La propuesta -informa Europa Press- será presentada por el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, y la comisaria responsable de servicios financieros, Mairead McGuiness, tras la reunión del Colegio de Comisarios, y dilucidará si finalmente la energía nuclear y el gas son incluidos en la clasificación como "verdes". Tras esta presentación por parte del Ejecutivo comunitario, se abre un periodo de cuatro meses, ampliables hasta seis, en el que tanto el Parlamento Europeo como el Consejo podrán presentar sus objeciones a la normativa. En caso de que ninguna de las instituciones se posicione en contra, entrará en vigor.
Antes de finalizar el año, la Comisión Europea hizo circular un borrador que planteaba incluir la nuclear y el gas dentro de la taxonomía "verde", un sistema de clasificación que establece la lista de actividades económicas sostenibles en términos medioambientales. El objetivo es dar la calificación de "verde" a los proyectos que sustituyan al carbón y que emitan hasta 270 gramos de CO2 por kilovatio hora generado.
En enero, los ministros de Energía de España, Austria, Dinamarca y Luxemburgo remitieron una carta a la Comisión Europea en rechazo de la propuesta de Bruselas y alertaron del riesgo que entraña para la transición tanto en el marco de la UE como en el resto del mundo. "El borrador manda una señal equivocada a los mercados financieros y se arriesga seriamente a ser rechazada por los inversores", advirtieron los titulares de las carteras de Energía y Medio Ambiente de estos países.
Francia y Alemania han mostrado su respaldo a la propuesta de Bruselas apoyándose en el papel que estas energías pueden jugar como acompañamiento en la transición energética. El país galo es uno de los partidarios de incluir la energía nuclear en la clasificación "verde", pero también lo son Finlandia, Hungría o la República Checa, mientras que Alemania es defensora del gas junto con otros países del Este más dependientes de esta fuente de energía.
También un grupo de expertos que asesora a la Comisión Europea en esta materia, la Plataforma de Finanzas Sostenibles, se mostró contrario a la propuesta de Bruselas. El organismo señaló que no existe certeza de una generación sostenible de electricidad a partir de la producción de gas y añadió que la nuclear no cumple con los criterios para ser incluida en la clasificación de renovable porque no trata adecuadamente el impacto ambiental de sus residuos.
Por su parte, las organizaciones ecologistas advirtieron a la Comisión Europea de que su credibilidad y la de la taxonomía de la UE están en juego y tildaron de "error garrafal" que la propuesta incluya a la nuclear y al gas.
Inscrito en el marco regulatorio del Pacto Verde Europeo, el reglamento de la taxonomía verde tiene como finalidad guiar a las empresas e inversores nacionales e internacionales en sus planes de descarbonización, identificando actividades y sectores económicos ambientalmente sostenibles y que contribuyan a la reducción de CO2, metano y otros gases causantes del cambio climático. Además, su funcionalidad pasa por ayudar a encauzar las inversiones hacia aquellos sectores esenciales para lograr la meta de la neutralidad climática en 2050.