Las políticas climáticas actuales de los gobiernos "nos abocan al fracaso", apuntan desde Greenpeace. La organización ecologista emplaza a las naciones de todo el mundo a manifestar sus intenciones en la próxima cumbre climática, que está previsto se celebre en Egipto, donde "los países tendrán que responder a las conclusiones del IPCC sobre la continua falta de acción". Según el IPCC, existen soluciones para reducir al menos a la mitad las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero de aquí a 2030, en consonancia con el límite de calentamiento de +1,5ºC del Acuerdo de París, y más de la mitad de dichas soluciones tienen un bajo coste o incluso un impacto positivo. El informe del IPCC reconoce el papel clave que están llamadas a tener en la mitigación del cambio climático la energía solar y la eólica, la electrificación y la eficiencia, la restauración y protección de los bosques y otros ecosistemas naturales, la mejora del secuestro de carbono en la agricultura y el cambio de dieta.
Hay dinero para resolver los problemas -señala el IPCC-, pero la financiación pública y privada sigue destinándose en mayor medida a los combustibles fósiles que a las soluciones para resolver la crisis climática. Los autores del informe destacan por otro lado que para lograr las reducciones de emisiones necesarias en un futuro próximo, los flujos financieros destinados a las soluciones tendrán que multiplicarse a medida que cesen los destinados a los combustibles fósiles, ya que no hay espacio para nuevas inversiones en infraestructuras fósiles.
Kaisa Kosonen, asesora política principal de Greenpeace Países Nórdicos: "se acabó el juego para los combustibles fósiles que alimentan tanto las guerras como el caos climático. Simplemente no hay espacio para nuevos desarrollos de combustibles fósiles y las plantas de carbón y gas que ya tenemos deben cerrar antes de tiempo. Mientras nuestros líderes dicen que están haciendo todo lo posible en relación con el clima, los científicos acaban de demostrar que no es así. Hay potencial de sobra en este momento para hacer más, con enormes beneficios. Y sin embargo, el dinero sigue fluyendo hacia los problemas en lugar de a las soluciones, y solo cambiará con objetivos, políticas y apoyo creíbles alineados con el límite de calentamiento del Acuerdo de París. Que la energía solar y eólica se hayan convertido en las formas más baratas de producir energía cambia radicalmente las reglas del juego. Si se les permite, ahora pueden limpiar nuestros transportes, nuestros edificios y nuestras industrias a velocidades antes impensables. Es decir, si los gobiernos ahora expulsan los sistemas de combustibles fósiles fuera del camino. Tanto las amenazas como las oportunidades son más grandes que nunca. Pero también lo es el poder de las personas que se unen por el cambio”
Louise Fournier, asesora jurídica de Justicia Climática y Responsabilidad Civil de Greenpeace Internacional: "en una primicia histórica, el IPCC reconoce el poder de las personas que acuden a los tribunales para hacer valer sus derechos humanos frente a la crisis climática. Gobiernos, empresas e instituciones financieras, estáis oficialmente avisados: debéis alinearos con la ciencia y abordar las injusticias fundamentales, o seréis obligados a hacerlo"
Lorena Ruiz-Huerta, abogada de Greenpeace y responsable jurídica del Juicio por el Clima: "el Tribunal Supremo de España debe tomarse en serio el litigio climático presentado por varias organizaciones ecologistas y de derechos humanos contra la inacción climática del Gobierno. Nuestras políticas climáticas no están alineadas con el Acuerdo de París, firmado por España en 2016, ni con la mejor ciencia disponible. Urge pues que la justicia española obligue al Ejecutivo a cumplir con sus compromisos internacionales y con la protección de los derechos humanos, como ya han hecho otros Tribunales del entorno comparado europeo”
Reyes Tirado, científica, de los Laboratorios de Investigación de Greenpeace en la Universidad de Exeter: "proteger los bosques y los ecosistemas, detener la deforestación y cambiar nuestra dieta para reducir el consumo de productos animales son medidas esenciales para lograr un clima seguro. Las soluciones para arreglar los rotos sistemas alimentarios y asegurar la protección de la naturaleza están claras: aumento significativo de la financiación, garantías para los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y defensa de la soberanía alimentaria y los medios de vida rurales"
Chiara Campione, co-responsable del proyecto global Hack Your City: “mejorar las ciudades no sólo es posible, sino que es necesario para aumentar nuestra seguridad y la resistencia al cambio climático. El último informe hace hincapié en los gobiernos locales: deben comprometerse a invertir y cambiar a energías limpias y a reducir las emisiones basadas en el consumo. Las ciudades pueden convertirse en la pieza clave para salvar el clima, pero para eso el avance hacia las bajas emisiones compartidas, la movilidad para todos y todas y más espacios verdes no pueden seguir posponiéndose"
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC) fue creado en 1988 para facilitar evaluaciones integrales del "estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos" sobre (1) el cambio climático, (2) sus causas, (3) sus posibles repercusiones y (4) las estrategias de respuesta a implementar. Desde entonces ha preparado cinco informes y ahora se encuentra en el sexto ciclo de evaluación (sixth Assessment Report, AR6).
El Grupo de Trabajo III del IPCC publicó ayer la tercera entrega de ese Sexto Informe de Evaluación: Sixth Assessment Report, Climate Change 2022: Mitigation of Climate Change, the Working Group III. El informe de ayer llega tras los informes del Grupo de Trabajo I sobre la ciencia física del cambio climático y del Grupo de Trabajo II sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad. El Informe de Síntesis, con todo el material del Sexto Informe de Evaluación del IPCC, se presentará en octubre.
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