en la I+D termosolar. El profesor Ruiz reflexiona en un marco, en un escenario, que es fruto de cuatro años de estrangulamiento del sector nacional de las energías renovables y, particularmente, de la termosolar, una tecnología que es profundamente española, pues son muchos los investigadores de primerísimo nivel –“Historia de éxito de la investigación”– que han surgido durante todos estos años al calor de la Plataforma Solar de Almería. Rescatamos aquí un par de apuntes, dos de las respuestas directas, que nos ha dejado Ruiz en esa entrevista.
En Estados Unidos la termosolar habla tanto castellano como inglés. En Australia, el programa más ambicioso de investigación y desarrollo de la termosolar lo dirige un sevillano del Betis. El presidente de la European Solar Thermal Electricity Association es un ingeniero madrileño. En termosolar, España tiene a los mejores. Del mundo. Señor Ruiz, ¿cómo es posible que –con ese cartel- no hayan sido capaces de convencer al Gobierno Rajoy de que siga apostando por la termosolar?
Llevamos intentándolo muchos años. En su momento, el Gobierno tomó las medidas que tomó, con la Ley del Sector Eléctrico de 1997, y el régimen especial. Eso fue lo que le dio el impulso inicial al sector. Eso, y los reales decretos correspondientes… Luego, por unas razones u otras –razones que sería largo de explicar así, de palabra-, el Gobierno frenó el asunto. Probablemente por influencia de las grandes eléctricas. En concreto, de Iberdrola… sobre todo de Iberdrola… Y de Endesa… Bueno, de las cinco… [se refiere a las mencionadas y a Gas Natural Fenosa, EDP y Viesgo, que integran la gran patronal eléctrica, Unesa]. El caso es que, después de ese impulso inicial, el Gobierno empezó a decretar en contra de las renovables hasta paralizarlas totalmente. Así de sencillo.
¿Imaginaba Valeriano Ruiz, cuando impulsó el Ctaer, que la situación iba a ser como está siendo?
«No, nunca lo pensé. En absoluto. No me podía pasar por la imaginación, nunca imaginé, que hubiera gente tan poco inteligente, tan poco patriota. Porque, en el fondo, están fastidiando a la mayoría de los españoles, así de sencillo. Están favoreciendo a cuatro empresas y fastidiando a la inmensa mayoría».
En las antípodas
Manuel Blanco es una de esas historias de éxito, uno de los científicos españoles de la termosolar que han partido al exilio, porque su saber es muy demandado, porque apenas hay en todo el mundo profesionales de ese nivel en el sector, y porque aquí no hay oportunidades. Blanco coordina, desde el Ctaer, el proyecto EU-Solaris, iniciativa paneuropea –“la más importante a día de hoy”, explica Ruiz– cuyo objetivo es aglutinar todos los centros de investigación del Viejo Continente en un órgano único que gestione la utilización de las infraestructuras de investigación. Blanco coordina este proyecto desde la remota Canberra.
Allí, este sevillano, que fue discípulo del profesor Valeriano Ruiz, dirige la Australian Solar Thermal Research Iniciative, iniciativa australiana en la que participan 125 investigadores y cuyo objetivo es reducir el coste de generación de las centrales termosolares hasta los 12 céntimos de euro por kilovatio hora en el horizonte 2020 (termosolar con acumulación en sales). En fin, materia gris made in Sevilla, fruto de una historia de éxito española, u otro cerebro exiliado que ahora se gana la vida en las antípodas del patriota mariano: “España es una gran nación y los españoles, muy españoles, y muchos españoles”.
«Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón».
Antonio Machado
(Sevilla, 1875; Colliure, 1939)