La organización ecologista Greenpeace considera que las medidas temporales que ha incluido el Gobierno en su Plan de Choque frente a la guerra de Ucrania para aliviar la situación de hogares y pequeñas empresas son necesarias, pero lamenta "la poca implicación de las empresas que se están beneficiando de esta crisis". La bonificación mínima del carburante de 20 céntimos en cada litro ofrecida al sector transporte ha sido ampliada por el Gobierno a todos los consumidores hasta el 30 de junio, pero el Gobierno -destacan desde la oenegé- asumirá la mayor parte de esta subvención, el triple que las petroleras. Greenpeace recuerda además que la subvención directa de carburantes "va en contra del compromiso climático expresado por el Gobierno y lanza un mensaje equivocado: mientras que otros países optan por dar alternativas al coche potenciando el transporte público con más recursos y tarifas especiales, en España los fondos públicos se destinan a que sigamos moviéndonos en coche a toda costa".
Según los ecologistas, cualquier ayuda a los combustibles tiene que ser "excepcional y limitada a los hogares donde los altos precios impiden llegar a fin de mes, pues son los más perjudicados por un modelo que durante años nos ha hecho a la ciudadanía fuertemente dependientes del coche". Sin embargo -lamentan desde la oenegé-, las bonificaciones generalizadas y sin criterios de renta hacen prever "que sea la población más rica quien más se beneficie de estas ayudas, puesto que son las rentas altas quienes más utilizan el automóvil en sus desplazamientos".
Alicia Cantero, responsable de Incidencia política de Greenpeace: “la subida imparable del precio de la energía y los combustibles, la propagación de la inseguridad alimentaria y el aumento de la inflación nos dan de bruces con la realidad de los límites de nuestro modelo y nos hacen sentirnos vulnerables aquí y ahora. En este momento son necesarias medidas de choque para aliviar la carga que numerosas familias, pequeñas empresas y autónomos están sufriendo por el elevado coste de la energía, pero no nos podemos quedar ahí: ahora es más importante que nunca no seguir cayendo en la trampa de los combustibles fósiles y establecer medidas estructurales que nos permitan liberarnos de su dependencia y de sus consecuencias ambientales y sociales”
Así, la organización pone énfasis en la temporalidad de las medidas y reitera la necesidad de soluciones urgentes y verdaderamente efectivas en el medio plazo para acelerar la transición energética hacia un sistema 100% renovable y eficiente. "Es necesario reformar el mercado eléctrico -apuntan desde la oenegé- para que las renovables abaraten la factura de los consumidores finales y se evite el enriquecimiento desproporcionado de las corporaciones energéticas". Acelerar la transición es "imprescindible" -considera por otro lado Greenpeace- para afrontar la emergencia climática "y permitiría acabar con la dependencia actual de los combustibles fósiles y la energía nuclear que financian la guerra y asfixian a la ciudadanía".
Greenpeace valora las medidas (en materia de energía) que ha incluido el Gobierno en su Plan de choque contra el impacto económico y social de la guerra de Ucrania.
Tope al gas
Los ecologistas consideran que el tope del precio del gas aprobado por el Consejo Europeo es una medida temporal destinada a rebajar la inflación que no resuelve el problema estructural de un mercado de precios diseñado para beneficiar al gas, y que impide que el bajo precio de las renovables y sus beneficios sociales y ambientales repercutan en los consumidores finales. La organización también señala que esta medida continúa beneficiando a las eléctricas y finalmente el Estado y por tanto los contribuyentes pagarán el extracoste.
Medidas para que las renovables aporten liquidez, pero no para que lo hagan gran hidráulica y nuclear
Greenpeace lamenta que el Gobierno haya incluido solo a las energías renovables para aportar liquidez a la hora de financiar las medidas de reducción de la factura eléctrica de las personas consumidoras y sin embargo no haya minorado los beneficios “caídos del cielo” de las demás tecnologías (nuclear e hidráulica), que están recibiendo beneficios extraordinarios por el elevado precio del gas, medida repetidamente demandada por Greenpeace y otros colectivos del sector.
Visto bueno a las ayudas a los más vulnerables, pero hay que desburocratizar los procesos
La organización considera positivas las medidas dirigidas a proteger a la población más vulnerable como la prórroga hasta el 30 de junio del descuento del 60% en el bono social eléctrico para colectivos vulnerables y del 70% para vulnerables severos o la ampliación del presupuesto para el bono social térmico que ya se había duplicado hasta los 200 millones. Greenpeace señala que difícilmente tendrá éxito mientras no se agilicen y automaticen los farragosos trámites burocráticos.
La oenegé reclama ayudas urgentes para ahorro y eficiencia
Son indispensables ayudas urgentes para mejorar el aislamiento de las viviendas y la sustitución de calderas de gas por sistemas de renovables que independicen los hogares, sobre todo los más vulnerables, de los volátiles precios del gas fósil, tal y como ha pedido Greenpeace en su manifiesto “Calefacción renovable para todas las personas”.
Ayudas que irán a parar a empresas ganaderas y del sector pesquero "altamente destructivas"
Además de 10.000 millones de euros en avales ICO para las empresas, el Gobierno incluye apoyos al sector primario y al campo español -362 millones de ayudas directas al sector de la agricultura y la ganadería y otros 68 millones para la pesca y la acuicultura. "Este tipo de ayudas -denuncia Greenpeace- va a beneficiar principalmente a la pesca y ganadería industriales, favoreciendo así a unas pocas empresas altamente destructivas".
Greenpeace considera que las ayudas "no pueden ir a la agricultura y ganadería industriales que dependen de combustibles fósiles, plaguicidas, fertilizantes y transgénicos, gran parte de ellos provenientes de terceros países y asociados también ahí con la destrucción ambiental, y sí a apoyar la necesaria y urgente transición agroecológica".
En el caso de la pesca -añaden los ecologistas-, las ayudas destinadas a la flota industrial, que es la más dependiente de combustibles, "están financiando la destrucción de los hábitats marinos y stocks pesqueros". En el caso de la alimentación, estas ayudas deberían dirigirse a fortalecer nuestra soberanía alimentaria a través de una producción sostenible.
Reforma Fiscal ya
La oenegé del arco iris concluye su comunicado de valoración del Plan de Choque del Gobierno con una idea fuerza: "en estos momentos es necesario reforzar más que nunca el valor de lo público y lo comunitario". En ese sentido, Greenpeace celebra el carácter social de las medidas acordadas, "como el aumento del 15% de la cuantía del Ingreso Mínimo Vital, la aplicación de los ERTEs o la limitación 'excepcional' del incremento de los alquileres de tan solo el 2% para desvincularlo del IPC".
La organización reclama por fin que "para evitar que esta crisis la paguen los de siempre es necesaria la puesta en marcha de una reforma fiscal que redistribuya la riqueza, sea progresiva e incluya una fiscalidad verde que aplique el principio de quien contamina paga y no deje a nadie atrás".