Dos docenas de máquinas instaladas en aguas alemanas (229 megavatios) han sido conectadas a la red continental en el primer semestre de 2023. Las asociaciones del sector (BWE, BWO, Offshore-Windenergie Foundation, VDMA Power Systems, WAB eV y WindEnergy Network eV) valoran de manera razonablemente positiva ese balance, tras varios años de débil expansión, y reconocen que la industria está en el punto de partida para implementar una gran cantidad de proyectos, pero alertan: para alcanzar las metas establecidas por el Gobierno alemán y otros de la región hace falta una "estrategia de política industrial". Una estrategia que debe apuntar en varias direcciones, además. Las asociaciones identifican en un comunicado conjunto varios de los sectores llamados a ser clave. "El sector naval, los astilleros alemanes para la construcción de estructuras de cimentación, plataformas de transformadores y convertidores, barcos especiales para servicio y mantenimiento deben estar habilitados -advierten desde el sector- para hacer su contribución a la transición energética". La capacidad de los puertos marítimos y las capacidades en materia de transporte interior -añaden- constituyen ahora mismo un cuello de botella.
Por lo demás, y aparte de los 229 megas conectados en este primer semestre, según el informe elaborado por la consultora Deutsche WindGuard, han sido adjudicados o ya tienen una solicitud de conexión a la red de conformidad con la Ley de la Industria Energética (Energiewirtschaftsgesetz, EnWG), proyectos eólicos marinos por valor de 9.900 megavatios. Sin embargo -advierten desde las asociaciones-, estos proyectos aún no han comunicado una decisión final de inversión.
[Bajo estas líneas, a la derecha, tabla con las previsiones 2023-2030 (de conexión de parques eólicos marinos en Alemania), según Deutsche WindGuard].
En Alemania, la mayoría de las turbinas eólicas marinas conectadas a la red se encuentran en el mar del Norte (7.100 MW), mientras que en el mar Báltico hay 1.300 MW. Tanto en el mar del Norte como en el Báltico, los aerogeneradores están instalados principalmente (7.900 MW) en la Zona Económica Exclusiva (ZEE; en alemán: Ausschließliche Wirtschaftszone o AWZ), mientras que solo 500 MW están en aguas territoriales. Durante el primer semestre de 2023 las actividades de construcción y conexión han tenido lugar principalmente en el mar Báltico, pero el futuro despliegue de nueva potencia eólica marina estará mucho más concentrado en el mar del Norte.
En enero de 2023, la Agencia Federal Marítima e Hidrográfica de Alemania (Bundesamt für Seeschifffahrt und Hydrographie o BSH) publicó la actualización del Plan de Desarrollo de Emplazamientos (en alemán Flächenentwicklungsplan). Este Plan 2023 contiene las fechas de licitación para los emplazamientos que habrán de contar con instalaciones en funcionamiento antes de 2032: 9.800 megavatios instalados y puestos en servicio para 2030. Según estos planes podría alcanzarse el objetivo de 30.000 MW en 2030.
A principios de año, las asociaciones ya habían criticado sin embargo que, si el objetivo es materializar los planes del gobierno federal, el despliegue de nueva potencia eólica marina en los próximos años debería darse de manera más pareja, y no en saltos a veces erráticos. "Esto complica innecesariamente el desarrollo sostenible de las capacidades productivas". Las asociaciones alemanas apuestan así por una expansión anual que "debe mantenerse en un nivel alto para que las capacidades puedan utilizarse de manera más uniforme a lo largo de los años" y añaden que "esto también debería coordinarse a nivel europeo si es posible".
Por otro lado, la Asociación Federal de Operadores de Parques Eólicos Offshore (BWO) y las demás asociaciones proponen con el mismo fin -el desarrollo sostenido del sector- que se armonicen los criterios de precalificación en aras de materializar una cadena de suministro resiliente y que se armonicen también los criterios de licitación "cualitativos" para la diferenciación competitiva, todo lo cual -sostienen las asociaciones- facilitará "la soberanía energética de Europa y la descarbonización de la industria electrointensiva, así como el desarrollo de un transporte marítimo ecológico".
