Hace unos días, APPA se reunió con el secretario de estado de Energía, Alberto Nadal. ¿Qué le contaron ustedes?
Sí, solicitamos una entrevista con el secretario de estado para transmitirle nuestra preocupación como sector. Estamos muy preocupados porque los continuos ajustes que el Ministerio ha venido haciendo han puesto a varias tecnologías contra las cuerdas. La conversación fue… digamos que… cordial. Y nos dio la oportunidad de compartir nuestras preocupaciones, pero lo cierto es que salimos de allí sin saber qué va a hacer el Gobierno. Eso sí: constatamos que su gran preocupación es el déficit tarifario y que todas sus decisiones van a pivotar sobre ese asunto.
¿Y eso es malo?
Como filosofía… a nosotros nos parece… una falta de estrategia. No debería hablarse solo del déficit tarifario. El déficit es el problema más urgente que tenemos a resolver, pero APPA tiene claro desde hace ya mucho tiempo que la dependencia energética* es el gran problema que tenemos como país. Y, desgraciadamente, en el Ministerio no ven este asunto tan prioritario.
De acuerdo, ya sé que me va a decir usted que las energías renovables son autóctonas –por aquello de que no hay que importarlas- y que por eso nos hacen independientes energéticamente de combustibles fósiles que sí que hay que importar y que, además, son muy caros. Bien, pero, permítame que me centre en la agenda del Gobierno: el déficit de tarifa. ¿Tienen ustedes alguna propuesta sobre el particular?
Sí. Tenemos una amplia batería de propuestas. Propuestas para obtener más ingresos en el sistema, y propuestas para reducir los gastos.
¿Empezamos por los ingresos?
De acuerdo. Las grandes eléctricas, el régimen ordinario, han cobrado 3.000 millones de euros de más en concepto de Costes de Transición a la Competencia, los famosos CTCs. Verá, estos costes se establecieron en su momento como una especie de compensación a determinadas empresas por el previsible recorte de beneficios que les depararía la liberalización. Lo que decía la ley es que las grandes eléctricas serían compensadas si el precio del megavatio hora caía en el mercado mayorista por debajo de los 36 euros… Si el precio estaba por debajo, había que compensar hasta alcanzar esos 36 euros por cada megavatio hora que generasen esas empresas y, si el precio se iba por encima, devolvían el sobrante las eléctricas. Todo, hasta alcanzar un máximo a cobrar, una cierta cantidad total, un techo. ¿Qué pasó? Que rebasaron ese techo y cobraron unos 3.000 millones de más. 3.000 millones de euros que no debieron cobrar, que no han devuelto y que ahora podrían ser 3.000 millones de euros en ingresos, algo que ayudaría a paliar el déficit.
Bien, 3.000 millones vía CTCs. Pero el déficit supera los 28.000… ¿Tienen ustedes más propuestas?
Sí, claro. El Ministerio habla siempre de la rentabilidad razonable para las tecnologías renovables. Y APPA está de acuerdo, pero pedimos que sea igualmente razonable para todas las tecnologías. Y, ahora mismo, la gran hidráulica y la nuclear son dos tecnologías sobre retribuidas, algo que no solo decimos nosotros, sino que también ha sido denunciado desde Europa. Estamos hablando de los denominados beneficios caídos del cielo, los windfall profits. Verá, el coste del megavatio hora nuclear es de entre 21 y 27 euros, mientras que su retribución ha sido, durante todo el año pasado, superior a los 50 euros, o sea, que ha obtenido unos sobre beneficios tremendos que vienen acumulando, además, desde hace muchos años.
¿Y qué propone APPA para hacer más "razonable" una rentabilidad, la de la nuclear, que yo diría que raya el 100%?
Implantar por ejemplo un sistema que ya está funcionando en otros países, como el Reino Unido. En realidad, algo parecido a los CTCs. La idea sería fijar un precio objetivo. Por ejemplo, la nuclear va a cobrar 40; y, mientras el mercado esté por debajo, el sistema le compensa hasta 40; y cuando el mercado esté por encima, devuelve la diferencia para cobrar solo esos 40. Cuarenta, 35 ó equis. Ese es un sistema que se ha implantado en países muy liberalizados, en cuanto a filosofía de mercado, y que se podría implantar aquí.
