El estudio se centra en determinar el coste de las energías renovables para el sistema eléctrico, midiendo por un lado su efecto reductor en los precios del mercado y, por otro, los incentivos percibidos. La diferencia entre ambas magnitudes representa el coste neto de cada tecnología.
La principal conclusión es que si en 2008 y 2009 todas las tecnologías renovables fueron rentables para el sistema porque generaron más ahorros que costes, en 2010 y 2012 sólo la eólica y la minihidráulica fueron competitivas al generar un ahorro superior a las primas percibidas (en 2011, año de sequía y excepcionalmente poco viento, ninguna lo fue).
“La eólica y la minihidráulica han demostrado ser bastante eficientes en pagar sus costes, incluso produciendo ahorros para el sistema”, señala el estudio, publicado en la revista Energy Policy. Añade que “los costes del mercado serían mayores sin energía eólica”.
El estudio concluye que la combinación del sistema de feed-in-tariff y las primas ha sido un instrumento efectivo para promover las renovables en España, al impulsar el despegue de su participación en el sistema y el efecto reductor en el precio del mercado.
Considera que este efecto reductor podría ser aún mayor si las fuentes convencionales de electricidad ofertasen a precios más bajos para evitar ser desplazadas (como ya ocurre en ocasiones). Y argumenta que hay significativas diferencias entre el coste de unas tecnologías renovables y otras.
Y hace 20 años esto era noticia
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