"La industria eólica marina debe finalmente poder ocupar su lugar en la transición energética como motor económico: es la base para una Europa soberana e industrialmente fuerte”, concluyen las asociaciones.
Todas estas reivindicaciones recogen el testigo del Manifiesto de la Industria (Offshore Renewable Industry Declaration), manifiesto suscrito durante la Cumbre del Mar del Norte del pasado 24 de abril por más de cien compañías, representativas de todos los eslabones de la cadena de valor eólica marina y del hidrógeno renovable de Europa. En ese Manifiesto los firmantes daban la bienvenida al acuerdo institucional adoptado en esa Cumbre por nueve naciones (nueve gobiernos acordaron ese día elevar su ambición eólica marina desde los 120 gigavatios hasta entonces comprometidos para el horizonte 2050 hasta los 300), pero, además, los firmantes subrayaban ya entonces la urgente necesidad de reforzar las capacidades de fabricación (en materia de eólica) de Europa.
Los firmantes consideraban y consideran que el despliegue de potencia eólica en el Mar del Norte, que va en línea con el objetivo Cero Neto en Ceodós que persigue Europa, debe abordarse desde territorio europeo. La industria se congratulaba en ese documento de que que los Gobiernos de las nueve naciones ribereñas del Mar del Norte comprendan que, para materializar este objetivo, son necesarias importantes inversiones en capacidad de fabricación y en el desarrollo de infraestructuras.
En ese sentido, la asociación de la industria eólica europea consideraba que la propuesta Ley de la Industria Cero Neto (Net Zero Industry Act, NZIA) es un paso importante que se ha dado en Bruselas. Como lo es también en el Reino Unido la iniciativa Powering Up Britain, establecida en aras de la seguridad energética, el fomento de las inversiones y el horizonte emisiones cero neto.
La asociación del sector eólico europeo, WindEurope, consideraba sin embargo que estas medidas se quedan cortas. La Ley de la Industria Cero Neto (NZIA) no alimenta las ambiciones europeas con los mecanismos de financiación y apoyo que serían necesarios. Está demasiado enfocado en la innovación tecnológica, en vez de en escalar la cadena de suministro actualmente existente en Europa, que es prioritario, según la asociación.
El discurso ahora esgrimido por las asociaciones alemanas del sector viene a reproducir aquellas reivindicaciones y alerta sobre los mismos riesgos que corre la transición energética europea si las autoridades competentes no toman cartas en el asunto.
Ahora mismo, Europa puede fabricar siete mil megavatios (7.000 MW) de turbinas eólicas marinas al año. Pues bien, para materializar el Acuerdo suscrito por los nueve gobiernos en la Cumbre del Mar del Norte de abril (que tuvo lugar en Ostende) hace falta elevar ese volumen hasta los 20.000 MW año a partir de 2025.
Y WindEurope alertaba ya entonces en el mismo sentido que alerta ahora el sector alemán en pleno: "se avecinan ya cuellos de botella en la fabricación de cimentaciones, cables, subestaciones y en la disponibilidad de instalaciones, barcos para operación en eólica marina y otros servicios".
En la misma situación, es decir, en la necesidad de acelerar de manera significativa el desarrollo de las redes y las inversiones en cadena de suministro, se va a encontrar Reino Unido -añadían desde la asociación- si quiere alcanzar su objetivo eólico marino 2030, que es tener en operación ese año 50.000 megavatios de potencia en el mar.
La asociación del sector eólico europeo lo tiene claro: "la expansión de la eólica marina debe ser apuntalada por inversiones en redes y puertos. Europa necesita -señalan desde WindEurope- duplicar sus inversiones en redes y canalizar 9.000 millones de euros hacia la modernización y expansión de sus infraestructuras portuarias de aquí a 2030".