En todo caso, el referente de la banca ética considera que habrá que esperar a ver el resultado de las subastas ya que los precios de las recientes subastas de Portugal (cuyo mercado eléctrico, costes de inversión y explotación, y recurso renovable es igual o similar al nuestro) “podrían ser insuficientes para muchos proyectos”.
Miguel Ángel Amores considera que “hubiera sido deseable que la duración del precio de la subasta sea superior a 12 años para la solar, eólica e hidroeléctrica ya que este plazo hará que las financiaciones (habitualmente 15-18 años) tengan exposición plena a riesgo mercado en los últimos años, lo que afectará a las condiciones de financiación”.
Por otra parte, en esta primera subasta “no se ha incluido un cupo especial para proyectos de tamaño reducido, lo cual hubiera sido deseable para fomentar este tipo de instalaciones de menor impacto ambiental y para permitir el acceso a entidades de menor tamaño evitando la concentración de proyectos en grandes grupos”.
En Triodos Bank, que siempre ha mostrado un compromiso con la aceleración de la transición energética desde hace 40 años, creen que las subastas ayudarán a la descarbonización de nuestra economía facilitando el cumplimiento de los objetivos del PNIEC “ya que ésta es una opción adicional a las otras alternativas existentes: PPA, riesgo mercado puro. También estimula los proyectos de almacenamiento, lo que sería clave para aumentar la penetración de las renovables en el sistema eléctrico, ya que la mayor parte de las mismas no son gestionables”.
Adicionalmente, estas subastas “deberían permitir abaratar el precio de la energía eléctrica a la mayor parte de los consumidores. Y desde el punto de vista económico, impulsar las energías renovables significa apostar por un sector que fabrica la mayor parte de sus componentes en España, intensivo en mano de obra cualificada y con proyección de futuro. Finalmente, nos permite mejorar la balanza de pagos de nuestra economía, reduciendo las importaciones de combustibles fósiles y fomentado un sector con gran potencial exportador”.
Por otra parte, “es cierto que hay aspectos criticados por algunas empresas especialmente porque este mecanismo inevitablemente introducirá algunas distorsiones en el mercado eléctrico y ciertos consumidores (principalmente los grandes industriales que consumen en horas valle, las más baratas) podrían pagar algo más cara la electricidad”. Amores explica que “esto es debido a que el precio de la electricidad de las subastas será prácticamente fijo en todas las horas del día, por lo que existirá un mecanismo de ajuste para compensar las diferencias de precio con el del mercado eléctrico”.
En este sentido, hay algunas empresas que consideran que las subastas no son hoy en día necesarias en España porque el propio mercado ya está promoviendo suficientes proyectos para cumplir el PNIEC sin necesidad de las mismas. “El principal cuello de botella para el desarrollo de las renovables a medio plazo es el riesgo de caída del precio de la electricidad a largo plazo (especialmente en plantas fotovoltaicas por la producción masiva de energía solar al mediodía) y las subastas cubrirían una parte significativa de este riesgo”.
Por todo ello, apunta Miguel Ángel Amores, “a falta de revisar todos los detalles y de ver el precio final de las subastas, mi valoración es favorable porque supondrá una
aceleración de la reducción de gases de efecto invernadero, financiación en principio más accesible, reducción del precio de la electricidad para la mayor parte de consumidores, y crecimiento económico y de empleo”.