Teresa Ribera Rodríguez (Madrid, 1969) fue nombrada ministra para la Transición Ecológica (ministerio entonces de nuevo cuño) en junio del año 2018. Durante este año y medio, el Ministerio ha estado estructurado en torno a dos secretarías: Energía y Medio Ambiente (agua, cambio climático, biodiversidad). Ribera ha aprovechado esos 18 meses para (1) derogar el impuesto al Sol; (2) presionar al alza en Bruselas el Objetivo Renovable 2030 (su antecesor, el popular Álvaro Nadal, proponía un Objetivo 27% de cuota renovable para ese año; ella, un 35; quedó en un 32*); (3) presentar en Bruselas un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que ha sido bien recibido incluso por ciertos sectores del movimiento ecologista nacional; (4) avanzar en la elaboración de la primera Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España; y (5) acordar con las eléctricas el cierre nuclear (acuerdo a puerta cerrada muy criticado por amplios sectores de la sociedad española y que va significar que algunas centrales nucleares españoles puedan operar hasta más allá del medio siglo.
Ahora, Ribera se incorporaría ahora como número 2, y junto a otras tres vicepresidentes, al nuevo Gobierno Sánchez (el hecho de que haya 3 mujeres en ese cargo del organigrama gubernamental es así mismo inédito, entre otras cosas porque nunca hubo tantas vicepresidencias). Sus compañeras de viaje son -siempre según RTVE- Carmen Calvo (que estaría al frente del Eje político del Gobierno), Nadia Calviño (que detentaría las más altas responsabilidades políticas); y Pablo Iglesias (que se ocuparía de lo social). El Gobierno Sánchez siempre ha declarado que la emergencia climática era una prioridad y el futurible nombramiento de Ribera así lo confirmaría.
La todavia ministra se habrá de enfrentar a varios retos
(1) cómo encajar las decenas de miles de megavatios de nueva potencia renovable que esperan acceso y conexión a red (los tendidos pueden tragar una cierta cantidad de nueva potencia, pero hace falta planificar muy bien ese aluvión para que todos los agentes salgan beneficiados: las empresas, la competencia, los consumidores, el medio ambiente);
(2) cómo diseñar las subastas de nueva potencia renovable;
(3) cómo abordar la pobreza energética, que sigue matando en España (esta misma semana varios siniestros habidos en viviendas humildes que empleaban braseros para combatir el frío han costado la vida a varias personas);
(4) cómo reformar el sistema de formación del precio de la electricidad para que el abaratamiento del kilovatio hora del mercado mayorista (producido por la cada vez mayor presencia de energías renovables) llegue de una vez por todas al mercado minorista (los consumidores finales);
(5) cómo impulsar la descarbonización del parque móvil nacional y/o la industria del automóvil aquí radicada (las reacciones que suscita cualquier propuesta de restricciones al diésel son tan inmediatas como vehementes);
(6) cómo materializar (convertir en realidad lo enunciado) la transición justa, sobre todo en comarcas como las mineras, pero no solo.
Algo de currículo
Licenciada en derecho en 1992 por la Universidad Complutense de Madrid, ha sido directora ejecutiva del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, con sede en París; es miembro de la Comisión Mundial de Geopolítica de la Transformación Energética de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena) y preside el consejo asesor de la iniciativa Momentum for Change de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático. Mujer respetada en el escenario ambiental, lleva muchos años desarrollando en él su carrera profesional: fue directora de la Oficina Española de Cambio Climático entre los años 2004 y 2008 (durante el primer Gobierno Zapatero) y alcanzó la secretaría de Estado de Cambio Climático en 2008, cargo que ocupó hasta la derrota de Zapatero en las urnas en noviembre de 2011. Habla inglés y francés.
Entre las sombras, Ribera suscribió la declaración de impacto ambiental que autorizó el proyecto de almacén de gas Castor, tras el que se produjeron sucesivos movimientos sísmicos en las costas de Castellón que obligaron a detener su actividad y a anular la concesión con una indemnización millonaria.
Como futurible vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Ribera estaría llamada a impulsar una Estrategia Nacional frente al reto demográfico, de lucha contra la despoblación, de conectividad y de apoyo a la población joven que ya han anunciado PSOE y Unidas Podemos y a crear oficinas de despoblación en al menos 20 comarcas rurales y un Plan Nacional de Desarrollo Rural para "revitalizar la estructura social y económica del mundo rural".
* Recién nombrada ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera participó en el tramo final de las negociaciones de la Directiva de Energías Renovables Horizonte 2030, tramo en el que el Gobierno de España (al frente del cual apenas llevaba unos días Pedro Sánchez) y el también recién constitutido nuevo Gobierno de Italia modificaron su posición inicial y apostaron por incrementar la ambición de la UE en materia de renovables desde el objetivo 27 al finalmente aprobado 32 (que el 32% de la energía que use la Unión Europea en el año 2030 sea de origen renovable; el Gobierno Rajoy y el Ejecutivo italiano anterior apostaban por el 27).
Cuando Energías Renovables ya hablaba de una vicepresidencia así… en 2008
Aunque son muchas las veces en las que desde Energías Renovables hemos hecho alusión a una vicepresidencia ecológica, en línea con las reclamaciones realizadas desde las organizaciones ambientalistas, merece la pena recordar lo que nuestro articulista Sergio de Otto escribió en el número 66 de nuestra revista en papel, en abril de 2008, y que lleva por título ‘Legislatura sostenible’.
En ese artículo, escrito poco después del inicio de la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero, Sergio de Otto escribe:
En algunos momentos de esa campaña electoral se hizo un hueco, entre las promesas y descalificaciones que marcaban la agenda del día a día, la posibilidad de que se creara una vicepresidencia para la sostenibilidad, rumor que lamentablemente ha cedido en el periodo postelectoral y en vísperas de la constitución del nuevo Gobierno en el que se ha hablado más de las cuotas de poder de cada territorio dentro de la familia socialista.
Sin embargo, ¡qué buena noticia sería esa vicepresidencia! Ante todo sería —ojala sea una realidad cuando el lector tenga este artículo en sus manos— el gesto inequívoco de que el nuevo Gobierno da la importancia que demanda este ámbito de nuestra vida pública. Significaría ante todo un paso histórico con el que un Gobierno mira al futuro con mayúsculas para afrontar el mayor reto que tiene planteado hoy la humanidad en su conjunto y la sociedad española con sus particularidades.
Bueno, pues no pudo ser entonces, en 2008. Pero puede ser ahora, en 2020. Como escribía nuestro articulista, “Significaría ante todo un paso histórico con el que un Gobierno mira al futuro con mayúsculas para afrontar el mayor reto que tiene planteado hoy la humanidad en su conjunto y la sociedad española con sus particularidades”.
• Aquí puedes leer el artículo de Sergio de Otto completo.