En el encuentro, en el que han intervenido diversos investigadores del sector del automóvil procedentes de México, España, Suiza y Norteamérica, ha sobrevolado la idea de que la implantación del coche eléctrico en España se está "ralentizando", según ha informado la institución académica en un comunicado.
Para la analista de políticas de ciencia y tecnología, Bertha Vallejo, entre los factores que influyen en esta desaceleración figuran la "incertidumbre" de las empresas automotrices y las administraciones públicas sobre la configuración futura del sector debido a la gran variedad de tecnologías emergentes -como la del vehículo autónomo-, así como la "reticencia" de las administraciones a "avanzar más rápidamente" en la planificación urbana y la instalación de puestos de recarga.
"Frente a modelos como el de Ámsterdam, que ha apostado por la instalación de cargadores más lentos en cada barrio, o el de Londres, cuya política se ha encaminado a la instalación de estaciones grandes con cargadores más rápidos en las afueras de la ciudad, en España todavía no hay diseñada una estrategia clara en este sentido", ha señalado el investigador de la Universidad de Lausana, Andrea Ferloni.
Para impulsar la penetración de los vehículos cero emisiones en nuestro país, el reto de la administración, según datos de un estudio presentado por Ferloni, es que en siete años haya 300.000 puntos de recarga en España.
Cambios en la industria automovilística
Durante la jornada, diversos expertos coincidieron en explicar el cambio que está sufriendo el sector de la automoción. El profesor Jorge Carrillo, del Colegio de la Frontera Norte, centro de investigación público del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) del Gobierno de México, explicó que "las grandes empresas matrices apuestan por un sistema de alianzas con compañías tecnológicas y proveedores, incluso fuera del mercado propio de la automoción, como pueden ser los comercios", indicó en su intervención.
Por otro lado, Jesús Lampón, investigador de la Universidad de Vigo, recalcó que "hace años todas las condiciones las ponía el fabricante. Ahora, el poder de decisión en la cadena de valor de la movilidad se reparte entre estos fabricantes y otras empresas que se han convertido en "actores clave" de la industria automovilística, como pueden ser Amazon o Google.
Por su parte, Arturo Lara, afiliado a la Universidad Autónoma de México (UAM-Xochimilco) e investigador visitante de Ingenio, señaló la "gran complejidad" en los cambios tecnológicos que afectan al sector: "El automóvil eléctrico esconde una complejidad tecnológica multinivel cada vez más profunda relativa a la arquitectura del vehículo, sus subsistemas, módulos y componentes.
No existe ningún componente, proceso o función de los vehículos eléctricos que no involucre poderosos chips", explicó. Desde esta perspectiva, el reto para Arturo Lara es "entender la gramática de las diversas tecnologías relacionadas con un componente clave como lo son las baterías avanzadas de litio-ion".
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