Me habla de un “precio objetivo”, así como el Ministerio no deja de hablar de una “rentabilidad razonable”… Bien, pero, ¿qué significa exactamente rentabilidad razonable?
En el régimen especial hemos venido manejando una cifra... el 7%, una rentabilidad que subiría un punto en el caso de tecnologías que fueran muy incipientes… Sí, un 7%, siempre ligado al coste del dinero y con algún matiz... pero… esa podría ser la denominada rentabilidad razonable, sí.
Pues, a bote pronto, la rentabilidad de la nuclear parece… algo más que razonable.
Claro. Además, habría que añadir que hay que tener en cuenta el marco en el que se definió el concepto de rentabilidad razonable, en la Ley del Sector Eléctrico. El concepto fue establecido porque había un objetivo político. ¿Cuál? Alcanzar unos objetivos de renovables determinados. Y el Gobierno decidió que fuera la propia iniciativa privada la que lo hiciera. Y, claro, esa iniciativa necesitaba un estímulo para que el inversor, en lugar de poner sus recursos en un producto de máxima seguridad y baja rentabilidad -en los bonos del estado-, los colocara en un negocio que garantizaba el estado, en efecto, pero que tenía más riesgos, porque las tecnologías pueden funcionar o no, porque puede haber accidentes, etcétera, etc. En fin, que yo diría que la rentabilidad razonable es la que hace que un inversor se decida a hacer esa inversión para obtener un beneficio. Y claro que puede cambiar –esa rentabilidad razonable- según el año, según las circunstancias. Sí, pero, en todo caso, la rentabilidad razonable no es la rentabilidad de un bono del estado. Y no es tampoco la rentabilidad de la nuclear, que es muy superior, y que está en las antípodas, por ejemplo, de la fotovoltaica [FV], que ha sufrido recortes muy fuertes que la están poniendo realmente contra las cuerdas. Mire, es cierto que no hay dos proyectos FV iguales, pero, hoy en día, hay muchas instalaciones fotovoltaicas que ya no son rentables, que están en default. Sí, hoy, a estas horas. Y le digo más, si siguen recortando, muchos de esos proyectos podrían entrar en default y verse incapaces de devolver sus créditos.
Pues los que tampoco parecen muy contentos, en materia de rentabilidad, son los señores del gas.
Ese es otro asunto muy distinto. Mire, desde el año 2000 se han montado 27.000 MW de ciclos combinados [gas natural] en España. El respaldo de ciclos es menor del que vienen reclamando los propietarios de esas centrales, que hablan de uno a uno: un megavatio de gas para respaldar cada megavatio renovable, por aquello de la variabilidad de la producción eólica o solar. Pues verá, la Agencia Internacional de la Energía no dice uno a uno, dice uno a cinco: uno de gas por cada cinco de renovables. Esta claro que esto se tenía que haber frenado en los años en los que empieza a aparecer la crisis, 2007, 2008. Sin embargo, se han seguido instalando ciclos. ¿Y cómo nos encontramos ahora mismo? Pues, lógicamente, nos encontramos con que no funcionan más que al 10%, según lamentan ellos mismos.
Y, aun a riesgo de desviarme por un momento del asunto del déficit de tarifa, ¿qué ha desencadenado ese bum del gas natural? ¿Error estratégico de las empresas que no supieron ver que las renovables podían comerles buena parte del pastel?
