“Aluvión de palabras o gritos de reprobación”. Eso dice la RAE. Y eso es lo que ha sucedido. Que llegó primero la DANA, anunciada, anunciada, anunciada (desde el fin de semana). Y que llegó luego el agua por las calles, que se llevó más de doscientos nombres, historias y amores. Y después, cuando al fin volvió la calma, llegó la andanada. De medias tintas y mil mentiras. Sobre aparcamientos subterráneos llenos de cuerpos y presas demolidas. Sobre las competencias tuyas y las mías. Sobre la Confederación Hidrográfica del Júcar, la Agencia Estatal de Meteorología y la ministra. Cuánto bulo, cuanta mentira, cuánta basura.
Uno. Sí, Aemet avisó durante días de la DANA que venía, y además envió su alerta roja a las siete y media de la mañana. ¿Debió el Gobierno central retirarle las competencias entonces –a las 07.36 horas– a la Generalitat Valenciana, competente ella, como cualquier gobierno autonómico, en materia de gestión de emergencias? Aemet volvió a avisar a las 07.42, otra vez diciendo “Nivel máx. rojo”. Y volvió a informar a las 08.00 (“Nivel máx. rojo”). Y a las 08.04, con un mapa titulado “Aviso rojo” y un texto que denotaba ya preocupación extraordinaria: “¡Mucha precaución! ¡El peligro es extremo! No viaje salvo que sea estrictamente necesario”.
Y dos. Las confederaciones hidrográficas tienen entre sus competencias medir y proporcionar datos actualizados sobre dos ítems: datos de pluviometría y aforo o nivel del cauce. Entre sus competencias no está la de emitir las alertas públicas en materia hidrológica. Son las autoridades competentes en materia de protección civil (la Generalitat, en este caso) las responsables de evaluar las posibles afecciones de ese riesgo físico en la población y en el entorno, y, a partir de ahí, de emitir los avisos que corresponda. Y sí, los servicios de medición de la CH del Júcar fueron proporcionando en tiempo y forma los datos susodichos.
264 metros cúbicos por segundo a las 12.07 horas en el Barranco del Poyo (la primera de las crecidas). 2.282 metros cúbicos por segundo a las 18.55 horas...
Pues bien, la primera alerta móvil ES-Alert (y alertar era competencia de la Generalitat) es enviada a las 20.11 horas. Tarde. Muy tarde. Doscientas vidas tarde.
Hasta aquí, solo el principio. Lo probado. Lo inequívoco. Lo demostrable.
Y, a partir de aquí...
que no me vengan con el cuento de la polarización. Porque hay verdad y hay mentira, como siempre las hubo. Lo que ha cambiado es que la verdad sigue estando donde siempre estuvo, mientras que las mentiras viajan ahora más aprisa y más lejos que nunca.
Viajan a lomos del negacionismo fanático, ese que manifiesta sin tapujos Vox en su programa electoral, el de las últimas generales, donde dice “religión climática” hasta en cuatro ocasiones (páginas 48, 64, 110 y 117), como si la santísima trinidad y el IPCC fueran lo mismo.
Y viajan (las mentiras y los bulos viajan también) a lomos del negacionismo soft, ese que propone colocar en el balcón una maceta para combatir el cambio climático, ese que eliminó la Unidad Valenciana de Emergencias no más llegado al poder.
¿Habremos aprendido algo? ¿Ha llegado la hora? ¿La hora del cambio? No lo sé. Lo que sí sé es que, por mucho barro que le echen encima, la verdad es que no había cuerpos en aquel aparcamiento subterráneo, y la verdad es que Aemet avisó a las siete y media de la mañana (“Nivel máx. rojo”) y la verdad es que la primera alerta móvil ES-Alert llegó a las 20.11. Y la verdad es que entonces el agua ya anegaba las calles y sus nombres, historias y amores.
Yo no lo pienso olvidar. Doscientas vidas tarde. Lo inequívoco. Lo demostrable. No pienso olvidar las 07.36 ni las 20.11. Para no volver a las andadas. Y porque 2025 tenemos que construirlo con verdades como puños y no con barro sucio y bulos. Tenemos que construirlo con verdades... para que sea más bonito. Por los que se han ido. Y por los que están por venir. Con verdades como puños. Aplastando bulos. Vamos a ello. Que ya va siendo hora.
Antonio Barrero F.
No sé por qué se mete en estos fregados este digital de energías renovables. Además en un tema judicializado. Encima lo hace contando bulos y acusando a otros de contar bulos. Cuando dice que la Confederación hidrográfica del Júcar proporcionó en tiempo y forma los servicios de medición al servicio de emergencias, es un bulo. No sé si se ha percatado que el aviso de alerta (por correo electrónico) de caudal muy alto, lo envíó unos 45-50 minutos después de haberse producido. Ya demasiado tarde. A las 18h ya se estaban inundando los pueblos y el mensaje de correo de Confederación llegó a las 18h43, sin ninguna posibilidad ya de reaccionar. Ya estaba todo inundando. Además, no hubo ningun aviso intermedio de crecida desde las 16h. Otro tema a discutir es si el modo de mandar avisos urgentes por correo electrónico a un operador es el adecuado o no, que no lo es. O si el mensaje debe incluir textos como desbordamiento inmediato en estas poblaciones.., etc.. O por qué solo tenía Confederación un único sensor de caudal en un cauce de 500 km2 por donde llegan a pasar más de 1000 l/s. O también por qué no tenía Confederación sistema de alerta temprana, que pocos días después de la desgracia, el Ministerio de Transición Ecológica contrató por 35 millones de euros. Eso de que a la población en Valencia no se le alertó hasta las 20h11 es otro bulo. Otra cosa es que no haya sido por el método ES-alert del móvil, que por lo visto nadie sabía ni que existía. Además de los avisos de la AEMET, el Centro de coordinación de emergencias de la Generalitat Valenciana activó la alerta nivel rojo por fenómenos metereológicos a las 8h23 y 10h11. A las 11h45 emite un aviso especial de alerta hidrológica e informa de carreteras cortadas y personas atrapadas. Todos los alcaldes de los pueblos afectados, servicios del policía, bomberos, también estaban más que avisados por el servicio de emergencias de la alerta roja y riesgo de desbordamiento. Las televisiones, radios, webs, redes sociales, etc, llevaban todo el día avisando. Otra cosa es que la población haga caso. Los alcaldes del barranco del Poyo, tienen obligación de convocar el CECOPAL (centro de coordinación local) y según el protocolo, de vigilar el caudal del barranco, comunicarse con otros alcaldes y proteger a su población. Otra cosa es que lo hicieran. Hay algún alcalde que cerró polígonos industriales y escuelas. Otros, como la alcaldesa de Paiporta, por ejemplo, pasó de todo, ni convocó al CECOPAL ni creyó necesario proteger a su población, y se puede enfrentar a situaciones penales. Después sale en los medios diciendo que nadie la avisó, cuando era ella la que tenía obligación de controlar el caudal y avisar. Después, si entramos en limpieza de cauces, obras hidráulicas de protección que no se ejecutaron durante años, etc.. hay tema para rato.
Cuando el Prestige, el gobierno regional subió en votos a pesar de su catastrofica gestión. Así que ahora se lo llevará de calle la ultraderecha de los bulos y el odio como hemos visto, después de proponer quitar los servicios públicos de protección