El 18º Observatorio Europeo de los Mercados de la Energía de Capgemini alerta a las grandes compañías eléctricas (utilities): "para recuperar la senda de la rentabilidad, estas empresas deben adaptar rápidamente sus modelos de negocio y acelerar su transformación digital con foco en la productividad, la agilidad y la innovación". El motivo está muy claro: las energías renovables están atrayendo cada vez más capitales al calor del cambio climático. "Tal como se determinó en la Cumbre del Clima celebrada en París (CoP 21) el año pasado -explica Capgemini-, el objetivo urgente de los gobiernos está en limitar el aumento de la temperatura del planeta a menos de 2°C, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero". Además -continúa el Observatorio-, "en particular, la Unión Europea tiene como meta una reducción del 40% de las emisiones para 2030".
¿Y cómo se está sustanciando todo esto?
Pues, según Capgemini, en un incremento considerable de la inversión en renovables. Más inversión lleva a más potencia de generación instalada y más potencia conduce inexorablemente a más kilovatios hora limpios en los mercados eléctricos. ¿Conclusión? La siguiente: el mayor peso de las renovables en el mix energético -sostiene la consultora- "ha desestabilizado el mercado de la electricidad" (otra conclusión podría ser que lo desestabilizado son las cuentas de ciertas empresas concretas, que no previeron el éxito de estas tecnologías y tampoco los nuevos escenarios). En todo caso, Capgemini llega a esa conclusión y, a continuación, viene a recetar una ralentización del ritmo de desarrollo de las renovables y, a la vez, una apuesta por las tecnologías de almacenamiento competitivas, "baterías, por ejemplo, que puedan optimizar el uso de la energía que se produce”.
Capgemini destaca "tres conclusiones principales" en su último Observatorio. Son estas
1. "Los precios de la energía renovable han continuado a la baja y es previsible que persista esa tendencia"
Durante los últimos 12 meses, los costes de las energías renovables han seguido cayendo: los costes de los parques eólicos terrestres (onshore) se están haciendo competitivos, mientras que los costes de los parques marinos (offshore) han caído por primera vez, hasta un mínimo de 87 euros por megavatio hora producido (87 €/MWh). Además -añade Capgemini-, continúa la bajada del coste de las instalaciones solares fotovoltaicas, previéndose una nueva caída del 20% en los próximos tres años.
Según el Observatorio, desde 2004, Europa está demostrando un gran interés por investigar, desarrollar y aplicar estas tecnologías. La consultora cifra las inversiones en renovables en Europa en 750.000 millones de euros, lo que representa una cuarta parte del volumen de inversión a nivel mundial, a pesar de concentrar tan solo el 7% de la población mundial. Según el informe de Capgemini, estos datos demuestran la voluntad europea de "adoptar rápidamente, en algunos casos demasiado, las tecnologías de renovables antes de que sean competitivas".
Capgemini acusa a las renovables de engordar el precio de la luz: "las subvenciones son financiadas por el consumidor final -dice su Observatorio- a través de impuestos especiales, que hacen subir los precios minoristas". Repetimos: las "subvenciones" (así las denomina Capgemini) las financia el propio consumidor "a través de impuestos especiales", o sea, que esas ayudas no las están financiando ni las utilities que compran electricidad en los mercados mayoristas y venden a sus clientes, ni los gobiernos. Las financian los consumidores.
Capgemini reedita, en su décimo octavo Observatorio, los dos tópicos de siempre. A saber: (1) la inmadurez de las tecnologías limpias de generación de electricidad (como si todas las tecnologías -eólica, geotérmica, termosolar, fotovoltaica- se encontrasen en el mismo estadio de desarrollo); y (2) lo carísimas que nos salen las renovables (como si producir un kilovatio hora en una instalación solar fotovoltaica de autoconsumo conectada a red costase lo mismo que generar un kilovatio hora en un parque eólico enclavado a 30 kilómetros de la costa).
Inmaduras y caras. El discurso de la consultora, en fin, está claro...
Y se articula así (son palabras de Colette Lewiner, experta en Energía y Utilities de Capgemini): “es urgente la reforma del actual sistema de subvenciones: resulta costoso y no está justificado para energías que están madurando". Sorprendentemente, y a la par que Lewiner critica las "subvenciones" a las energías renovables, la propia experta pide ayudas para el carbón: "el mercado europeo del carbón -sostiene- debe renovarse, imponiendo, por ejemplo, un suelo a los precios o estableciendo impuestos para incentivar las inversiones en iniciativas de reducción de emisiones”.
