Su propuesta, recogida en un artículo publicado en la revista Renewable Energy, se sirve de los recursos geotérmicos superficiales o someros, localizados a menos de 400 metros de profundidad, un enfoque probado con éxito en 24 instalaciones geotérmicas en cinco países europeos, localizadas en Zaragoza (España), Liubliana (Eslovenia), Múnich (Alemania), Basilea (Suiza) y Cardiff (Reino Unido).
Este esfuerzo conjunto a nivel europeo, coliderado por el IGME y la CHE, representa un paso importante hacia la promoción de la geotermia somera como una solución viable y sostenible para las necesidades energéticas urbanas. La investigación desarrollada en este estudio proporciona, además, una valiosa herramienta para las autoridades competentes en la gestión de los recursos hídricos, facilitando la toma de decisiones informadas y la implementación de soluciones energéticas sostenibles.
En concreto, la geotermia somera "no requiere grandes extensiones de terreno y es altamente eficiente, sostenible e independiente de las condiciones climáticas". Por otro lado, "tiene un bajo impacto ambiental, puede ser utilizada tanto para calefacción como para refrigeración y presenta costos operativos bajos", aseguran los autores del artículo.
Geotermia de circuito cerrado y abierto
La geotermia somera utiliza la temperatura constante del subsuelo para climatizar edificios de manera eficiente y sostenible. En la actualidad, existen dos sistemas. Uno es la “geotermia somera de circuito cerrado”, que utiliza circuitos cerrados de tuberías enterradas en el subsuelo por las que circula un fluido que intercambia calor con el terreno. Se trata de un sistema adecuado para áreas con espacio limitado y que evita la interacción directa con el agua subterránea.
El otro tipo es la “geotermia somera de circuito abierto”, con la cual se extrae agua subterránea de los acuíferos desde un pozo, se utiliza para intercambiar calor y luego se devuelve al subsuelo por otro pozo. Este método es más eficiente porque utiliza directamente el agua subterránea, con una temperatura más constante que facilita el intercambio térmico. Además, este segundo tipo tiene un coste de instalación menor y reduce más el consumo de energía y las emisiones de CO2, no contribuyendo así al cambio climático.
Jorge Martínez León, investigador del IGME y autor principal del artículo científico: “La geotermia superficial puede ser entre tres y seis veces más eficiente que una bomba de calor de un aire acondicionado convencional en cuanto al consumo de energía y podría ser instalada en casi cualquier edificio de nuestras ciudades o industrias. Sin embargo, en España, salvo el caso de Zaragoza, se utiliza poco respecto a lo que ocurre en Europa. Ahora, con los últimos estudios de optimización, aún es mayor su potencial”.
Precisamente la mejora de la eficiencia de este segundo sistema ha sido el objetivo de los últimos hallazgos ahora dados a conocer dentro de la colaboración que, desde 2009, existe entre el IGME-CSIC y la CHE. Esta colaboración se ha ampliado para incluir a otros organismos europeos, buscando una perspectiva europea en la que se avance para minimizar interferencias y optimizar el uso de esta energía limpia.
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