El documento, basado en dos exhaustivos estudios elaborados por la consultoría independiente Abay Analistas Económicos y Sociales para la organización ecologista, desvela importantes beneficios para los sectores más afectados por la crisis económica: la construcción y los hogares con menores ingresos.
Un avance decidido hacia las energías limpias generaría al menos 3.053.000 empleos ligados a la construcción de nuevas centrales energéticas, un crecimiento anual de 2 puntos en el PIB y un aumento de la producción de más de 545.000 millones de euros entre 2015 y 2030. Además, la producción eléctrica generaría otros 203.000 puestos de trabajo en el año 2030. La inversión necesaria para todo ello sería de 19.535 millones anuales.
Los colectivos más vulnerables estarían entre los más beneficiados por un modelo eléctrico basado en renovables, pues supondría un ahorro medio de un 34% en la factura energética de los hogares frente al año 2012. Solo en la factura de la luz el consumidor pagaría un 25% menos.
Todos los hogares se verían beneficiados, pero en especial las personas mayores de 65 años que viven solas, los hogares que no tienen a ninguna persona ocupada y aquellos con ingresos menores a 500 euros mensuales, que tendrían el mayor descenso en el esfuerzo económico que realizan para pagar la factura energética en el año 2030.
Sin embargo, si la política energética continúa por vías similares a las actuales basadas en combustibles fósiles, grupos muy amplios de la ciudadanía se sumirían en la pobreza energética. El gasto de los hogares con menos de 500 euros al mes podría subir en ese caso hasta el 60% de sus ingresos para pagar la luz y la calefacción.
"Los datos demuestran que las renovables son la fórmula de un futuro sostenible, tanto para el medio ambiente como para la economía y los ciudadanos. Si el Gobierno quiere crear crecimiento, empleo y facilitar la vida de los ciudadanos, debe renunciar a su apuesta por las prospecciones y el fracking y devolvernos al liderazgo en el desarrollo de las energías limpias", apunta Marina Bevacqua, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.
Un sistema eléctrico basado en renovables al 95% ya en 2030 reduciría las emisiones de CO2 en un 75% con respecto a 2012, y evitaría emisiones en otros sectores como transporte y edificación.
El informe de Greenpeace forma parte de la campaña La solución a las prospecciones de la organización ecologista, que llevará al barco Arctic Sunrise a la Costa del Sol y Canarias a partir del próximo sábado 18. Greenpeace continúa así el viaje iniciado en verano a las distintas regiones donde las empresas petroleras planean realizar sondeos en busca de gas o petróleo. En esta ocasión visitará Málaga, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria a lo largo de dos semanas.
El Arctic Sunrise ya luchó pacíficamente contra las prospecciones en el Ártico, donde estuvo retenido en Rusia más de 10 meses por servir en la acción pacífica de la organización contra la plataforma petrolífera de Gazprom en la que resultaron detenidos los 30 del Ártico.
Ahora, en su primera campaña tras resultar liberado, el barco viene a pedir un cambio de modelo energético en favor de las renovables y contra las prospecciones en las costas de Canarias, Costa del Sol/mar de Alborán, Baleares/golfo de Valencia, Cataluña y Cantábrico.
La Unión Europea decidirá los próximos 23 y 24 de octubre sus objetivos energéticos y climáticos para 2030. Greenpeace quiere lanzarles también un mensaje claro a los líderes europeos: "Mariano Rajoy y los demás líderes europeos deben estar a la altura del contexto actual. Para garantizar un futuro sostenible para la economía y el medio ambiente, tienen que adquirir unos compromisos ambiciosos y vinculantes para 2030", ha dicho Bevacqua.
Greenpeace pide que los líderes de los Veintiocho que se comprometan con un objetivo climático de, al menos, un 55% de reducciones de emisiones internas de gases de efecto invernadero (comparadas con 1990), un objetivo de energías renovables de un 45% y uno de eficiencia energética del 40% (comparados con 2005).