2. Segunda conclusión: los bajos precios, un riesgo para la salud del sector
La segunda de las "conclusiones principales" que destaca Capgemini es esta (la recogemos literalmente): "los mercados mayoristas de electricidad permanecen muy inestables y sus bajos precios representan un riesgo para la salud del sector, lo que debería acelerar su transformación para incrementar los flujos de ingresos rentables". La consultora asegura que dos han sido las causas que han provocado la caída en los precios del mercado mayorista de la electricidad: por una parte, los bajos precios del petróleo y el gas; por otra, el crecimiento de las renovables "en un mercado con exceso de capacidad" (esa es otra de las ideas -exceso de capacidad- que parece querer apuntalar Capgemini). El Observatorio señala el punto más bajo de ese precio: "al comienzo de 2016 -dice-, con 22 €/MWh frente a los 40 €/MWh de media de 2015".
La consultora arremete aquí contra la prioridad de despacho que se le reconoce a las renovables
Prioridad de despacho significa -grosso modo- que, siempre que haya una demanda (de electricidad) y dos aspirantes a satisfacerla (por ejemplo, el gas y la eólica) tiene prioridad la fuente limpia, que no emite gases de efecto invernadero (tiene prioridad precisamente por eso, por su condición de no causante de cambio climático). La consecuencia de ello -asegura Capgemini- es que las utilities -"o empresas de energía tradicional" (así las denomina la consultora)- están cerrando centrales eléctricas de gas o carbón, porque estas acaban operando demasiado poco tiempo como para alcanzar el umbral de la rentabilidad. El 18º Observatorio prevé por eso que "este año deberían retirarse del mercado siete gigavatios (7 GW, ó 7.000 megavatios) de capacidad, que se sumarían a los 10,7 GW de 2015, provocando una depreciación en las cuentas de las empresas eléctricas".
El Observatorio no aclara a qué cuentas de qué empresas se refiere
Y, ciertamente, no todas las eléctricas son iguales. Porque, aunque aún son escasas, hay utilities, como Acciona, que no tienen un solo megavatio de potencia sucia instalado, es decir, que solo generan electricidad en instalaciones que aprovechan fuentes limpias de energía. En el caso de Acciona, estamos hablando de un parque de generación integrado por instalaciones hidráulicas, eólicas, solares y de biomasa. Capgemini lo deja en todo caso ahí -se limita a decir "las cuentas de las empresas eléctricas" (como si todas las cuentas de todas las eléctricas dependiesen de las mismas fuentes)- y apela a continuación a otro de los tópicos clave del discurso anti-renovable: la garantía de suministro: "la reducción -dice- de esta capacidad de generación [se refiere al cierre de las térmicas de gas y carbón], utilizada para hacer frente a los picos de demanda, debilita la seguridad del suministro energético".
Es decir, que la consultora pasa en tiempo récord de describir "un exceso de capacidad"...
... A augurar debilidad en la seguridad del suministro energético. En el medio, los siete mil megavatios (7.000 MW) que "este año deberían retirarse del mercado" (europeo). El argumento tampoco parece particularmente sólido. Y el caso español (106.247 MW de potencia instalados) es, en ese sentido, paradigmático. Lo explicamos: el momento del año en el que más aparatos enchufamos todos los españoles simultáneamente a la red establece el denominado "máximo de potencia instantánea demandada". Pues bien, la punta máxima histórica (de potencia instantánea demandada) quedó registrada el 17 de diciembre de 2007, a las 18.53 horas, y fue 45.450 MW. Nunca después se ha alcanzado ese techo. Es más: el año pasado, año 2015, nos quedamos muy lejos de ese guarismo, pues el máximo quedó en 40.726 MW (registrados el 4 de febrero, a las 19.56 horas).
Es decir, que tenemos 106.247 MW de potencia dispuestos para generar electricidad, cuando, en el caso más extremo (el máximo histórico), apenas superamos los 45.000, guarismo que muy probablemente tardaremos muchos años en volver a alcanzar, dados, entre otros, varios factores. Señalaremos aquí solo dos, quizá los más decisivos. Uno: la renovación del parque de electrodomésticos, luminarias, alumbrado público (señalética), la rehabilitación de viviendas, los nuevos patrones constructivos (más exigentes en materia de eficiencia), etcétera, etc... Todo ello supondrá ahorro, ahorro y ahorro. Y dos: la realidad demográfica probada (en los últimos cinco años España ha perdido más de 200.000 habitantes) y prevista (el Instituto Nacional de Estadística estima que el país perderá otros 500.000 en los próximos quince años) señalan en la misma dirección: menor demanda de energía.
