Podemos dividir estas oportunidades en cuatro grandes áreas: la gestión de activos, la optimización del uso de la energía, la continuidad de servicio y seguridad, y la sostenibilidad. Con este, iniciamos una serie de artículos en los que describiremos con detalle las oportunidades en cada uno de estos campos.
La evolución tecnológica está facilitando el acceso a la información en tiempo real llegando incluso a nivel de dispositivo. Podríamos decir que gracias al IoT, hoy en día todo es conectable y cualquier dispositivo es un servidor de datos. Este hecho obliga a todos los actores a replantear las prestaciones de los sistemas eléctricos y, como consecuencia, también las oportunidades de negocio asociadas, tanto en relación con la gestión eléctrica pura como en lo relacionado con las operaciones de mantenimiento. Aquí, en la detección de nuevas oportunidades, entra en juego la gestión de activos.
En este contexto repleto de datos, una vez obtenidos los de los diferentes equipos del sistema eléctrico, estos pueden residir “en local” (en la propia fábrica o edificio) o “en la nube”. En general, los datos en local nos van a permitir tomar decisiones más rápidamente, aunque con un nivel de información limitado (el adquirido en la propia instalación), mientras que el hecho de almacenar información en la nube nos permitirá contar con mucho más volumen de información como base de decisión, aunque con un tiempo de reacción más largo. En función de las diferentes necesidades del sistema es preciso definir una estrategia clara en lo relativo a la gestión de la información proporcionada por nuestro sistema.
En el caso del cloud, por ejemplo, es posible agrupar la información real de funcionamiento de una gran cantidad de dispositivos iguales que operan en diferentes instalaciones, lo cual permite conocer con mucho más detalle el comportamiento de dichos equipos. Así, la información recogida, su análisis mediante Inteligencia Artificial y algoritmos de Machine Learning, redunda en claras mejoras que impactan a toda la cadena de valor, desde los fabricantes hasta los usuarios finales pasando por las compañías que proporcionan servicios al parque instalado. Por un lado, los fabricantes obtienen información veraz del funcionamiento de sus productos que permite una mejora y evolución constante en base a resultados reales, añadiendo cada vez más valor a sus productos. Por otro lado, los usuarios finales de los equipos se benefician de esta mejora constante, pero también del conocimiento preciso del uso que permite avanzarse a posibles fallos de manera más precisa y eficiente gracias a algoritmos basados en una gran cantidad de información.
Si nos centramos en la información almacenada “en local”, el hecho de disponer de conectividad en los dispositivos eléctricos ofrece también información en tiempo real de la instalación abriendo las posibilidades de disponer de alarmas directamente conectadas con los equipos de mantenimiento para tareas correctivas.
Habitualmente, esta integración de los activos del sistema eléctrico pasa por la utilización de la infraestructura de comunicaciones del cliente, para estar disponible a nivel local o bien dándole acceso externo hacia y desde el cloud. En el caso de instalaciones remotas, pueden también utilizarse tecnologías de comunicación móvil con idénticas prestaciones. Adicionalmente, se están desarrollando opciones que cuentan, mediante la utilización de redes tipo LPWAN, con comunicación nativa y “plug&play” sin necesidad de configuración alguna de modo que los equipos o dispositivos eléctricos puedan convertirse en habilitadores de servicios digitales. El ejemplo del cuadro eléctrico con comunicación nativa sin configuración y sin necesidad de conectarse a una red existente está muy cerca de convertirse en realidad. Sin duda, un salto cualitativo en la fabricación de cuadros eléctricos, con su correspondiente reducción de costes, errores y, por lo tanto, time to market. Y, además, habilitados nativamente para proporcionar servicios digitales.
Al margen de la capacidad de comunicación de los dispositivos de un sistema eléctrico, hoy en día ya es posible utilizar la nube como contexto donde compartir información del sistema sin necesidad de que los dispositivos estén conectados y que revierte en múltiples ventajas para los actores del ecosistema, gracias a la trazabilidad de las operaciones sobre los activos a lo largo de toda su vida útil. Efectivamente, mediante la utilización de códigos QR asociados tanto a dispositivos individuales incluidos en cuadros eléctricos como a los cuadros en sí, es posible disponer de trazabilidad total de las operaciones de mantenimiento, manteniendo y conectando el conocimiento entre diferentes operarios, aumentando la eficiencia operativa de las tareas de mantenimiento y creando un sistema colaborativo real entre todos los actores, desde el fabricante del cuadro al personal de mantenimiento del usuario final.
Con la introducción de los códigos QR como método de identificación único, todos los actores de este ecosistema trabajan de manera más eficiente con la misma base de datos residente en la nube, maximizando su colaboración. De esta manera, y ligando de manera sencilla todas las tareas de mantenimiento de campo con un repositorio único de información conectable con GMAO o software de mantenimiento, los operarios pueden acceder al histórico de datos, pero también a las operaciones necesarias en tiempo real o a la programación de tareas de mantenimiento futuras. Es decir, toda la información pasada, presente y futura del cuadro está disponible para todo el personal que interactúa con este y todo, mediante el escaneo de un código QR con un teléfono móvil. Una revolución para el mundo del mantenimiento basada en la integración de equipos, GMAO y cloud. Y es tan sencillo como que un cuadrista cree inicialmente el código QR y se vaya actualizando por los diferentes actores durante todo el ciclo de vida del cuadro eléctrico.
Esta integración tiene un impacto directo en el modelo de negocio de todas las empresas que forman el ecosistema. El fabricante del cuadro eléctrico, por ejemplo, puede ofrecer más valor a sus clientes en forma de digitalización de su producto ya que la transmisión de la información relativa al cuadro se realiza a través de un repositorio único (residente en la nube) al cuál ambos tienen acceso vía el código QR. Con ello, se elimina toda la información transmitida en papel que a menudo se extravía y es difícil y costoso de actualizar a lo largo del ciclo de vida de la instalación. Adicionalmente, abre la posibilidad de nuevos negocios ya que a través del código QR se puede seguir el cuadro eléctrico a lo largo de toda su vida útil pudiendo potencialmente ofrecer servicios de mantenimiento, modernizaciones, etc.
En el caso del instalador la ventaja principal está en la puesta en marcha ya que toda la información necesaria para su puesta en funcionamiento reside en el propio cuadro digitalmente. El operario no necesita información extra en papel u otros medios, todo lo que necesita se encuentra en el QR. Es más rápido, eficiente y productivo manteniendo al 100% la seguridad. Para el mantenedor, supone una herramienta fácil de usar que le permite reducir costes y generar eficiencias. El usuario final, gracias a toda la cadena de valor, goza de una instalación con menos paradas imprevistas y menores costes de mantenimiento.
En resumen, la adopción de las nuevas tecnologías, desde la conectividad de los dispositivos del sistema eléctrico, en local o en la nube, hasta la simple utilización de códigos QR con información asociada en el cloud combinada con el uso de un teléfono móvil, está habilitando una gestión mucho más eficiente de las instalaciones eléctricas. Al mismo tiempo, se están creando nuevas oportunidades de negocio para los diferentes actores del mercado, desde los fabricantes de cuadros eléctricos hasta los mantenedores, pasando por los instaladores para, finalmente, revertir en una mejora para el usuario final de las instalaciones.