Cepsa ha anunciado que pasa a denominarse Moeve como un paso dentro de su estrategia 'Positive Motion' a 2030. Este cambio también responde a su objetivo de acelerar su descarbonización y la de sus clientes, mediante una inversión de hasta 8.000 millones de euros, de la que más del 60% se destinará a negocios sostenibles, como la producción de hidrógeno verde, biocombustibles de segunda generación (2G) y productos químicos sostenibles, así como la recarga eléctrica ultrarrápida, aunque sin especificar países destino. Para el consejero delegado de la recién alumbrada Moeve, Maarten Wetselaar, esta nueva marca refleja el "firme compromiso" del grupo por "ser referente de la transición energética en Europa, en especial en el campo de las moléculas verdes, como el hidrógeno verde y los biocombustibles 2G, y en el de la movilidad eléctrica ultrarrápida".
Surgida en 1929 con la fundación de la primera empresa petrolera privada del país, la Compañía Española de Petróleos, S.A (Cepsa), la energética con este cambio da un paso así decisivo: "hoy el mundo necesita otro tipo de soluciones energéticas más sostenibles. Moeve nos permite afrontar el futuro con más certeza y confianza, manteniendo un claro compromiso con nuestros clientes: ampliar la oferta de soluciones energéticas sostenibles y asequibles, facilitando su descarbonización, y así avanzar juntos en la nueva transición energética para lograr un mundo mejor". Ya en los últimos tiempos el grupo había ido dando pasos en este camino, como con la venta este año de sus activos de exploración y producción en Colombia y Perú, después de la desinversión realizada en Abu Dabi en 2023, lo que supone la venta de cerca del 70% de sus activos de producción de petróleo respecto a 2022. También anunció el pasado mes de agosto la venta de su filial de butano, propano y autogás (Gasib).
Sobre el "impuesto permanente"
La pasada semana, Cepsa anunciaba que paraliza sus inversiones en nuevos proyectos de hidrógeno en España "debido a la incertidumbre regulatoria y fiscal en el país y ante la posibilidad de que el impuesto extraordinario a las energéticas pueda convertirse en un gravamen permanente". Desde Europa Press señalan que la compañía estudia priorizar los proyectos internacionales, y que de mantenerse el impuesto a las energéticas "esto provocaría un efecto muy relevante sobre la rentabilidad de los proyectos de hidrógeno, por lo que tendría que ralentizar las inversiones previstas en España y dar prioridad a proyectos de hidrógeno verde en otros países". Según adelanta hace unas semanas el diario 'Expansión', Cepsa tiene ya identificados proyectos en Argelia, Marruecos, Brasil y Estados Unidos que van a acelerarse si finalmente se hace permanente el impuesto. Una deslocalización que anunció también Repsol a principio de semana, que invertirá 15 millones de euros en un proyecto de hidrógeno renovable en el Complejo Industrial de Sines (Portugal) después de conocer que el Gobierno de Pedro Sánchez pretende "hacer permanente" del impuesto a las energéticas y la banca. Un movimiento que estaría en línea con las amenazas ya explicitadas por la compañía dirigida por Josu Jon Imaz de deslocalizarse si el impuesto se mantiene.