Vapuleo sin paliativos. La conclusión que ha extraído la CNE de su estudio de la propuesta de real decreto de Autoconsumo es muy concreta: “no constituye una buena regulación”. Así de claro (página 17 del Informe). Además, el tratamiento que el legislador dispensa al autoconsumidor es calificado de discriminatorio hasta en 25 ocasiones (el Informe 19/2013 emplea ese término –discriminatorio/a- en casi cada una de las páginas de las que consta). Como seguramente sabe a estas alturas todo el mundo, la propuesta Nadal de Autoconsumo incluye un peaje estrella –el denominado “de respaldo”-, peaje único en el mundo, que grava a aquellos kilovatios que generan los paneles solares que hay en la azotea y consume el frigorífico que hay en la cocina, es decir, kilovatios que jamás emplearán la red para buscar destino. Pues bien, la CNE ha evaluado la propuesta de Nadal y la ha dejado poco menos que en ridículo. Porque la Comisión no solo considera explícitamente en su informe que “no cabe aplicar el peaje de respaldo a la energía generada para autoconsumo”, sino que, muy al contrario, “se deben poner en valor los ahorros y beneficios sociales que conlleva el autoconsumo”. Como es sabido, al autoconsumir estamos ahorrándole pérdidas al sistema todo (las pérdidas de kilovatios que se producen entre la instalación generadora de electricidad y el punto de consumo). La propia CNE concreta en ese informe “unas pérdidas medias de energía del 14% en el caso de los consumidores domésticos”, o sea, que no estaríamos hablando además de un ahorro baladí.
El que llegó tarde es el que mete prisa ahora
El Informe 19/2013 es demoledor. Para empezar, la CNE se queja de los plazos con los que el Ejecutivo está obligando a la Comisión a trabajar: “se considera [página 1 del informe] que, con el trámite de urgencia con el que se plantea la propuesta, coincidente en el tiempo con un Anteproyecto de Ley del Sector Eléctrico y varios reales decretos y órdenes, no se garantiza la participación efectiva de los distintos agentes involucrados”. La CNE recibió esa propuesta el martes, día 18 de julio, a las dos menos cuarto de la tarde. El remitente, el secretario de estado de Energía, Alberto Nadal, decía lo siguiente: "se remite para su informe preceptivo con carácter urgente en el plazo máximo de 15 días". El procedimiento es tal y como sigue: el Ejecutivo envía su propuesta a la CNE, esta la distribuye entre los miembros de su Consejo Consultivo de Electricidad, los integrantes de ese consejo la estudian (la CNE les dio 10 días para hacerlo) y transmiten a la CNE los comentarios y alegaciones que consideren oportunos, y la Comisión, a la vista de todo, emite su informe. En fin, muchas prisas para estudiar algo que el Ejecutivo ha estado elaborando, presuntamente, durante veinte meses y que, además, debía haber sido presentado en abril del año 2012 (esa es la fecha que había fijado el propio gobierno como fecha límite para presentar esta propuesta). Pues bien, el tándem Soria-Nadal no solo incumple el plazo al que se había obligado vía BOE -demora de casi veinte meses- sino que obliga a la CNE a pronunciarse en tiempo récord.
Del frigorífico y la rana
El caso es que la CNE sí ha hecho los deberes y sí ha emitido informe en tiempo y forma, un informe -19/2013- que critica duramente la propuesta del ministerio. Página 2: el peaje de respaldo que propone el Real Decreto como gravamen para los autoconsumidores “supone un trato discriminatorio con respecto al resto de consumidores, que, pudiendo reducir su consumo en el caso de que adoptaran medidas de eficiencia energética (como el aislamiento de su vivienda o el uso de lámparas de bajo consumo), no pagarían este peaje por la energía que pudieran ahorrar”. El ejemplo es delator. El tándem Soria-Nadal quiere que el autoconsumidor pague por la energía que ahorra con su instalación: ¿se imagina el lector que el ministro del ramo quisiera que pagásemos un peaje cada vez que adquirimos un electrodoméstico de bajo consumo? “Ha comprado usted un frigorífico Clase A+++, va a ahorrarse tantos kilovatios al año –luego tantos euros-, así que debe usted pagar un peaje valorado en tanto”. La CNE concluye así: la imputación del peaje de respaldo a la energía autoconsumida “supondría un trato discriminatorio respecto a otros consumidores que no pagarían, en su caso, este término variable respecto a la energía ahorrada” (la ahorrada por ejemplo en un frigorífico). Además, la propuesta –dice el informe- incorpora “valores numéricos para el peaje de respaldo muy elevados que harían económicamente inviables las modalidades de suministro y producción con autoconsumo” (como si el legislador hubiese querido asegurarse a toda costa de la inviabilidad de esta opción). En fin, que el mensaje podría quedar resumido en: “más te vale que sigas con tu vieja nevera que, como se te ocurra comprarte una nueva para ahorrar, yo te aseguro que, con los impuestos que me voy a inventar, tú no la vas a amortizar hasta que la rana críe pelos y el escarabajo, lana”.
