"Hoy en día, cinco meses después de la adopción de la estrategia de la Unión de la Energía, este paquete de verano pone de manifiesto nuestra determinación de descarbonizar la economía y ofrecer a los consumidores un papel central en la transición energética de Europa. [Este paquete] no solo implica un nuevo acuerdo para los consumidores, sino un nuevo acuerdo para la totalidad del sistema energético de Europa". El discurso del vicepresidente Šefčovič parece, en efecto, irreprochable, si bien el paquete en cuestión no ha satisfecho las expectativas de todos los actores (los ecologistas, por ejemplo, han sido bastante críticos con él). Sea como fuere, y según el comunicado que ha difundido la Comisión Europea, el objetivo de este paquete es ofertar, en el marco de la estrategia de la Unión de la Energía, "un nuevo acuerdo para los consumidores de energía, rediseñar el mercado europeo de la electricidad, actualizar el etiquetado de eficiencia energética y revisar el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE".
Un paso más
El paquete quiere ser "un paso más" en pos de la aplicación de la estrategia de la Unión de la Energía, que fue presentada como una de las prioridades políticas de la Comisión Juncker el pasado mes de febrero. Las propuestas ahora perfiladas por la Comisión pretenden "dar relevancia al principio de eficiencia energética en primer lugar" y apuestan por otro lado por situar "a los hogares y a los consumidores comerciales en el centro del mercado europeo de la energía", según la CE. En línea con las declaraciones hechas por el vicepresidente Šefčovič, el español Miguel Arias Cañete, comisario de Acción por el Clima y Energía, ha enviado un "mensaje a los inversores, las empresas y la industria: inviertan en energías limpias; están aquí para quedarse y seguir creciendo. Con estas propuestas, Europa está, una vez más, mostrando el camino y liderando la transición mundial hacia una sociedad hipocarbónica". El mensaje europeo del comisario Cañete contrasta pues con la política energética que está ejecutando el Gobierno Rajoy puertas adentro, una política de fuerte apuesta por el gas natural (y por el fracking) y, complementariamente, muy "crítica" con las energías renovables.
Lo que hay en el paquete
El paquete de verano incluye una propuesta de revisión del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea, propuesta que la Comisión ha redactado "a fin de garantizar que [ese régimen] siga siendo la manera más eficaz y rentable de reducir las emisiones en la próxima década". ¿Objetivo último? "Reducir al menos un 40% las emisiones UE de gases de efecto invernadero antes de 2030" (véase). Otra de las claves de este paquete es la eficiencia energética, que la CE define como "principio nuclear de la estrategia de la Unión de la Energía, ya que es una manera eficaz de reducir las emisiones, de que los consumidores ahorren y de reducir la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles". La CE califica de éxito el etiquetado energético, pero "propone volver a la escala de etiquetado de energía original de A a G, más sencilla y más comprensible para los consumidores". En ese sentido, la CE asegura que la propuesta de revisión de la Directiva sobre el etiquetado de la eficiencia energética "garantiza la coherencia y la continuidad, y asegura que los consumidores puedan realizar más elecciones con conocimiento de causa, lo que les ayudará a ahorrar energía y dinero".
La ciudadanía, el centro de la Unión de la Energía
La CE, reconociendo que los ciudadanos deben constituir el centro de la Unión de la Energía, presenta una Comunicación sobre un nuevo acuerdo para los consumidores de energía, basado en una estrategia de tres pilares:
1) ayudar a los consumidores a ahorrar dinero y energía a través de una mejor información;
2) proporcionarles un abanico más amplio de actuación a la hora de elegir su participación en el mercado de la energía;
3) mantener el máximo nivel de protección de los consumidores.
"Los consumidores -dice literalmente la Comisión- tienen que estar tan bien informados y capacitados como los compradores y los vendedores en los mercados mayoristas, a través de facturas y normas de publicidad más claras y herramientas de comparación de precios fiables, y potenciando asimismo su gran poder de negociación mediante regímenes colectivos (tales como el cambio colectivo de proveedor y las cooperativas de energía)". Por último -añade la CE-, los consumidores "deben tener la libertad de generar y consumir su propia energía en condiciones justas para ahorrar dinero, proteger el medio ambiente y garantizar la seguridad del suministro", lo que ha sido entendido por muchos actores del sector doméstico como un mensaje claro de apoyo al autoconsumo, esa fórmula de ahorro de energía que el Ejecutivo Rajoy mantiene secuestrada desde hace ya casi cuatro años.
Nuevo diseño del mercado de la energía
La estrategia de la Unión de la Energía -explica la Comisión- está concebida para contribuir a la consecución de los objetivos en materia de clima y energía para 2030 "y garantizar que la Unión Europea se convierta en líder mundial en energías renovables". El logro de estos objetivos -continúa la CE- requerirá "una transformación radical del sistema de energía eléctrica de Europa, incluido el nuevo diseño del mercado europeo de la electricidad". La Comunicación presentada por la Comisión pone en marcha una consulta pública sobre cómo debería ser el nuevo diseño del mercado de la electricidad para satisfacer las expectativas de los consumidores; aportar beneficios reales de las nuevas tecnologías; facilitar inversiones, en particular en energías renovables y en generación hipocarbónica; y reconocer la interdependencia de los Estados miembros en lo que se refiere a la seguridad energética. Cabe esperar -concluye la CE- que estas medidas "permitan sacar el máximo partido posible de la competencia transfronteriza, impulsen la producción descentralizada de electricidad, incluso para el autoconsumo, y apoyen la aparición de empresas de servicios energéticos innovadores".