A los ciclos combinados de gas natural se les ha estado subvencionando. Mediante el denominado incentivo a la inversión, un incentivo que sale de la factura de la luz y que equivale al 40% de la inversión total de una central térmica de gas natural. Esa es otra diferencia, por cierto, con las energías renovables: a nosotros nos pagan por producir megavatios hora, mientras que al gas le subvencionan, a fondo perdido, el 40% de la inversión que precisa la construcción de la central… No estoy hablando de lo que produce, no, estoy hablando de la instalación. Insisto, aquí se da la circunstancia de que, mientras que a nosotros nos pagan por producir, a otros se les está pagando… aunque no produzcan. ¿Y qué va a suceder ahora? Pues que probablemente pedirán que les permitan desmontar ciclos porque los tienen parados… Así que supongo que empezarán desmontando aquellos que ya han cobrado todo el incentivo, cuyo montante perciben en cuotas anuales a lo largo de diez años, y yo diría que pronto nos podemos encontrar con ciclos que se desplazan de sitio porque aquí están parados.
¿Eso se puede hacer?
Te tienen que autorizar. Pero están pidiéndolo y yo supongo que...
Me está diciendo usted que se puede desmontar un ciclo y montarlo por ejemplo en República Dominicana…
Sí, o llevarlo al Reino Unido. Te puedes encontrar que, como ese incentivo te ha cubierto parte de los gastos del asentamiento, de la construcción del ciclo, pues… con esa parte de gastos que te han pagado… puedes llevártelo a otro sitio.
Emigran los incentivos… ¿Cuánto pesan en la factura, por cierto, esos "incentivos a la inversión"?
Más de 500 millones de euros. Cada año.
En fin, volvamos a las propuestas APPA: ¿qué otros costes podemos ahorrar para contener el déficit tarifario, ese del que les consideran a ustedes máximos responsables?
Bueno, en principio me gustaría dejar claro, si es que no lo he hecho ya, que las renovables no somos las responsables del déficit tarifario. Mire, en el año 2005, todas las primas a las renovables supusieron un coste de 798 millones de euros. ¿Sabe cuál fue el déficit ese año? 3.800 millones. En 2008 -año en el que el barril de petróleo alcanzó los 148 dólares, por cierto-, tuvimos un déficit de 5.800 millones de euros. ¿Sabe cuánto sumaron todas las primas ese año? 2.400 millones. Le digo más: a esas alturas, el déficit de tarifa superaba los 12.000 millones de euros, mientras que todas las primas de todos esos años a todas las renovables no alcanzaban siquiera la mitad de esa cantidad, no alcanzaban siquiera los 6.000 millones de euros. Las renovables tienen su cuota de responsabilidad, pero el déficit tiene otras muchas causas mucho más importantes. Ya he citado algunas –CTCs, windfall profits-, causas y problemas para las que proponemos soluciones concretas. Pero hay más asuntos, para los que también hemos presentado alternativas al secretario de estado de Energía.
¿Por ejemplo?
Los costes extrapeninsulares, que sirven para que, en las islas, Ceuta y Melilla, los consumidores no paguen más por la electricidad que en el resto de España [el coste de generación es allí más caro]... Esto, evidentemente, es una política social, de cohesión territorial, una política que entendemos buena y necesaria, pero que no pinta nada en la tarifa. Es más: el gobierno está incumpliendo sus propias leyes, porque es que, en el año 2009, ya se obligó, a través del Real Decreto-ley 6/2009, a llevar este coste a los Presupuestos Generales del Estado [PGE]. Bueno, pues ya llevamos cuatro años sin haber hecho ese cambio. ¿Sabe a cuanto asciende lo que ha salido de la tarifa y debiera haber salido de los PGE? A 7.000 millones de euros. Así que, cuando hablan de resolver el problema del déficit de tarifa… Pues es para decir: mire, solo con que hubiese hecho usted lo comprometido con respecto a los costes extrapeninsulares, se hubiese ahorrado usted 7.000 millones de euros.
APPA también quiere sacar de la tarifa la interrumpibilidad, ese concepto según el cual el gobierno elige a determinadas empresas –grandes consumidoras de electricidad- y les paga una cierta cantidad por ponerse a disposición del operador del sistema eléctrico en caso de emergencia, cantidad que asimismo determina el gobierno y que sale de la factura de la luz. Vamos, que esas empresas tienen que desconectar las máquinas si el operador les pide que interrumpan su producción para liberar esa electricidad y que el sistema pueda aprovecharla en algún otro lugar o en alguna emergencia. ¿Por qué quieren sacar eso de la tarifa?
