En concreto, la Carta Eólica española o "Wind Charter" recoge seis líneas de actuación orientadas al desarrollo del sector eólico y se especifican herramientas para poderlas llevar a cabo. Las líneas de actuación son las siguientes: 1) una mayor visibilidad y robustez en las previsiones de despliegue de generación eólica; 2) un diseño mejorado de las subastas de energía renovable que tenga en cuenta criterios y estándares de valor añadido más allá del puro precio; 3) mejoras en los procesos de toma de decisión de las propias empresas de modo que estén alineados con estos mismos principios; 4) reducir la volatilidad del sector con mayor previsibilidad y el impulso de acuerdos a largo plazo; 5) la vigilancia de prácticas de comercio internacional para evitar prácticas anticompetitivas; y 6) el apoyo de las capacidades de fabricación del sector eólico en la UE junto con el refuerzo de las capacidades industriales y de empleo existentes.
Según explica la AEE en un comunicado, la industria eólica en nuestro país “es un pilar fundamental para el impulso económico, la creación de empleo y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y mantiene una firme convicción de seguir jugando un rol protagonista para el cumplimiento del PNIEC”. Por otro lado, consideran que el compromiso con el crecimiento del mercado interno y el desarrollo de nueva potencia eólica en España es “esencial” para asegurar la competitividad de nuestra industria en el mercado global y contribuir significativamente a los objetivos económicos, medioambientales e industriales. España necesita de un mercado eólico ambicioso, ágil, lineal y saludable, y garantizar una industria competitiva, sólida y estable.
"Hoy vengo con la satisfacción de poder firmar la Carta con la industria española" ha anunciado la vicepresidenta a su llegada al encuentro anual de WindEurope en Bilbao. "Estamos ante un panorama con nuevos competidores en un contexto geopolítico en que nuevas potencias hacen una apuesta parecida a la europea y la española, que nos lleva a defender y subrayar la importancia de la industria eólica en nuestro continente y en nuestro país" ha explicado Ribera.
Por su parte, Juan Diego Díaz, presidente de la AEE, ha calificado de oportuno el momento de la firma: “La actual situación energética, junto con el escenario de dependencia de los productos energéticos y sus cadenas de valor, justifican la adopción de mecanismos de emergencia bajo una óptica común en la Unión Europea, que permitan seguir avanzando hacia la Transición Energética, pero a su vez garantizando una autonomía estratégica basada en el liderazgo de las tecnologías "cleantech" en Europa, tanto de sus actores, como de sus cadenas de suministro críticas.
Un sector liderado por la industria española
Según los datos del ministerio, la eólica ya se sitúa como la principal fuente de producción eléctrica en España –cubrió más de un 24% de la demanda en 2023–. No en vano, España es el quinto país del mundo por potencia eólica instalada, tras China, Estados Unidos, Alemania e India. Esta posición de liderazgo queda reforzada con la firma de la Declaración española.
Además, la industria nacional es capaz de producir más de un 90% de los componentes de un parque eólico, lo que sitúa a España como el quinto mayor exportador, solo superado por Alemania, Dinamarca, China e India. En 2022, las ventas exteriores de estos componentes superaron los 2.500 millones de euros, situando en 5.896 millones la aportación al PIB de un sector del que dependen 39.015 empleos directos e indirectos, según los datos del sector.
Para proteger esta industria de la fuerte competencia internacional, además, el pacto eólico se compromete a reforzar sus capacidades productivas a través de un programa de ayudas de impulso a la cadena de valor renovable, a dar más visibilidad mediante la actualización del calendario indicativo de subastas hasta 2030 y a promover la creación de un sello "Made in Europe" que distinga a las mejores tecnologías.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y titular del Miteco: "Creo que hoy nos podemos felicitar. Poder llegar a la firma de esta Carta Española, en la que no solo mostramos el compromiso de las administraciones para impulsar de una forma diferente la mejora constante del sector, sino también por la capacidad del sector industrial de autoimponerse esos compromisos y hacerlos públicos es un paso capital”.
Juan Diego Díaz, presidente de AEE: La firma del "Wind Energy Charter" demuestra que la eólica es una de las tecnologías clave para la transición hacia fuentes de energía renovables, y proyecta una imagen de España en la arena internacional como país tractor, de referencia y con la convicción de alcanzar la autonomía industrial abierta en tecnologías limpias”.
Y es que la aportación de la eólica al PIB ya asciende al 0,5%, con casi 6.000 millones de euros anuales -concretan desde la AEE- y, además, el sector cuenta con 40.000 empleos de alta cualificación, a lo que se suma un gasto de personal entre las compañías del sector que es de los más elevados del tejido industrial en nuestro país, con cifras equivalentes a sectores como las telecomunicaciones o la industria farmacéutica.
Según su volumen de exportaciones, que ya superan los 2.500 millones de euros anuales, el sector se sitúa en el 5º puesto del ranking mundial. Además, el desarrollo de patentes eólicas sigue siendo muy importante en España, que ocupa el 6º puesto a nivel mundial en esta materia. Por ello, velar por la industria eólica en Europa y en España con el objetivo de mantener y fortalecer toda la cadena de valor es sin duda una prioridad si el sector quiere alcanzar su objetivo de 63 GW totales en España para 2030.
Objetivo: Excelencia ambiental y social
Entre los compromisos de la Declaración figuran “mejorar la integración de los proyectos en el territorio” para mejorar su excelencia ambiental y social, e incluir criterios asociados al valor añadido, tanto en las subastas como en los concursos de capacidad de acceso a la red para una tecnología clave en la transición energética española.
Precedentes europeos
El pasado mes de diciembre se firmó el "Wind Energy Charter", cuando 26 ministros de Energía de la UE respaldaron el "European Wind Power Action Plan", junto con CEOs de la industria eólica en el marco de una reunión del Consejo de Ministros de Energía en Bruselas. España no sólo se adhirió a la iniciativa, sino que además fue el principal país impulsor y tractor para sumar a otros países. Además del apoyo de los gobiernos europeos, más de 300 empresas se sumaron, siendo un número considerable de estas empresas españolas. La energía eólica es la principal tecnología limpia "made in Europe".
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