fotovoltaica

Grandes instalaciones de renovables e impacto territorial

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La necesidad de nueva potencia eléctrica renovable para impulsar la transición energética y el abaratamiento de los costes de estas tecnologías hacen que proliferen los proyectos de parques eólicos y de grandes plantas fotovoltaicas que ocupan extensiones considerables de terreno. En algunas zonas estos proyectos están levantando la oposición de colectivos locales que ven agredido su territorio por grandes instalaciones que están promovidas por empresas foráneas. Es un artículo de Cristina Rois y Carlos Martínez Camarero, de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. Martínez Camarero es también miembro de CCOO.

Grandes instalaciones de renovables e impacto territorial
Planta fotovoltaica con integración de zonas arbustivas

La Plataforma por un Nuevo Modelo Energético ha abordado esta cuestión pues creemos que es necesario reducir los impactos del actual sistema energético y democratizar la producción y uso de la energía, ahora en manos del oligopolio energético.

Sabemos que cualquier tipo de energía tiene impactos ambientales y que las tecnologías renovables también los tienen por el uso de materiales, la producción de residuos, el uso de agua o la afección a la biodiversidad. Es preciso reducir todos esos impactos con la correcta gestión de sus residuos y el reciclaje de materiales (por ejemplo de las células fotovoltaicas o las palas eólicas) o con las múltiples medidas que pueden plantearse para minimizar las afecciones a la fauna y flora a partir de rigurosas evaluaciones de impacto ambiental.

Respecto de la ocupación del territorio es preciso dimensionar adecuadamente la ubicación, el tamaño y las características de las diferentes instalaciones, ya sean eólicas, solares, hidráulicas o de biomasa. En el caso de grandes instalaciones fotovoltaicas, que pueden ocupar varios cientos de hectáreas, se puede limitar su impacto paisajístico integrando zonas arbustivas y evitando terrenos cercanos a poblaciones y a zonas recreativas o de muy alto valor ecológico.

Ante la preocupación de que estas plantas fotovoltaicas pudieran ocupar mucha extensión de cultivos agrícolas, un estudio realizado por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) pone de relieve que aunque se instalara toda la potencia solar prevista en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) en este tipo de cultivos, solo afectaría a un 0,3% de los mismos. Lo cierto es que estas plantas suelen ocupar sólo terrenos improductivos o de escaso valor agrícola por lo que apenas existe competencia con este sector. Además la llamada “agrovoltaica”, instalación de paneles solares encima de ciertos cultivos, es una fórmula a explorar que genera simultáneamente beneficios a los propietarios de dichos cultivos.

En cualquier caso sería muy importante que se estableciera una zonificación del territorio en cada Comunidad Autónoma que determinara qué zonas deberían quedar excluidas de estas grandes instalaciones por su valor medioambiental y en cuáles se podrían construir con determinadas exigencias y precauciones. El reciente anuncio por parte del Ministerio para la Transición Ecológica de que pronto va a presentar un mapa eólico y fotovoltaico es una buena noticia a este respecto.

La Plataforma por un Nuevo Modelo Energético ha publicado un informe, “Propuestas para un sistema energético descarbonizado y democratizado: reducir el impacto ambiental de las grandes instalaciones fotovoltaicas”, que establece criterios sobre cómo abordar la dimensión, la ubicación y la gestión de instalaciones fotovoltaicas de gran tamaño.

De todas formas hay que tener en cuenta que los impactos ambientales de las renovables no son comparables a los de las energías basadas en combustibles fósiles o nucleares, tecnologías que además de la ocupación de espacio, los residuos que generan o el consumo de agua, emiten gases de invernadero que provocan el cambio climático o la amenaza nuclear.

Está en la base de nuestro planteamiento que el motor de la transición energética ha de ser el autoconsumo, la generación distribuida de energía, las comunidades energéticas, el almacenamiento y la agregación, así como el empoderamiento ciudadano. El autoconsumo doméstico, agrícola o industrial y la nueva figura de las comunidades energéticas implican un modelo con menor impacto sobre el territorio y más democrático que el modelo centralizado basado en grandes instalaciones, que suelen ser propiedad del oligopolio energético. Se deberán también poner en marcha mecanismos de gestión de la demanda que permitan participar a los usuarios del sistema eléctrico.

