Las instalaciones inutilizadas en el monte Arkamo son dos torres de medición de viento que dejaron de emitir datos y aparecieron derribadas la primera semana de abril. Se trata del tercer ataque realizado en esta ubicación, ya que en 2020 fue derribada una primera antena, que fue sustituida por las dos ahora destruidas. También el año pasado se registraron dos sabotajes en la ubicación de Montes de Iturrieta, una primera en la que se atentó contra el cuadro de control de la estación de medida y posteriormente se derribó la propia antena que mide el viento. Los cinco sabotajes han sido denunciados ante instancias policiales que se han hecho cargo de la investigación para localizar a los autores e instigadores.
La sociedad Aixeindar ha expresado su "más firme condena" ante estos ataques, "que suponen una clara coerción dirigida a impedir toda investigación del recurso del viento en posibles ubicaciones y una amenaza para sostenibilidad energética futura de Euskadi".
Aixeindar ha iniciado la tarea de búsqueda y medición del viento para estudiar posibles ubicaciones de nuevos parques eólicos en todo Euskadi y ha presentado las primeras solicitudes para cuatro posibles ubicaciones en las que existe recurso de viento, concretamente en Azazeta, Montes de Iturrieta, Arkamo y Labraza. "Todos ellos -informa el EVE- están sujetos a autorización medioambiental mediante un análisis exhaustivo de todos los elementos, así como a un proceso de recogida universal de alegaciones por parte de la ciudadanía, que es precisamente el momento administrativo en el que se encuentra en la actualidad".
El objetivo de la sociedad formada por Iberdrola y el Ente Vasco de la Energía (EVE) es "contribuir a la descarbonización del sistema energético en aras a disminuir los efectos del cambio climático de Euskadi mediante la puesta en marcha de parques eólicos que aporten energía renovable que sustituya directamente a otras fuentes fósiles que se están utilizando a día de hoy".
Según el EVE, La descarbonización del sistema energético vasco requiere de la aportación "de todos los aprovechamientos renovables, tanto de las pequeñas instalaciones domésticas que producen para el consumo de la familia, como las instalaciones más grandes que pueden aumentar considerablemente el porcentaje de producción renovable vasco que lleva más de una década de retraso respecto a las comunidades vecinas".
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