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Formación de profesionales en el sector de las energías renovables

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El 22 de febrero de 2019 se publicó el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030. Que propone alcanzar para 2030 un 42% del consumo de energía final a partir de fuentes renovables, y un 74% de la electricidad ese mismo año. En el capítulo relativo al análisis del impacto de las políticas y medidas, se afirma que el efecto del Plan sobre el empleo, respecto a un escenario tendencial (sin la existencia del Plan), presenta un importante saldo positivo de creación de empleo directo e indirecto, todos los años a lo largo de la década, hasta alcanzar 364.000 empleos adicionales en 2030. Es un artículo de Hugo Lucas, jefe del Departamento de Marco Regulatorio y Estrategia Corporativa para la Transición Energética, del IDAE.
Formación de profesionales en el sector de las energías renovables

En octubre del 2014, Greenpeace presentaba su documento “La recuperación económica con renovables”. El análisis de Greenpeace para 2030, con un sistema eléctrico basado en un 95% en energías limpias, determina que la producción de energía con fuentes renovables generaría 203.697 puestos de trabajo directos e indirectos. Si bien hay que ser muy cuidadosos comparando los dos estudios, lo que sí demuestran ambos es que, en los últimos años, uno de los principales argumentos para el apoyo político al despliegue de las energías renovables ha sido su potencial de creación de empleo.

A la misma conclusión llega la Agencia Internacional de las Energías Renovables–IRENA. “En los últimos años, la creación de empleos ha sido un co-beneficio importante del despliegue acelerado de energía renovable”. IRENA estima que el sector empleó a 9,8 millones de personas en 2016. Las oportunidades de empleo se crean a lo largo de la cadena de valor de estas fuentes, desde la planificación del proyecto hasta la fabricación, instalación, operación y mantenimiento, así como el desmantelamiento.

En 2012, la propia IRENA ya informaba que la consecución de los compromisos en materia de energías renovables demandaría profesionales cualificados en toda la cadena de valor. E identificaba la necesidad de incrementar y mejorar la formación de profesionales en renovables como uno de los principales retos del sector. Los efectos de la escasez y la deficiente formación de los profesionales no se traducen sólo en una ralentización del sector sino, además, en pérdidas económicas en los proyectos y una mala reputación para las tecnologías afectadas.

El estudio académico: “Brechas educativas y formativas en el sector de las energías renovables”, publicado en octubre de 2018, analiza la oferta global de formación en el sector. Identifica una serie de deficiencias o brechas en la oferta formativa que posteriormente son contrastadas mediante entrevistas con expertos. El estudio enfatiza que la falta de disponibilidad de profesionales cualificados se presenta como una barrera importante para el avance de las renovables. El auge existente y esperado en el sector debe ser acompañado por una fuerza laboral que tiene que adaptarse e incrementarse rápidamente. Las habilidades necesarias para el diseño e implementación de los sistemas de energía renovable a menudo exceden la formación en ingeniería tradicional.

 

Formación renovables ER181. Figura 1

Al igual que en el caso del impacto del PIB, el empleo proviene de las inversiones en renovables, ahorro y eficiencia y redes y, a partir de 2025 del efecto de la reducción de la factura energética. Las inversiones en renovables generarían entre 102.000 y 182.000 empleos/año, mientras que las inversiones en ahorro y eficiencia energética generarían entre 42.000 y 80.000 empleos/año. Las inversiones en redes y electrificación generarían entre 23.000 y 44.000 empleos/año. Finalmente, el ahorro en la factura energética generaría indirectamente hasta 7.000 empleos/año en 2021 y hasta 173.000 empleos/años en 2030.


El reto no consiste solamente en adaptar la oferta de formación para suplir una escasez de habilidades, sino al mismo tiempo adaptarla al ritmo al que los sectores se desarrollan y mutan. En consecuencia, el desarrollo del capital humano constituye una premisa vital para una transición energética exitosa, lo que representa un gran desafío que exigen una reconsideración rigurosa de los sistemas educativos contemporáneos, las instalaciones de formación y las ofertas de cursos.

Desajustes entre oferta educativa y demanda de la industria
El estudio señala que, existe un desajuste entre la oferta de educación y la demanda de la industria. Hay un bajo porcentaje de empleos que exigen una visión general y amplia del sector de las renovables, la mayoría requiere de especialización, ya no sólo en una tecnología, sino en aspectos concretos de la cadena de valor de esa tecnología (diseño, operación y mantenimiento, manufactura, instalación de equipos, etc). Sin embargo, más de la mitad de las ofertas educativas en renovables tienen planes de estudio de múltiples tecnologías e incluyen no solo aspectos tecnológicos, sino que también introducen a los estudiantes en una gama más amplia de temas relacionados, por ejemplo, legislación y formulación de políticas. Esto representa un claro desajuste entre la oferta de educación disponible a nivel mundial y las demandas de la industria, dado que la mayoría de los puestos de trabajo se crean en operación y mantenimiento e instalación, y requieren de formación práctica y técnica más específica.

El sector de la educación tampoco está respondiendo a uno de los pilares de la transición energética: el acoplamiento entres sectores y, en particular, la electrificación de la economía. Urge la adaptación de perfiles profesionales existentes, como los arquitectos, para responder a la mayor integración de las renovables en los edificios o los mecánicos de automóviles, necesarios para el desarrollo de la movilidad eléctrica.

