"Sin redes eléctricas no es posible la consecución del objetivo país de descarbonización y reindustrialización". Lo dice el informe que ha presentado hoy en Madrid la Asociación para la Transición Energética. ATE parte de una premisa clave -la transición energética precisa de "una amplia panoplia de actuaciones"- para, a continuación, identificarlas con precisión: (1) el aumento de la capacidad de almacenamiento; (2) las innovaciones tecnológicas para el ahorro de energía; (3) los nuevos hábitos de consumo; y, sobre todo, (4) "unas redes eléctricas adecuadas en cantidad y calidad, adaptadas a las distintas zonas de demanda", que sean robustas -insiste- y que permitan "que la electricidad renovable llegue a todos los puntos de consumo que quieran electrificarse". A partir de ahí, el informe de ATE concluye tal y como comenzábamos este párrafo: "sin redes eléctricas no es posible la consecución del objetivo país de descarbonización y reindustrialización", conclusión muy explícita a la que siguen media docena de propuestas -que plantea la Asociación en su informe- también muy concretas. Son estas.
• Anticipar las inversiones que el sistema eléctrico va a necesitar, "en vez de ir atendiendo petición a petición" de manera singular.
• Reconocer una inversión en redes "mucho más ambiciosa, que duplique las cifras actuales", y "eliminar el límite legal de las inversiones en redes eléctricas" con el objetivo de reforzarla, modernizarla y ampliar sus conexiones.
• Establecer "un marco retributivo más simple, estable y predecible alineado con las mejores prácticas" y adaptado a los nuevos retos y roles que ofrece la transición energética que suponga un impacto positivo en la economía española y en el resto de los sectores.
• Establecer una "tasa de retribución financiera" adaptada al contexto actual, aplicando inversiones y costes actualizados adaptados al mercado.
• Disponer de una planificación flexible "que se revise de una manera ágil" para que se pueda dar respuesta a las nuevas necesidades de conexión de la generación y del consumo en un tiempo razonable.
El documento recomienda de esta manera la "revisión de planes de desarrollo de red cada 2 años" y advierte de que el plan vigente (2021-2026), que está en revisión actualmente, es "una oportunidad que no se puede desaprovechar para incluir todas aquellas actuaciones necesarias para dar respuesta a la demanda de energía descarbonizada actual, tanto en la red de transporte, como en la red de distribución" (el Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica Horizonte 2026, aprobado en Consejo de Ministros el 22 de marzo de 2022 contempla una inversión de 5.704 millones para actuaciones de refuerzo de la red de transporte nacional, mientras que otros 1.260 millones recalarán en interconexiones internacionales con Francia, Marruecos, Portugal y Andorra; la mayor partida inversora, el 27% del total, con casi 1.900 millones, está dedicada a la integración de renovables y a mitigar las restricciones técnicas que impedirían el aprovechamiento de renovables).
Los riesgos de no actuar en tiempo y forma son -según ATE- muy considerables. "De no dar accesos a las solicitudes de las industrias en el tiempo requerido -advierte el informe-, estas industrias se perderán para siempre".
"La prioridad absoluta debe ser conectar la demanda", insisten desde la Asociación.
Así las cosas, el documento considera que "es necesario adecuar la normativa de planificación actual tanto para la red de transporte como para la de distribución al nuevo paradigma de producción, distribución y demanda de electricidad, ya que cuando no hay claridad o certeza sobre los plazos y costes de conexión, los nuevos proyectos industriales se estancan o se abandonan perdiéndose la oportunidad económica de reindustrializar España".
Por último, el informe de la Asociación para la Transición Energética concluye que "es imperativo revisar el sistema retributivo para las empresas, de manera que se debe establecer un mecanismo claro y transparente que refleje adecuadamente los costos y riesgos asociados a la gestión de las redes de transporte y distribución y que proporcione una rentabilidad justa y competitiva".
La Asociación para la Transición Energética (ATE) se define como una organización sin ánimo de lucro "que observa y analiza los diferentes aspectos de la transición energética y propone plataformas de debate sobre las cuestiones relacionadas con ella y los cambios en los modelos para su producción, transporte y consumo, y su efecto sobre las personas y los territorios".
Artículos relacionados
• El sector de las renovables quiere conectar 200.000 megavatios al sistema eléctrico nacional (julio de 2019)
• La clave está en la red (febrero de 2021)
• Cuatro millones de euros cada día durante los próximos cinco años (febrero de 2022)
• Red Eléctrica publica las nuevas capacidades de acceso a la red adaptadas a la Planificación 2021-2026 (junio de 2022)
• Estos son los 15 "principios rectores" de la Planificación de la red de transporte de electricidad 2025-2030 (diciembre de 2023)
• La ministra Ribera abre la puerta a elevar el límite a las inversiones en redes eléctricas (enero de 2023)