Más argumentos en contra del tópico -si cerramos las térmicas de carbón peligra la seguridad de suministro- que esgrime Capgemini
El operador del sistema eléctrico nacional, Red Eléctrica de España, considera que "un escenario donde se asegure el suministro debe contar con un índice de cobertura no inferior a 1,1, ó, lo que es lo mismo, que presente más de un 10% de reserva de capacidad de cobertura de la punta de demanda prevista". ¿Y qué ocurre? Pues que ese valor se ha situado en 2015 en el 1,37. En fin, que el suministro está más que asegurado (casi un 25% por encima de lo necesario, según REE). En materia de "potencia eléctrica" sucede como en tantos otros aspectos de la realidad española (aeropuertos en Castellón, autovías en modo rescate, millones de viviendas vacías): a los promotores se les subió la burbuja a la cabeza y sobra infraestructura. Así, no son pocas las voces que demandan desde hace años el cierre de las centrales térmicas de carbón (que en España suman una potencia de 10.936 MW).
Aunque cerráramos todas las térmicas del país mañana, quedarían aún 96.000 MW de potencia (¿demanda máxima?: 45.000)
La falacia de la seguridad (la falacia del respaldo: dejemos el carbón por si acaso no sopla suficiente el viento) la pone de manifiesto también un reciente estudio de la Agencia del Medio Ambiente y la Matriz Energética de Francia -«Hacia un mix eléctrico 100% Renovable en 2050»- un documento que describe la ruta francesa hacia el 100% renovable en el horizonte 2050. Pues bien, esa agencia del Gobierno galo calcula que, para garantizar el suministro en todas las horas del año en aquel país, sería necesario instalar una capacidad de almacenamiento de 0,35 gigavatios (GW) por cada GW renovable instalado.
En España hay 30 GW renovables (gran hidráulica excluida). Necesitaríamos pues unos 10,5 GW de capacidad de almacenamiento. Bueno, pues tenemos más de 50. A saber: 7.534 MW de potencia nuclear (7,5 GW), 10,9 de carbón, 24,9 de ciclos combinados de gas, 6,6 de cogeneraciones, más de 6 de bombeos (y otros 2 en proyectos) y un buen puñado de centrales termosolares con tanques de sales que almacenan el sol del día (el calor) para generar con él electricidad durante la noche, o sea, que también funcionan (pueden funcionar) como respaldo del sistema.
3. Tercera conclusión del informe de Capgemini: los nuevos retos
"Al calor de la transición energética -explica Capgemini-, están emergiendo nuevos modelos de producción descentralizada y de consumo, que plantean nuevos retos para los gestores de las redes eléctricas". Llegados aquí, la consultora apuesta por las redes inteligentes y, sobre todo, señala que "los gestores de redes están interesándose cada vez más en sistemas y tecnologías de almacenamiento para ayudar a equilibrar el consumo con la producción". Y las baterías son una de esas formas de almacenamiento. Capgemini señala que aún son caras, pero apunta que "el precio de las de litio-ión está cayendo y se espera que siga disminuyendo en el futuro, por lo que se prevé -asegura la consultora- que sean una solución óptima a futuro".
Otra forma de conseguir el equilibrio entre oferta y demanda -dice el informe- es "hacer más flexible el consumo, sincronizando los precios para que reflejen la bajada de costes de producción cuando las renovables producen un mayor volumen de electricidad". Es decir, que la propia consultora reconoce que las energías renovables bajan el precio de la electricidad. Paradójicamente, Capgemini insiste en sus conclusiones finales en que "es esencial que la Unión Europea acelere las reformas, en particular sobre el mercado del carbón y la financiación de las renovables" (su propuesta ya la hemos apuntado arriba).
En todo caso, la resumimos aquí
A saber: la consultora, por una parte, pide la eliminación de las "subvenciones" para las tecnologías renovables maduras (subvenciones de las que dice son costosas e injustificadas); a la par que pide ayudas para el carbón, que es, de entre todas las tecnologías de generación de electricidad, la que más emisiones de gases de efecto invernadero produce. Por lo demás, las políticas de ayudas (o "subvenciones", como dice el informe) a las energías renovables -esas subvenciones que considera injustificadas- no llegaron arbitrariamente, sino como reconocimiento de que las tecnologías de generación renovables no emiten CO2, ergo no son causantes de cambio climático.
Por último, Capgemini reconoce que "también es urgente la necesidad de transformación de las grandes empresas energéticas tradicionales, especialmente a través de la innovación e inversión en nuevos modelos de negocio que eleven sus flujos de rentabilidad".
La consultora define su Observatorio Europeo de los Mercados de la Energía como "una fuente de información sectorial de referencia". Con carácter anual, este estudio "analiza los principales indicadores de los mercados de gas y electricidad en Europa e informa sobre la evolución y la transformación del sector". Capgemini explica que ha elaborado esta 18ª edición "a partir de la conjunción de datos públicos con los modelos de Capgemini específicos para el sector energético", y señala que su informe se basa "en datos de todo 2015 y del periodo invernal 2015/2016". El estudio también incluye información sobre los retos del cambio climático y el comportamiento de los clientes aportada, respectivamente, por los equipos de investigación de I4CE y Vaasa ETT.
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