El Sol (sumadas las tecnologías fotovoltaica y termosolar) produjo en Extremadura el año pasado electricidad equivalente al 52,47% de la demanda regional, o sea, más de la mitad de la electricidad que demandaron los extremeños. Lo revelaba hace unos meses el último Balance Eléctrico de la región (el de 2018). La demanda extremeña alcanzó el año pasado los 5.057 gigavatios hora. La termosolar produjo 1.634; la fotovoltaica, 1.018. En fin, 2.652 gigas hora, o sea, más de la mitad de los 5.057 demandados. La primera de las tecnologías solares -la termoeléctrica- lleva congelada desde 2013, cuando se puso en marcha la última central de la cincuentena que hay hoy en España. El hachazo a las renovables -el final de las ayudas-, cuando la termosolar aún no ha alcanzado la plena competitividad, ha dejado esa tecnología en modo espera hasta que la I+D haga con ella lo mismo que ya ha hecho con la eólica: hacerla plenamente competitiva.
O con la fotovoltaica. Porque ahora mismo instalar un megavatio de potencia FV es más barato que instalar cualquier otro tipo de megavatio, y generar electricidad con una instalación FV es más barato que hacerlo con cualquier otra tecnología. Y España es buen ejemplo. El año pasado Statkraft y Baywa conectaron a la red en Sevilla el primer gran parque solar fotovoltaico sin primas de España: Don Rodrigo. Desde entonces, el frenesí FV ha sido sin descanso. El último ejemplo es La Fernandina, un campo solar de 50 MW cuya construcción acaba de concluir (foto), que ha demandado una inversión de 30 millones de euros y que está compuesto por 134.820 módulos fotovoltaicos de 370 Wp, 1.533 seguidores solares a un eje, 18 inversores fotovoltaicos de 2.5MVA, una subestación 50MVA 66/30kV y una línea aérea de alta tensión de 1,20 kilómetros de longitud hasta la subestación de Mérida.
"La puesta en funcionamiento de este campo solar -informa su promotor, OPDenergy- evitará la emisión de 40.000 toneladas anuales de CO2 a la atmósfera, de acuerdo a los factores de emisión publicados por la Oficina Española del Cambio Climático (OECC)". La empresa ha anunciado además que, antes de que finalice el año, concluirá los trabajos para la puesta en marcha y la conexión paralela de dos plantas más: la planta solar de Zafra, ubicada en Alcalá de Guadaira (Sevilla) y que contará con 49,9 MWp de capacidad; y la planta solar de Miramundo, en Puerto Real (Cádiz), con la misma capacidad que la anterior. Ambas se vendrán así a sumar a las ocho instalaciones que la firma ya ha desarrollado en Extremadura. Según el Balance Eléctrico 2018 de la región, Extremadura contaba a finales del año pasado con 564 megavatios de potencia solar fotovoltaica instalados.
Una minucia, si lo comparamos con lo que viene de camino. Lo contaba hace solo unos días la consejera extremeña para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, Olga García, en el marco de una jornada sobre el Mercado Eléctrico Europeo 2030 organizada en Mérida por la compañía eléctrica Endesa y el operador del mercado ibérico (OMI): ahora mismo hay en Extremadura, en tecnología solar fotovoltaica -decía la consejera-, 151 proyectos con viabilidad para conectar a las redes, que, en conjunto, suman 8.000 megavatios de potencia. “Todos ellos y las plantas que se están construyendo -añadía García- están siendo generadores de empleo. En el último año, el sector energético extremeño ha crecido en 4.300 ocupados”.