Uno de noviembre de 2011. El PP quiere convertir España en “el mercado de referencia
del gas natural en el Mediterráneo”. Así titulamos aquel día (2011!) una pieza informativa en la que repasábamos las medidas que, en materia de política energética, llevaba en su programa electoral el Partido Popular, que entonces aspiraba a (y consiguió) desubicar a Zetapé de La Moncloa. El programa del PP, de 214 paginas, no mencionaba la energía eólica ni una sola vez... Ni la solar, por supuesto. “Aprovecharemos todo el potencial de la posición geoestratégica de España como puerta de entrada del gas del norte de África a Europa para que en nuestro país –decía entonces el PP– se cree un mercado de referencia del gas natural en el Mediterráneo”.
Dos años antes, en marzo de 2009, Alberto Núñez Feijóo había ganado las elecciones en Galicia con un programa que pivotaba en torno al gas, también, como energía estratégica “para conseguir la máxima competitividad de la economía”. Feijóo sazonaba su receta además con tres propuestas en clave renovable contundentes: anulación del concurso eólico que había convocado el ejecutivo que le había precedido, so pretexto de “deshacer las irregularidades cometidas por la parte nacionalista del bipartito” (el Ejecutivo antecesor era un gobierno de coalición PSOE-BNG); apuesta por “la repotenciación de los parques actuales, priorizándola sobre la instalación de nuevos parques eólicos”; y convocatoria de “un nuevo concurso eólico desde la transparencia y la calma política”.
El concurso convocado por el bipartito PSOE-BNG, que había adjudicado 2.290 megavatios eólicos, fue efectivamente anulado; Galicia ha repotenciado en los últimos 13 años… dos parques; y, por supuesto, el señor de las cuatro mayorías absolutas nunca convocó concurso alguno.
Eso sí, el gas sigue siendo estratégico. Más estratégico para la Rusia de Putin que para la Galicia de Feijóo, y/o más estratégico para Argelia que para la España que Rajoy quería convertir en “mercado de referencia”…
Tan estratégico era y es para esas naciones como que a ellas (y a otras democracias “ejemplares”, como Catar o Nigeria) les hemos enviado más de 9.600 millones de euros en importaciones de gas durante 2021. Pero ojo, no vayamos a confundirnos, que de Rusia llegó el año pasado más gas natural a España que de todo el Golfo Pérsico.
Cuidadito pues con las estrategias y los estrategas, que luego viene Putin con las rebajas y acabamos regalándole a Marruecos el Sáhara y con la economía nacional hecha unos zorros.
Cuidadito, sí.
Otra de historia. La de los 300. Pero no espartanos. Diputados. Trescientos diputados paralizan la auditoría energética. Otro titular de Energías Renovables, de verano de 2013. “Trescientos de los 323 diputados presentes en el Congreso el pasado 26 de junio paralizaron la propuesta (de Izquierda Plural) de hacer una auditoría energética”. Eso contábamos aquel verano ya remoto. 195 noes (Partido Popular, Foro Asturias, CiU y Unión del Pueblo Navarro) y 105 abstenciones (PSOE, Coalición Canaria y PNV). 300 diputados paralizan la “auditoría energética independiente” que proponía Izquierda Unida en su moción.
¿De verdad que la ciudadanía no quiere saber –auditoría– por qué la electricidad es tan cara? ¿De verdad que la gente de la España del 13 no quería conocer las causas de la carestía de la luz? 300 paralizan. Con nombres y apellidos.
Por cierto, entre las propuestas que incluía en aquel hoy remoto año 13 el texto presentado por ese grupo parlamentario, destaca una por su vigencia (copio literalmente): “modificación en profundidad del funcionamiento del mercado eléctrico, revisando el funcionamiento de las subastas de energía, excluyendo las instalaciones ya amortizadas del pool, y garantizando una retribución justa según el coste de producción efectivo”.
¿Os suena? Porque sonaba ya en el verano del 13. Repetimos: PSOE, PP y compañía paralizan la auditoría.
Para saber de dónde vienen los malos humos que hogaño nos asfixian, conviene quizá, al menos de vez en cuando, parar y echar la vista atrás.
Hasta el mes que viene.
Antonio Barrero F.
