Activistas de Greenpeace han desplegado esta mañana una pancarta sobre las vías de Atocha para denunciar la falta de trenes en un verano cada vez más marcado por la Crisis Covid19. Con la pancarta, que recogía el texto “Ábalos: faltan trenes, sobran aviones”, la organización ecologista quiere pedir al Ministerio de Transportes "que apueste clara y decididamente por el ferrocarril como elemento clave para la descarbonización del transporte". En ese sentido, la organización ecologista recuerda que "el ferrocarril emite 20 veces menos CO2 que el avión por pasajero y kilómetro y su impulso debe ser una pieza clave en la futura Ley de Movilidad para que España cumpla los compromisos del Acuerdo de París". Greenpeace ha aprovechado su acción así mismo para protestar por la supresión de servicios ferroviarios que ha llevado a cabo el Gobierno so pretexto de la bajada de la movilidad durante este verano, "unos recortes que han alcanzado tanto a AVE y Larga Distancia como a Cercanías y Media Distancia y que han provocado escenas de trenes completos y falta de plazas en varias conexiones".
Greenpeace denuncia pues la falta de servicios ferroviarios y demanda por otro lado "condiciones climáticas" para los rescates de la aviación. Hasta el momento -explican desde la oenegé del arco iris-, España ha ayudado con 1.010 millones de euros a Iberia y Vueling mediante créditos ICO avalados por el Estado (léase sobre el particular).
Pero es que, ahora, además, a esta ayuda -denuncian los ecologistas- podría añadirse "una inyección directa de capital público en Air Europa para evitar su quiebra, un rescate -alerta Greenpeace- que no supondría la entrada del Estado en el accionariado (como sí ha sucedido con Air France o Lufthansa) sino que serviría para facilitar la operación de compra de Air Europa por parte del Grupo IAG" (en el que se encuentran British Airways, Vueling, Aer Lingus, Level e Iberia). Greenpeace pide en todo caso al Ministerio de Transportes que acabe con los vuelos cortos "siempre que exista una alternativa ferroviaria por debajo de seis horas o, en su caso, un tren nocturno".
Adrián Fernández, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace: “de completarse la operación de compra, más del 85% de dichos vuelos cortos serían operados por aerolíneas del grupo IAG. Por eso, consideramos que el Ministerio de Transportes tiene capacidad para fijar un veto a los vuelos cortos como condición para el rescate, del mismo modo que el Gobierno francés de Macron ha hecho con el rescate a Air France”
Condiciones climáticas para la aviación
Ya el pasado mes de junio Greenpeace desplegó frente al Congreso una enorme pancarta pidiendo “no más dinero público a empresas contaminantes” en referencia a las multimillonarias subvenciones concedidas a la aviación y al automóvil. Los ecologistas recuerdan que ambos sectores dependen "masivamente" de los combustibles fósiles y proponen su "urgente descarbonización" para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones.
Greenpeace también demanda que cualquier rescate público a las aerolíneas se destine a proteger los salarios y las condiciones de las personas trabajadoras, al mismo tiempo que se prohíba cualquier beneficio particular como los repartos de dividendos o bonos de beneficios. "Cualquier aportación pública -considera Greenpeace- debe sentar las bases para una transición ecológica justa con planes de inversión masiva en soluciones de transporte sostenibles, como una red transeuropea de ferrocarril o un transporte público accesible para todos".
Menos trenes y más caros que nunca
El descenso en la oferta ferroviaria no solo se limita a una reducción de frecuencias -denuncian desde Greenpeace-, sino que también se ha materializado en la supresión de "todos los trenes nocturnos (que están en auge en otros países) y de los servicios de atención a bordo, provocando que los trenes circulen sin personal suficiente a bordo mientras hay 2.000 personas de tripulación en ERTE". Todo ello contribuye, según Greenpeace, a degradar el servicio del tren, que es una pieza clave para reducir las emisiones en el sector del transporte.
Adrián Fernández, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace: “Renfe ha comunicado que implantará más servicios en función de la demanda, pero la realidad es que es imposible conocer la demanda del tren cuando se empuja a los viajeros a ir en avión o en su coche por falta de trenes. El primer paso para impulsar el ferrocarril como medio de transporte es que haya un servicio y que sea accesible a todos, pero este verano hemos visto todo lo contrario: menos trenes y más caros”
Greenpeace, que ha aprovechado la acción de hoy para denunciar así mismo la ausencia de tarifas estivales promocionales, "las cuales sólo se han aplicado esporádicamente en las últimas semanas", reclama del Ministerio que dirige Ábalos "que ponga en práctica sus buenas intenciones en favor del tren y que queden plasmadas en la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado previstos para 2021 y en la futura Ley de Movilidad y Financiación del Transporte Público, una norma muy demandada por la organización y actualmente en trámite de audiencia previa".
La organización ecologista precisa en su comunicado que "todas las personas que han participado en la acción han respetado en todo momento el protocolo y las medidas de seguridad previstas para la prevención de la Covid19".