Pues porque llevamos seis años sin hacer uso de ese mecanismo, lo cual es lógico, ya que, por una parte, la demanda ha caído y, por otra, hay cada vez más potencia instalada. Y es que además se están pagando unas cifras que son tremendas. Mire, si esto se concibe como una política de apoyo a la industria, pues que vaya a la partida que toca en los PGE, a política industrial o adonde sea. Y si no se considera así, si en verdad la interrumpibilidad se considera una herramienta de gestión del sistema, lo que decimos es que, ahora mismo, con el exceso de potencia que el propio Ministerio señala cada día y con la demanda cayendo… pues decimos que no es necesario este mecanismo. Así que… que lo eliminen o que lo dejen sin efecto durante algún tiempo hasta que la demanda se recupere.
La demanda ha bajado, en efecto: un 5% desde 2008. Y la potencia de generación ha crecido desde entonces más de doce puntos. Esos datos me los sé. Pero, ¿cuál ha sido el importe de la interrumpibilidad a lo largo de estos años?
Pues estamos hablando de bastante más de 2.000 millones de euros. Pero es que, además, el Gobierno, en ese escenario que he descrito, o que ha descrito usted, no ha hecho otra cosa que incrementar ese coste, año tras año. Lo contamos en su momento, en el Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España que publicamos hace unos meses. Ahí ya denunciábamos que el coste de la interrumpibilidad ha sido incrementado por el Gobierno, entre 2008 y 2011, en un 117%. Más aún: en 2013, ese coste está previsto ascienda a más de 740 millones de euros, que es la mayor cuantía, con mucho, desde 2008.
Me está hablando usted de muchos costes de muchos miles de millones…
Claro, muchos costes que han sido incluidos en la factura por el gobierno, deuda que además genera unos intereses multimillonarios, de varios miles de millones cada año. Por eso proponemos auditar los costes del sistema. Nuestra propuesta es la siguiente: vamos a ver qué costes están ahora mismo metidos en el sistema eléctrico, cuáles de ellos no son necesarios, cuáles se podrían obviar -ya sea para siempre o temporalmente-, cuáles de ellos es más propio que estén en otro sitio, en los PGE, por ejemplo. Sí, vamos a auditar los costes y vamos a hacerlo todo más transparente. Porque es que no se sabe, por ejemplo, cuál es el coste del transporte y de la distribución. Eso no se conoce. ¿Sabe usted que la Comisión Nacional de Energía, en su informe del sector eléctrico español indica que en la actualidad existen activos de transporte anteriores al año 1998 que han sido dados de baja y que se siguen retribuyendo? Bueno, pues nosotros consideramos que hay que entrar a fondo ahí y que hay que llevar a cabo una revisión profunda de la metodología de cálculo de la retribución de las actividades de transporte y distribución. Lo que queremos decir es que nos parece bien que a las renovables se nos mire con lupa para asegurar una rentabilidad razonable y justa. Bien, pero creemos que esto es algo que habría que hacer evidentemente en otras partes del sistema eléctrico… Y conste que no hemos hablado de todos los costes. Por ejemplo: el bono social, que también está metido en la factura de la luz y que supuso 200 millones de euros solo en 2012. Esa es una política que nos parece muy bien, pero es una política de carácter... social. Por lo tanto debería ir en otra partida de los presupuestos, no en la tarifa eléctrica.
Una última cuestión que también ha tratado APPA: el Real Decreto-Ley 2/2013 ha empujado a todas las tecnologías del régimen especial a la opción de cobrar únicamente una tarifa. ¿Qué significa realmente eso?
