El estudio, publicado en la revista científica The Lancet Planetary Health, estima que “las actuales estrategias nacionales cuestan 7,5 billones de dólares y podrían conllevar un 5 por ciento menos de muertes relacionadas con la contaminación atmosférica entre 2020-2050, si se comparan con las estrategias de no contención que se aplican actualmente: 128 millones de muertes debido a la no contención frente a los 122 millones de muertes si se realizan intervenciones en cada país”.
Sin embargo, estima bastantes menos si se opta por dos de los compromisos emanados del Acuerdo de París sobre cambio climático: se reducirían entre un 21 y un 27 por ciento si se cumpliera el objetivo de detener el aumento de la temperatura en 2°C (las muertes estarían entre 93 y 101 millones) y del 28 al 32 por ciento si se cumpliera el objetivo de bajar de 1,5°C (entre 87 y 92 millones de muertes).
La investigación recuerda que, en general, los costes de la aplicación del Acuerdo Climático de París partían del 0,5-1% del PIB global (entre 22 y 41,6 billones de dólares) para el objetivo de los 2°C, y del 1-1,3% PIB global (entre 40 y 56 billones) para el objetivo de 1,5°C. Explican que, “dependiendo de la estrategia utilizada para mitigar el cambio climático, los cálculos sugieren que los ahorros en sanidad derivados de la reducción de la contaminación atmosférica serían entre 1,4 y 2,5 veces mayores que los costes de la contención del cambio climático a nivel mundial”.
Tres estrategias para no llegar ni a los 2ºC ni al 1,5ºC
Los autores han combinado varios modelos actuales para calcular los niveles de emisión, las muertes relacionadas con la contaminación atmosférica y sus costes, los costes de la contención del cambio climático y los beneficios resultantes en sanidad para Estados Unidos, 27 países miembros de la UE, China, India y el resto del mundo.
Han modelizado las consecuencias derivadas de la falta de actuación, de mantener las actuales políticas nacionales y de aplicar y financiar el Acuerdo de París a través de tres estrategias diferentes para lograr el objetivo de frenar el aumento de temperatura por debajo de los 2°C y de los 1,5°C.
Las tres estrategias se basan en que los países más ricos sean los primeros en reducir sus emisiones y que otros países lo hagan después (estrategia de capacidad); que todos los países reduzcan sus emisiones al mismo ritmo, de manera que las proporciones de emisiones actuales se mantengan iguales entre los países (estrategia de tasa constante de emisiones); y que todos trabajen para tener las mismas tasas de emisiones por persona para 2040 (estrategia de misma tasa per cápita).
India y China conseguirían los mayores ahorros en sanidad
Sampedro matiza que “las muertes que recogemos en nuestro estudio son las derivadas de la exposición a altos niveles de contaminación, concretamente medimos la exposición a partículas (PM2.5) y al ozono (O3). El trabajo se centra en el efecto de estos contaminantes en enfermedades respiratorias, cardíacas y pulmonares obstructivas crónicas, derrame cerebral, cáncer de pulmón e infecciones respiratorias agudas de vías bajas.
Con los tres escenarios propuestos, el estudio adelanta que “los países que probablemente gozarían de los mayores ahorros en sanidad derivados de una mejor contención del cambio climático serían India y China”. “Esto se debe –explican– a que estos países tienen mucha población, gran parte de la cual está expuesta a niveles de contaminación superiores a los aceptables”.
UE y Estados Unidos, menores ahorros
Por el contrario, en UE y Estados Unidos, “aunque los ahorros en sanidad calculados podrían suponer una gran aportación frente a los costes de las políticas, no bastan por sí solos para compensar completamente el coste”. Pero se indica que dichos ahorros son uno de los muchos beneficios de la reducción del cambio climático.
Los autores reconocen que sus cálculos sobre los costes sanitarios solo tienen en cuenta las muertes y enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica. Advierten de que aumentarían los ahorros si se incluyen otras enfermdades.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud ha alertado en varias ocasiones sobre las muertes asociadas al cambio climático provocadas por el cólera, la amplia distribución geográfica del dengue y fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor e inundaciones. En concreto, habla que para 2030 la cifra de muertes por malaria, enfermedades diarreicas, desnutrición y aumento de las temperaturas rondará las 250.000.
Contra los cálculos “cortos de miras, parciales e interesados”
En relación al estudio publicado en The Lancet, Philip Landrigan, de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai (Estados Unidos), afirma que su principal aportación es que “visibiliza los enormes beneficios, antes ocultos, de la contención del cambio climático para la economía y la tasa de mortalidad y demuestra que dichos beneficios son mayores que los costes de la prevención del cambio climático”.
Landrigan va más allá y añade que “los argumentos políticos y económicos en contra de la contención del cambio climático y el control de la contaminación suelen basarse en cálculos cortos de miras, parciales e interesados que solo tienen en cuenta los costes tangibles, concretos y relativamente fáciles de calcular del control de emisiones”.