Pero sabemos también que el autoconsumo sólo va a poder satisfacer una parte de la demanda eléctrica, la de las viviendas o instalaciones industriales o empresariales que puedan financiarse los paneles fotovoltaicos, que en el contexto económico actual desgraciadamente no va a poder ser masivo.

Además es necesario mantener instalaciones de generación eléctrica que den soporte a la red y que sean capaces de suministrar energía a todos los consumidores domésticos, de servicios públicos y privados y a las industrias que no tengan autogeneración, tanto de grandes áreas metropolitanas como de cualquier otra localidad, así como a las redes de transporte ferroviario y a otras instalaciones públicas (alumbrado…)

La planificación energética debería determinar qué tecnologías renovables y en qué proporción deben cubrir la demanda eléctrica prevista de esos muchos sectores y ámbitos que apenas podrían abastecerse con generación distribuida. En esta década la energía eólica y la solar fotovoltaica tienen que cubrir una parte importante de la demanda eléctrica por la abundancia del recurso en España y por sus costes de generación inferiores a los de otras tecnologías. Además se tendrían que considerar especialmente otras tecnologías renovables que aportarían estabilidad al sistema eléctrico (hidráulica con bombeo, biomasa eléctrica adecuadamente dimensionada, biogás, solar termoeléctrica con almacenamiento en sales fundidas….).

Así pues la situación de emergencia climática debería dar lugar al impulso de una transición energética que en 2030 tuviera un mix de generación eléctrica basado en tecnologías renovables convenientemente planificadas, en el que la generación distribuida y el autoconsumo tuviera un gran peso y en el que las grandes instalaciones de generación fueran una combinación de renovables que aportaran también capacidad de respaldo a la red eléctrica, en la que se tuvieran además en cuenta los aspectos de protección territorial y de la biodiversidad, así como de desarrollo industrial autóctono y de generación de empleo local. Lo que no puede admitirse son medidas de moratorias generalizadas o de exclusión a priori de zonas rurales o agrarias para la construcción de plantas renovables de gran potencia como algunos colectivos están planteando.

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Pablo Ruiz
No puede ser que cambiemos un sistema no respetuoso con la gente y el entorno por otro (aunque sea renovable). RENOVABLE no significa automáticamente SOSTENIBLE (Beneficioso en términos económicos, sociales y ecológicos) Otro tema importante sería facilitar la tramitación para cubiertas en entornos rurales, ya que deben cumplir los mismos requisitos que sobre suelo (estudio de impacto en aqüíferos, arqueología, sistemas naturales,... ) Un saludo.
LuisB
Invito a los que se oponen a los proyectos eólicos y fotovoltaicos a.....hacer números. Sin números, sin cálculos de como cubrir el mix de energía primaria en España en 2050 (donde deberíamos haberla descarbonizado por completo), es como están haciendo sus propuestas muchas plataformas NIMBY. Por favor, estudios energéticos, presentarlos y hablamos.
Francisco Navarro
Totalmente de acuerdo con Fernando. Quedan todavía millones de metros cuadrados de techos de naves industriales en los que podrían instalarse paneles para el autoconsumo con balance neto...sin necesidad de nuevas líneas de alta tensión ni de gastos de vigilancia contra robos y hurtos. Los mismos vigilantes de los polígonos industriales ya vigilan las placas fotovoltaicas y generadores minieólicos. Se trata de un terreno ya urbanizado y devorado al paisaje, por lo que no causa mayor impacto paisajístico del que ya se causó en el momento de construirse el polígono industrial
Fernando Belda
Mientras queden cubiertas aprovechables para energía solar en polígonos industriales, polideportivos, escuelas, hospitales, casas, granjas ..., no se debería de autorizar grandes parques solares, que suelen estar muy alejados de los centros de consumo. Las bondades de la energía solar quedan pervertidas con el modelo de grandes parques solares, que al final quedan en manos de grandes multinacionales, y en donde la posible riqueza generada queda mayoritariamente en manos foráneas. No olvidemos que un parque solar necesita de grandes líneas de alta tensión, afectando al paisaje, al suelo, la vegetación y la fauna. La urgencia de acciones a tomar para reducir el impacto del cambio climático no debe de ser la escusa para tragar con estos megaproyectos, en donde siempre pierde el medio ambiente y las zonas que menos han contribuido a generar el problema.
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