Que vamos a cobrar una tarifa fija. La que nos asigna el Gobierno. Le explico con un ejemplo: la eólica hasta ayer cobraba el megavatio hora generado a precio de mercado más prima. Si las subastas en el mercado dan 50 y la prima es 30 –estoy hablando grosso modo-, pues la eólica cobraba 80. Y si el mercado da 25, como la prima es 30, pues la eólica cobraba 55. Pues bien, en el Ministerio la justificación del RD viene a ser algo así como que nos están asegurando unos ingresos… “vosotros cobráis a 80 euros vaya el precio del pool al que vaya”. ¿Cuál es el problema? El problema es el modelo, que es perverso. ¿Por qué? Pues porque si ocurre -como ha sucedido estos meses pasados- que el precio de mercado cae mucho –porque llovió mucho y hubo mucho viento-… pues resulta que la prima equivalente, que es como se llama ahora, se dispara. Me explico con un ejemplo extremo: pongamos que el mercado se queda en cero. Pues si a mí me han asignado una tarifa de 80, va a resultar que mi prima equivalente va a ser 80, porque es esa la tarifa, ahora llamada prima equivalente, que me ha asignado el gobierno. Va a ser 80, porque con el nuevo sistema eso fluctúa, y no 30, como antes, que era fija. ¿Cuál será el titular mañana en todos los medios? Las primas se disparan… Mire, estos temas… los que estamos aquí los entendemos, pero uno se va a la calle y lo que entienden muchos ciudadanos... Por eso decimos que es perverso.
¿Perverso?
Sí, siguiendo con el mismo ejemplo: la eólica es la que ha ayudado a bajar los precios. Durante todos estos años, el hecho de que la eólica entre en subasta a precio cero -como todas las renovables- hace que la casación se produzca más tarde, o sea, que el precio no sube tanto como subiría si no hubiese una tecnología ofertando en la subasta sus megavatios a cero euros. APPA estima que en los últimos años las renovables han ayudado a reducir así el precio del mercado en unos 20 euros el megavatio hora. Mire: solo en el primer trimestre del año 2013, ese abaratamiento ha superado los 22 euros por MWh. Eso, traducido a millones… pues estamos hablando de una cantidad enorme. Bueno, a lo que iba: abaratamos el precio, sí, pero cuanto más barato es el precio del mercado –más barato gracias a nosotros-, más alta será la prima equivalente, porque la prima equivalente tiene que llegar a la tarifa que nos ha asignado el Gobierno con ese decreto. A nosotros no nos retribuyen más que antes –seguimos en 80-, pero crece, puede llegar a crecer extraordinariamente, el concepto denominado prima –ahora, prima equivalente-, lo cual, de cara a la galería, acaba convertido en un argumento que en estos momentos le viene muy bien al Gobierno para justificar los recortes de las renovables. Por eso es perverso.
O sea, que la virtud –el abaratamiento- acaba convertida, por obra y gracia del legislador, en todo un estigma: “cómo crecen las primas...”. ¿Y qué propone APPA?
Proponemos que las primas equivalentes sean sacadas de los “costes regulados”. Es más, sostenemos que, si todos estos años se hubiese llevado este concepto a la parte de “coste de energía” en vez de a la parte de “costes regulados”... pues no tendríamos ningún tipo de déficit porque todo habría quedado repercutido sin que hubiese supuesto para el consumidor ningún tipo de coste añadido. APPA propone pues que las primas a la generación renovable se consideren como lo que son, retribución por la producción de energía, y, por eso proponemos que se incluyan en el término de energía de la factura eléctrica, tal y como ocurre en países de nuestro entorno, como Alemania o Italia. Proponemos en fin sacarlas de los llamados peajes de acceso, o “costes regulados” -donde están amontonados el bono social, los interrumpibles, las extrapeninsulares, la distribución, el transporte, etcétera- y colocarlas en su lugar natural, la parte de “coste de energía”, porque lo que nosotros hacemos es producir kilovatios. Nuestra propuesta es que una parte del precio de cada kWh consumido sea destinada a sufragar las primas.
* El nivel de dependencia energética de España supera el 76%, mientras que la media UE27 es del 54; el dato fue publicado por Eurostat en febrero.