Europa dice otra cosa
Por esa y otras razones (de carácter más técnico), el informe concluye que “la Comisión, así como una gran mayoría de los miembros del Consejo Consultivo, considera que se debería eliminar el peaje de respaldo contenido en la propuesta”, una propuesta que es discriminatoria –discriminación negativa injustificada, según la CNE- para con los autoconsumidores, pero que no discrimina positivamente, como bien podría ser, para reconocer las virtudes del autoconsumo, virtudes que menciona el propio legislador en su propuesta pero que, sin embargo, no valora. La CNE también explicita con claridad este extremo: “adicionalmente, no se deducen del peaje de respaldo los beneficios sociales que están asociados a la producción distribuida y al autoconsumo, como pueden ser el ahorro por las pérdidas de energía en la red, lo que incrementa la eficiencia del sistema en su conjunto, y otros beneficios sociales de más difícil cuantificación, como pueden ser la reducción de las inversiones netas en el sistema (por las menores congestiones de la red y las menores necesidades de capacidad instalada en generación), la menor dependencia energética, así como el menor impacto medioambiental de las actividades eléctricas”. En la normativa europea –concluye aquí la CNE- “se promociona a la generación distribuida y el autoconsumo cuanto menos por todas estas razones (Directivas de 2004, 2009 y 2012 de promoción de la cogeneración, las energías renovables y la eficiencia energética, respectivamente)”.
Pagos por capacidad
Otro de los sinsentidos que incluye la propuesta de RD de autoconsumo que enviara Nadal a la CNE es el relativo a los pagos por capacidad. Según ese proyecto de real decreto, los autoconsumidores deben sufragar con sus peajes (y para que funcionen como respaldo) las centrales térmicas de gas natural de Iberdrola, Endesa y compañía, que hoy ya reciben subvenciones a fondo perdido para mantenerse en modo respaldo que salen de la factura de la luz, subvenciones que mañana, según Nadal, deberían empezar a salir también del bolsillo de los autoconsumidores. La CNE es explícita también en este asunto: “los pagos por capacidad vigentes tienen dos componentes, el pago a la inversión y el pago a la disponibilidad. El objeto del primero es incentivar la instalación de nueva capacidad de generación para mantener el equilibrio de la generación y demanda en el horizonte del largo plazo”. Pues bien –explica la CNE-, eso también se consigue con el autoconsumo, “que evita inversiones en generación en el largo plazo; por lo tanto, se considera –dice la CNE- que no procede que el autoconsumo pague por este incentivo”.
De la disponibilidad y la cogeneración
Por su parte –continúa la Comisión-, el pago a la disponibilidad “incentiva el equilibrio de la generación y demanda en el horizonte del medio plazo, de lo que no se beneficia el autoconsumo”. Más aún: en la actualidad –dice la CNE-, los generadores de electricidad renovable no pagan por este servicio, “por lo que la imputación exclusiva de este coste a los generadores que producen electricidad para el autoconsumo sería discriminatoria”. Como discriminatorio también es, según el Informe 19 de la CNE, el hecho de que la propuesta de RD del tándem Soria-Nadal exima a la cogeneración (que quema gas y fuel) del pago del peaje de respaldo hasta el 31 de diciembre de 2019 "por razones de interés en el fomento de la cogeneración sobre la base de la demanda del calor útil”… Lo que dice la CNE es que “ni la propuesta ni la memoria que la acompaña” explican por qué no podrían quedar exentas también del llamado peaje de respaldo hasta el 31 de diciembre de 2019 las instalaciones de producción de energía eléctrica con autoconsumo. Así, la Comisión dice que si el RD habla de razones de interés en el fomento de la cogeneración "sobre la base de la demanda de calor útil”, debería hablar también, “en paralelo con la argumentación ofrecida para la exención a la cogeneración”, de razones de interés en el fomento del autoconsumo “sobre la base de la reducción de las pérdidas en la red y la minimización del impacto de las instalaciones eléctricas en su entorno”. Debería, pero no lo hace, por lo que la CNE considera que el autoconsumo está recibiendo también en este extremo un trato discriminatorio.
En fin, una disfunción grave y 25 veces discriminatoria/o en una propuesta surrealista que ha causado estupor en todas partes –léase por ejemplo Forbes- y que queda resumida en un apunte también extraído del Informe 19/2013 de la CNE: resulta que el Anteproyecto de Ley del Sector Eléctrico que ha enviado Industria a la CNE –la gran ley que ha de sustituir a la emblemática Ley 54/1997- contempla tres modalidades de autoconsumo, mientras que el Real Decreto que debe desarrollar lo apuntado en esa gran ley marco sólo contempla... dos. Así de claro lo tienen Soria y Nadal, economistas ambos.
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