La formación práctica donde también se trabajen las habilidades para resolver problemas se da principalmente en los grados de formación profesional. Sin embargo, el enfoque actual en la oferta educativa en el sector de las energías renovables a nivel mundial parece estar en la educación superior. Las razones destacadas para los bajos niveles de formación profesional son el pequeño tamaño del mercado y la estructura actual de la industria, en particular para la energía eólica y fotovoltaica. Debido a su tamaño relativamente pequeño, especialmente (pero no solo) en los países en desarrollo, el sector depende en gran medida de la subcontratación. Estos subcontratistas no necesariamente tienen habilidades específicas para el sector de las renovables, pero son capaces de ejecutar, por ejemplo, trabajos eléctricos genéricos. Por el momento, si las empresas de energías renovables siguen subcontratando estas tareas, el sector como tal no tendrá un interés en comunicarse con el sector educativo para trabajar conjuntamente en la formación de competencias en áreas más especializadas.

 

Formación renovables ER181. Figura 2

La figura 2 recoge los empleos netos generados por los grandes sectores. Al igual que en el caso del PIB, el empleo neto es positivo, salvo en el caso del sector de la minería.


Teniendo en cuenta el potencial en energías renovables, así como los objetivos declarados en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, derivadas de la Convención Marco de Naciones Unidas Contra el Cambio Climático, los sistemas educativos en los países en desarrollo, y particularmente en África, tienen mayores dificultades que los países desarrollados para adaptarse a las necesidades de la industria. No solo la falta de cursos, sino también la idoneidad, es motivo de preocupación, centrándose la formación en cursos de corta duración. Las principales razones para esta escasez son: limitaciones financieras, escasez de docentes y formadores cualificados y falta de conocimientos en el desarrollo de planes de estudio de energías renovables.

Adicionalmente, en lo que respecta a la formación online frente a la presencial, existe una fuerte evidencia de que los estudiantes y educadores se están moviendo hacia el uso de tecnologías en línea para colaborar, intercambiar y aprender. Esto parece sugerir que, si bien las instituciones educativas pueden tener dificultades para desarrollar programas de aprendizaje presencial, éstas no son tantas a la hora de diseñar e implementar aprendizaje a distancia (online). Sin embargo, si estos programas en línea pueden o no formar adecuadamente a los estudiantes con las habilidades prácticas necesarias para los oficios técnicos, aún está por verse.

Oportunidades laborales para la mujer
Respecto a la necesidad de atraer talento, la mayor parte de estudiantes y profesionales no son conscientes de las oportunidades laborales del sector. El sector de las energías renovables tiene la desventaja de que, en la actualidad, muchas empresas del sector de las renovables son relativamente pequeñas, en comparación con las empresas del sector energético convencional, lo que hace que las primeras tengan dificultades para ofrecer salarios competitivos.

Otra circunstancia del sector que le quita atractivo es la necesidad de movilidad y la probabilidad de que el empleo se ubique en áreas rurales, donde los salarios son generalmente más bajos en comparación con las áreas urbanas. Esto puede afectar especialmente a los sectores de la energía eólica y la biomasa. Finalmente, en lo que respecta a atraer talento, si se quiere cumplir con las demandas del sector, será necesario atraer a las mujeres. El sector de las renovables presenta ventajas para las mujeres frente a sectores tradicionales debido a que la mayoría de las personas encuentran trabajo gracias a su red profesional. Las redes profesionales en energías convencionales se establecieron hace mucho tiempo, son más cerradas y dominadas por hombres. En el caso de las renovables, las redes profesionales se están construyendo ahora, son más abiertas y las mujeres de estas redes están atrayendo a más mujeres.

 

Formación renovables ER181. Figura 3


A largo plazo, la integración de la energía renovable en la educación formal en todos los niveles será una tarea compleja que requiere una fuerte voluntad política, un enfoque sistemático y una acción sostenida. A corto plazo, existe la necesidad de esfuerzos sostenidos para implementar estándares de calidad en la educación y la formación en el sector, que deben desarrollarse en estrecha cooperación con la industria. Además, los medios de formación y los materiales educativos deben adaptarse y mejorarse, con un enfoque adicional que también considera las oportunidades que surgen de la formación online y la digitalización en general. Es importante destacar que además de mejorar e incrementar la formación es necesario generar el interés de las estudiantes y profesionales en el sector de las energías renovables.

En busca del perfil más adecuado
El PNIEC no es ajeno al reto de la formación de profesionales cualificados y tanto en la dimensión de descarbonización (desarrollo de las energías renovables), como en la de eficiencia energética propone medidas relacionadas con: generación de conocimiento, divulgación, sensibilización y formación de profesionales. El Plan reconoce la necesidad de trabajar conjuntamente: la Administración General, las comunidades autónomas –que tienen la competencia en educación–, las empresas, donde se desarrolla una parte importante de la formación y los sindicatos. Adicionalmente el Plan, reconoce la necesidad de que la formación permita la movilidad de profesionales en la Unión Europea, donde se aspira a tener un mercado único de renovables.

El Plan propone inicialmente, trabajar con las asociaciones del sector y los sindicatos en la identificación de los perfiles necesarios para el cumplimiento de los objetivos para, posteriormente, promover la adopción de mejores prácticas para incrementar la formación de los perfiles deficitarios en cooperación con los organismos afectados. Estos trabajos ya se han iniciado. En la actualidad, el Instituto Nacional de las Cualificaciones (Incual) del Ministerio de Educación y Formación Profesional y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) del Ministerio para la Transición Ecológica, en colaboración con los diferentes agentes, han iniciado los trabajos de identificación de las cualificaciones necesarias para dotar a la transición energética de la mejor mano obra cualificada.

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