La factura que pagamos por la electricidad que usamos está dividida grosso modo en dos partes: una, fija; la otra, variable. La fija depende de la potencia que tenemos contratada (y esa potencia es siempre, o casi siempre, la misma). La variable depende de un montón de factores: del frío que haga, del calor que haga, de lo eficientes que sean los electrodomésticos que tengamos, de nuestros hábitos de consumo, del número de personas que viven en casa, de la eficiencia de las bombillas que usemos, etcétera, etcétera, etc. El español medio, la española media, puede cambiar de bombillas, o de electrodomésticos, o de hábitos, con una cierta facilidad o frecuencia. Pero no es habitual cambiar de potencia en casa, porque la potencia contratada se supone que es la que necesitamos, y se supone que podemos optimizarla, pero hasta un cierto punto. En definitiva, es más sencillo ahorrar kilovatios hora que ahorrar en el término de potencia.
¿Y qué pasó durante la Primera Legislatura Rajoy?
Pues que el Ejecutivo Rajoy y el ministerio de los Nadal incrementaron el precio de la potencia hasta más de un 100% en algunos tramos, algo que fue muy criticado por, entre otras, las asociaciones de consumidores, que consideraban que esa medida desincentiva el ahorro. El razonamiento es el siguiente: si el 75% de la factura corresponde a lo que el consumidor gasta (el número de kilovatios hora que usa) y el 25% restante corresponde al término fijo, que siempre es el mismo, el usuario se sentirá incentivado para ahorrar (cambiando las ventanas, apagando las luces del pasillo cuando ya no hay nadie de paso o sustituyendo una nevera -o una bombilla- vieja por otra más eficiente). Y se sentirá incentivado porque esos cambios se traducirán más claramente en esa factura, una factura en la que el peso del kilovatio hora es de un 75%, frente al peso de la potencia (que siempre va a ser la misma y sobre la que es más difícil o sencillamente imposible ahorrar, porque la potencia es la que es y tiene que ser la que tiene que ser porque es que si no se van los plomos).
Y ahí llega UNEF
la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha elaborado un informe (abajo incluimos enlace) que persigue dar indicaciones sobre los elementos que deberían guiar esta reforma "para que se garantice un alineamiento con los principios de la transición energética y el cumplimiento de los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima". UNEF propone así "realinear el término fijo de la tarifa con los porcentajes de los países de nuestro entorno para dar una señal de precio adecuada a los consumidores de cara a la implementación de medidas de eficiencia, la instalación de autoconsumo o el despliegue del vehículo eléctrico". La Asociación considera que esta medida "permitiría cumplir con las recomendaciones de la Comisión Europea al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, en las que se pide más concreción sobre las líneas a seguir en España para el fomento del autoconsumo".
En concreto, UNEF propone el siguiente reparto entre las partes fija y variable de la factura eléctrica: 25% de peso para el término fijo; 75% de peso para el consumo "para un consumidor medio". Según la Asociación, esto supondría volver "a una situación similar a la anterior a las subidas del término de potencia que se produjeron entre 2012 y 2015". Y es que, según UNEF, "actualmente España es una excepción a nivel internacional, ya que el peso de la parte fija es un 40% mientras que la media de los países europeos analizados en nuestro informe es un 22%".
Jorge Barredo, presidente de UNEF: “la revisión de la metodología tarifaria debe considerar los elementos de política energética necesarios para la transición, de forma que la tarifa resultante no sea una barrera a su implantación. Repercutir los costes del sistema en el término de potencia supondría un freno a las políticas más innovadoras identificadas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, como son el fomento del autoconsumo y de la eficiencia energética”
Autoconsumo, vehículo eléctrico, eficiencia energética
La Unión Española Fotovoltaica considera que, "para que se implementen medidas de eficiencia energética, se requiere una fuerte señal de precios al consumo de energía, ya que un alto peso del término fijo reduce el ahorro económico que implica el ahorro energético; este efecto distorsionador -continúa UNEF- afecta de manera aún más acusada a los consumidores en situación de pobreza energética que, con el actual diseño de la tarifa, destinan una mayor proporción de su factura a sufragar los costes del sistema".
Además -alerta la Asociación-, un aumento de la parte fija de la factura "desincentiva la instalación del autoconsumo, pues los aumentos en el término de potencia alargan los plazos de amortización de estos proyectos y producen un efecto inadecuado en el consumidor, que observa que paga 'lo mismo' independientemente de su consumo".
Un término de potencia caro también dificulta -según UNEF- el desarrollo de la infraestructura de carga del vehículo eléctrico dado el perfil de uso de la red que realizan las estaciones de recarga del vehículo eléctrico, "que consumen una gran cantidad de energía en periodos cortos de tiempo, por lo que requieren potencias contratadas elevadas".
UNEF recorre la evolución histórica de la factura eléctrica en España
En nuestro país -recuerdan desde la Asociación-, el reparto entre los términos fijo y variable de la estructura tarifaria actual es consecuencia de sucesivas subidas del término de potencia que se produjeron entre 2012 y 2015 "y que han producido una tarifa que envía una señal incorrecta al consumidor". Según UNEF, estas subidas "obedecían a un objetivo recaudatorio, que trataba de aumentar los ingresos del sistema para disminuir el déficit de tarifa; y a un objetivo de política energética, centrado en frenar el desarrollo del autoconsumo". La Asociación por fin concluye que "el actual contexto en el que se encuentra nuestro país es muy diferente, al estar marcado por la prioridad que la transición ecológica tiene en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y el nuevo marco regulatorio para el autoconsumo, y no justifica un aumento adicional del término de potencia de la factura eléctrica".
Informe UNEF: Posicionamiento de UNEF respecto a la definición de peajes y cargos
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