Greenpeace asegura en el comunicado que acaba de distribuir que "el punto más negativo de las medidas presentadas es el tributo sobre la venta de producción de energía eléctrica de un 6% aplicable a cualquier tecnología". La organización ecologista rechaza que las primas a las renovables se incluyan en la base imponible, pues aumenta el gravamen que corresponde a las renovables y las deja en desventaja económica. Sobre el llamado "céntimo verde" y el impuesto sobre la producción de residuos nucleares, la organización también indica que cualquier impuesto a combustibles fósiles "es necesario, pero ha de tener como finalidad internalizar los costes y los riesgos de las diferentes fuentes energéticas sobre la salud y el medio ambiente". Por otro lado, Greenpeace considera que los gravámenes sobre el almacenamiento de residuos radiactivos deberían ser mucho más elevados que los actuales, dado que su peligrosidad se extiende durante centenares de miles de años.
Dieciocho años son muchos años, según los ecologistas
Según el coordinador del Área de Energía de Greenpeace España, José Luis García Ortega, "el gobierno español no toma las decisiones que el sistema energético necesita, que crearían empleo y que favorecerían la recuperación económica; saben que es inevitable y que es posible conseguir un modelo basado en el ahorro, en la eficiencia y 100% renovable, y cuanto más tardemos en lograrlo, más caro será y a más impactos del cambio climático habrá que hacer frente". Ortega también ha aludido a la decisión del gobierno japonés de cerrar todas sus centrales nucleares entre 2030 y 2040: "la decisión del gobierno japonés es una muestra más del declive de la energía nuclear y contrasta con la indefinición del gobierno español sobre cuál es el horizonte de su política energética". A pesar de mostrarse de acuerdo con la decisión del cierre, la organización ecologista advierte de que "18 años es demasiado tiempo para mantener las centrales nucleares funcionando y poniendo en riesgo a la población".
Nuclear no y CO2, tampoco
En el otro extremo del abanico energético, el de las renovables, "el gobierno japonés ya está demostrando muy buenos resultados", según Greenpeace. En ese sentido, la organización ecologista señala que el uno de julio, tan solo un mes después de la puesta en marcha del plan del gobierno japonés de ayuda al desarrollo de las renovables (Feed in Tariff) "se consiguieron 560 nuevos megavatios, que suponen el 20% del objetivo del plan para los primeros nueve meses, lo que demuestra que es la normativa adecuada y que ya está acelerando el desarrollo de las renovables". Por fin, Greenpeace asegura además que Japón "puede cumplir sus obligaciones para 2020 de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero sin reiniciar ninguna de las nucleares que se encuentran paradas después del desastre de Fukushima" (véase The Energy [R]evolution Scenario for Japan).