Tras la declaración del estado de alarma (14 de marzo), la bicicleta pública ha sido víctima, en algunas ciudades, del cierre (a diferencia de otros medios de transporte público -como el autobús, el metro o Cercanías- que han permanecido en todo momento operativos). Los servicios públicos de alquiler de bicicletas, sí, han sido suprimidos... y solo han recuperado pulso después de que los colectivos ciclistas hayan presionado a las administraciones haciéndoles ver lo manifiestamente evidente: que, como servicio público de transporte, la bicicleta aventaja a esos otros medios en lo que más preocupa a la sociedad de hoy: la seguridad frente al riesgo de contagio. Porque, como apuntábamos ahí arriba, no hay autobús ni vagón de metro que pueda garantizar mejor que una bicicleta… la distancia social. A lo largo de toda esta crisis, hemos publicado en ER varias informaciones sobre el particular (algunas de ellas han suscitado mucha polémica). Pues bien, recorremos a continuación algunos de los hitos de la geografía de la bicicleta pública española, cuando se cumplen 36 días de la declaración del estado de alarma.
El Ayuntamiento de Madrid reabrirá BiciMAD mañana, miércoles, 22 de abril, a las 06.00 horas. La Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), que gestiona el servicio, apagó el día 16 de marzo la red de estaciones y retiró todas las bicicletas de la vía pública “para frenar los contagios”. Según el comunicado difundido por el Ayuntamiento, “durante este tiempo, la EMT ha llevado a cabo la limpieza y desinfección de toda la flota, tanto de bicicletas como del resto de los vehículos utilizados en las tareas de redistribución del servicio”. La Empresa ha informado de que, tras la suspensión del servicio, reunió en el centro de operaciones de Fuencarral una flota de más de 3.000 bicicletas a las que se aplicó, “mediante la técnica de pulverización dirigida, una solución desinfectante de actividad bactericida, fungicida y virucida de eficacia testada en laboratorio frente al coronavirus”.
Por otro lado, y también durante esas semanas, el equipo municipal ha buscado diferentes soluciones para implementar la limpieza diaria en el servicio y reducir, en la medida de lo posible, los riesgos para los usuarios. Así -informa el Ayuntamiento-, se realizarán labores de desinfección en calle de 22.00 horas a 06.00 horas en todas las estaciones, y se limpiarán y desinfectarán tanto las bicicletas como las superficies de contacto de la propia estación, pantalla y teclado de medios de pago. Además, vehículos especializados se desplazarán hasta cada una de las estaciones para proceder mediante pulverización a la desinfección de todo el sistema.
Así mismo, la EMT ha anunciado que informará a los usuarios de que será obligatorio el uso de guantes para conducir estos vehículos y solicitará a sus usuarios que, en la medida de lo posible, eviten el uso de la pantalla táctil del tótem priorizando otros canales como la aplicación de BiciMAD o bicimad.com. La obligatoriedad del uso de guantes se establece en el decreto de reapertura de BiciMAD. El Ayuntamiento de Madrid recuerda la importancia de cumplir con este imperativo hasta que se recobre la normalidad y advierte de que “su incumplimiento podrá acarrear una sanción acorde a lo que establezca el ordenamiento jurídico y la retirada del abono de BiciMAD”. Policía Municipal y agentes de movilidad velarán por su cumplimiento, avisa el Ayuntamiento.
El sistema volverá en fin a estar operativo desde mañana “para todos los usuarios habituales, así como para aquellos que decidan darse de alta en este momento”. Todas las estaciones reabrirán 24 horas al día, horario habitual del servicio. En la fecha de reapertura el servicio contará con el 50% de la flota y se alcanzará el total de la disponibilidad el 27 de abril, es decir, 43 días después de decretado el estado de alarma. En el comunicado de reapertura del servicio, el Ayuntamiento destaca “el papel fundamental de la bicicleta como alternativa a la movilidad también en esta situación excepcional que vive la capital”, una alternativa que otras ciudades -como Las Palmas o Valladolid- parece ser que siempre tuvieron presente, pues nunca suspendieron sus servicios públicos de alquiler de bicicletas.
Más casos
Otra que reactiva el servicio municipal de préstamo de bicicletas eléctricas es Sevilla. Lo hace con el fin -informa el Ayuntamiento- de facilitar el uso del parque público de 2.500 bicicletas así como la red de 200 kilómetros de carriles bici de la ciudad para realizar aquellos desplazamientos permitidos a los puestos de trabajo dentro del actual estado de alarma. “Con esta decisión -explican fuentes municipales-, se siguen las recomendaciones sanitarias y los criterios generales establecidos públicamente por parte del Ministerio de Sanidad en torno a la seguridad del uso de la bicicleta para desplazarse a puestos de trabajo”.
Barcelona ha anunciado que tiene previsto reabrir próximamente su servicio público de préstamo de bicicletas (Bicing). El consistorio que preside Ada Colau suspendió ese servicio el día 16 a instancias de la Agencia de Salud Pública. Entre los partidarios de la suspensión, y detractores de la reapertura, se encuentra el sindicato anarquista CGT, que asegura que “no hay manera material de garantizar una limpieza y desinfección de las 6.000 bicicletas y de las 424 estaciones” que tiene Bicing en Barcelona. “Además -añaden-, cada bicicleta la utilizan cada día más de 6 personas y no pasan por ningún proceso de limpieza ni desinfección, solo cuando son llevadas a taller”.
Zaragoza sí que va a reactivar su servicio público de préstamo de bicicletas (Bizi), que fue suspendido el 18 de marzo, cuatro días después de decretado el estado de alarma, al menos según ha adelantado el alcalde de esa ciudad, Jorge Azcón. Los grupos ciclistas locales Pedalea y Bielas Salvajes ya se han dirigido a él en todo caso para reclamarle la reapertura inmediata del servicio. “Este servicio -denuncian ambos colectivos- lleva sin actividad desde el pasado 18 de marzo, por lo que la ciudadanía zaragozana no puede utilizar un medio de transporte público que puede facilitar los movimientos autorizados a la vez que permite mantener la distancia de seguridad y así evitar contagios”.
Según Pedalea y Bielas Salvajes, el cierre constituye además, por una parte, una dejación de funciones municipal, “puesto que el ayuntamiento tiene la obligación de establecer las condiciones de seguridad y desinfección necesarias para el uso del Bizi, tal y como se ha hecho con otros servicios de transporte público, como el autobús o el tranvía”; y, por otra parte, constituye así mismo un agravio comparativo, pues mientras Bizi, que es un servicio público, continúa cerrado, “la flota privada de bicicletas Mobike sigue operativa, sin que se haya hecho público qué protocolos de seguridad está adoptando”.
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