El quinto aniversario del Acuerdo de París llega con buenas noticias: la UE se compromete a elevar la reducción de emisiones hasta, al menos, el 55% en 2030. En un ambiente propicio para aumentar los compromisos climáticos, el hueso más duro de roer ha sido una vez más Polonia, cuya economía sigue siendo muy dependiente del carbón. También Hungría y República Checa han insistido con la idea de que algunos países necesitan más apoyo económico para hacer la transición energética ya que parten de posiciones más atrasadas. A partir de ahora, los países deben negociar este porcentaje con la Comisión Europea (CE) y el Parlamento Europeo antes de fijar el objetivo final.
Este compromiso de reducción de emisiones estaba ligado al desbloqueo del presupuesto y el fondo de recuperación que se produjo ayer, cuando Polonia y Hungría dieron su brazo a torcer. E incluirá “herramientas y partidas que tendrán que utilizarse para alcanzar ese objetivo, como los 17.500 millones de euros previstos para el Fondo de Transición Justa”, tal y como recoge Efe.
El acuerdo llega después de que la Comisión Europea haya pedido que el esfuerzo llegue a “al menos el 55%” y el Parlamento Europeo haya elevado esa ambición hasta el 60% respecto a los niveles de 1990, frente a la meta del 40% fijado actualmente. Las organizaciones ecologistas habían pedido que la reducción llegase al menos 65% en 2030.
Las tres instituciones comunitarias tendrán que negociar el documento final, cuyo resultado definitivo llegará después de que el Reino Unido haya anunciado su intención de recortar sus emisiones un 68% en 2030 y de que también hayan renovado o ampliado sus compromisos climáticos otros países como China, Corea del Sur, Japón o Sudáfrica.
La decisión de los líderes llega en vísperas de que el sábado se celebre un encuentro virtual para celebrar el quinto aniversario del Acuerdo de París y tratar de evitar que la temperatura del planeta a final de siglo suba más de 1,5°C en comparación con los niveles preindustriales.