La investigación, dirigida por la Universidad Ca' Foscari de Venecia y Eurac Research, considera no solo varios escenarios climáticos, sino también los marcos regulatorios y los recursos socioeconómicos de cada región vitivinícola. En concreto, en cuanto al grado de cambio climático previsto, las indicaciones geográficas muestran que la mayor exposición se dará en Rumanía, Croacia, Bulgaria, Italia y Hungría, mientras que los niveles más bajos de exposición se encontraron en áreas con una fuerte influencia oceánica, como Portugal o las Islas Canarias, o ubicadas en latitudes más altas, como Bélgica y los Países Bajos.
Indicadores de adaptabilidad
Los investigadores también calcularon la capacidad de adaptación de cada localización geográfica, es decir, la posibilidad de desplegar acciones y recursos capaces de hacer frente a las nuevas condiciones climáticas. Entre los parámetros socioecológicos analizados se encuentran la estructura de la población, la solidez financiera, la capacidad de los recursos humanos y las características naturales del territorio que permiten una mayor adaptabilidad.
Atendiendo a las condiciones climáticas históricas de las variedades de uva tradicionales en diferentes regiones, las áreas del sur de Europa son particularmente vulnerables a los cambios, una sensibilidad relacionada con las estrictas regulaciones sobre las variedades que se pueden cultivar y con el hecho de que estas regiones a menudo se acercan a los límites máximos de temperatura adecuados para las variedades de uva existentes.
Vulnerabilidad alta para La Rioja
La vulnerabilidad es alta, pero no al nivel del grupo más vulnerable, para el 25% de las regiones vitivinícolas europeas, áreas que incluyen denominaciones como Côtes de Provence (Francia), Conegliano Valdobbiadene Prosecco (Italia), Alentejo (Portugal) y Rioja (España), así como algunas denominaciones en el centro de Italia, como Colli Maceratesi y Colline Teramane Montepulciano d'Abruzzo.
Por su parte, los grupos de riesgo moderado y bajo comprenden aproximadamente el 70% de las regiones, incluidas Côtes d'Auvergne y Alsacia en Francia, Rheinhessen en Alemania y Alto Adige en Italia. Para muchas de estas regiones, su capacidad de adaptación es clave. Tienen los recursos potenciales para adaptarse a los cambios ambientales, como trasladarse a altitudes mayores o invertir en tecnologías avanzadas.
Sebastian Candiago, investigador en la Universidad de Bayreuth, Alemania: "El cambio climático presenta un desafío significativo para los viticultores porque las vides son cultivos perennes que dependen de condiciones locales específicas para crecer. Además, modificar las especificaciones de producción puede ser bastante difícil. Por lo tanto, tanto la flexibilidad como la previsión son esenciales".
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