Así lo han puesto de manifiesto los auditores del Tribunal de Cuentas Europeo en un informe titulado "Energía renovable marina en la UE," presentado este lunes en una rueda de prensa virtual, en la que la auditora medioambiental en el Tribunal de Cuentas Europeo, Katarzyna Radecka-Moroz, y el miembro del Tribunal que dirigió el estudio, Nikolais Millionis, han advertido del "dilema ecológico planteado por esta fuente de energía clave para la transición ecológica de la UE".
En concreto, la UE ha establecido unas metas ambiciosas, con 61 GW de capacidad instalada para 2030 y 340 GW en 2050, que palidecen ante los 16 GW actualmente desplegados. Por tanto, un despliegue rápido y a gran escala de las instalaciones eólicas marinas en los países de la UE reclamará un vasto espacio marítimo y aproximadamente 800.000 millones de euros, procedentes en su mayor parte de la inversión privada. Unas metas que según los expertos "no son fáciles de cumplir".
El debate de la energía azul
Europa se ha planteado la energía azul como una de las formas para cumplir los objetivos ecológicos de la UE. De hecho, en 2020, la Comisión Europea adoptó su estrategia para apoyar el desarrollo sostenible de la energía renovable marina, con una inversión de 2.300 millones de euros del presupuesto de la Unión a las tecnologías renovables marinas desde 2007. Además, el Banco Europeo de Inversiones ha proporcionado préstamos e inversiones en capital por valor de 14.400 millones de euros.
La energía renovable marina puede generarse a través de tecnologías de energía eólica (marina fija y flotante), oceánica (mareomotriz y undimotriz) y fotovoltaica flotante. En la actualidad, casi toda la energía renovable marina en la UE se genera mediante la tecnología eólica. Alemania tiene la mayor capacidad renovable marina de todos los países de la UE (8,1 GW al final de 2022, en su mayoría en el mar del Norte), seguida de los Países Bajos (3,2 GW), Dinamarca y Bélgica (ambos países a alrededor de 2,3 GW)
Sin embargo, el auge de la energía renovable marina plantea su propio "dilema ecológico", ya que aunque esta fuente es clave para la transición ecológica de la UE, su desarrollo puede dañar el medio marino. A pesar de que la estrategia de la UE trata de alinearla con la conservación de la biodiversidad, la Comisión Europea no ha valorado sus posibles consecuencias medioambientales, como "el desplazamiento de especies y los cambios estructurales de las poblaciones, la disponibilidad de alimentos o los patrones de migración, además de los conflictos con la industria pesquera", señala el informe.
De forma paralela, los expertos aluden a los "largos procedimientos nacionales para la concesión de permisos" como un obstáculo añadido. Por ejemplo, Francia tiene uno de los plazos más largos en Europa para aprobar instalaciones eólicas marinas, que puede prolongarse hasta once años.
Barreras geográficas en España
Además, analizando cada caso, el despliegue de eólica offshore presenta otra serie de dificultades, como las geográficas en el caso de España, cuyas aguas costeras son más profundas que las del somero mar del Norte. En declaraciones a Energías Renovables, la auditora medioambiental en el Tribunal de Cuentas Europeo Katarzyna Radecka-Moroz, ha señalado que aunque las autoridades españolas están explorando su potencial offshore "la gran profundidad media de las aguas españolas cercanas a la costa dificulta su despliegue", porque "la tecnología actual no es compatible con estas condiciones" (en referencia a los más de 50 metros de profundidad que dificultan su implantación).
Sin embargo, el problema de la profundidad de las aguas costeras españolas podría verse aliviado por otros enfoques, como el de la eólica marina flotante. Esta forma de energía azul ya cuenta con el primer aerogenerador flotante de España, del proyecto DemoSATH, ubicado a 2 millas de la costa vasca, dotado con una turbina de 2 megavatios de potencia. Su producción anual cubrirá el consumo eléctrico de aproximadamente 2.000 hogares en un año y ha entrado en funcionamiento este lunes.
Conflictos con la industria pesquera
El informe señala que los conflictos con el sector pesquero siguen en "gran medida" sin resolverse, lo que suele provocar una oposición a la energía renovable marina a la hora de examinar los proyectos de forma individual. Además, los países de la UE con aguas compartidas "apenas planifican proyectos conjuntos", lo que impide crear oportunidades de hacer un uso más eficiente del escaso espacio marítimo comunitario.
El cuello de botella chino de materias primas
Los auditores del Tribunal de Cuentas Europeo advierten también de que "la escasez de materias primas fundamentales para las energías verdes puede provocar la desaceleración del despliegue de la energía renovable marina en Europa". Actualmente, casi todos los materiales han sido suministrados por China, país que también desempeña un papel crucial en la fabricación de imanes permanentes para los generadores de turbina eólica.
En la UE, la dependencia de las materias primas puede generar "cuellos de botella", por lo que los auditores han manifestado su preocupación por la seguridad del suministro en el contexto actual de tensiones geopolíticas.
Para Nikolais Millionis, "la invasión rusa de Ucrania ha resaltado la importancia de la independencia energética de la UE, y nuestros mares pueden ser una parte de la solución". Sin embargo, "esta revolución azul de la UE no debería emprenderse a cualquier precio: las renovables marinas no deben dar lugar a un grave daño social o medioambiental".
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