– ¿Qué novedades aporta este informe?
IRENA ha publicado este año dos informes de este tipo. El primero, Renewable Energy Jobs, sobre empleo en renovables, incluidos los biocarburantes. Un tema sobre el que existen estudios, pero que suelen ser difícilmente comparables y en algunos casos sencillamente una estafa, como fue el famoso informe Calzada. La idea era hacer una revisión de la información existente e intentar sacar conclusiones generales sobre el desarrollo masivo de las renovables y la creación de empleo. Creo que ese primer informe llega a tres conclusiones principales: que el sector de las renovables es generador neto de empleo (5 millones directos e indirectos en la actualidad), que la creación sostenible de empleo depende del establecimiento de políticas estables, consistentes y de largo plazo. Y que hay posibilidades para la creación de empleo en toda la cadena de valor. Países sin el tamaño suficiente para un desarrollo industrial mantienen un potencial significativo de creación de empleo en las etapas de desarrollo e implementación, y luego en la operación y mantenimiento.
El segundo informe, Jobs and Access, creo que liga directamente y por vez primera dos cuestiones: cuánto empleo y en qué circunstancias pueden crear las renovables para garantizar el acceso a la energía. Todos los países desarrollados tienen pleno acceso a la electricidad gracias a un modelo de generación centralizada y a la extensión de la red eléctrica. Este modelo está fuertemente arraigado en los responsables de proveer acceso a la energía. Sin embargo hoy, debido a la drástica reducción del coste de las tecnologías renovables, en particular la fotovoltaica, el incremento en fiabilidad y el desarrollo de nuevos modelos de negocio adaptados al suministro a pequeña escala, hacen que las renovables sean una alternativa muy seria a la extensión de la red. Además la modularidad de las tecnologías renovables y el disponer de recurso en cualquier parte las hace especialmente aptas para zonas aisladas.
En el informe presentamos que alcanzar pleno acceso a la electricidad en 2030 realizado con fuentes de energías renovables generaría 4 millones de empleos en este sector. Independientemente de la cifra, lo importante es que este empleo se crea en la comunidad. No se necesita mano de obra altamente cualificada. Se pueden encontrar en todas partes individuos con el potencial de formarse para trabajar en la instalación y mantenimiento de sistemas renovables aislados.
– ¿Qué posibilidades hay de que en 2030 podamos estar hablando de que todo el mundo tiene acceso a la electricidad?
El reto es tremendamente ambicioso, pero igualmente necesario alcanzarlo. Sin acceso a la energía, el agua y los alimentos no es posible la supervivencia. Es importante mantener el acceso a la energía en un lugar prioritario en la agenda política y seguir trabajando en soluciones innovadoras para proveer energía a comunidades aisladas.
– La capacidad de las renovables para contribuir a ese acceso global a la energía parecen evidentes. ¿Qué barreras habría que superar para lograrlo?
El reto del acceso global a la electricidad es enorme y solo será posible alcanzarlo en el horizonte 2030 promoviendo la creación del sector privado. La gente sin acceso a un suministro fiable de energía está acostumbrada a pagar mucho dinero por pequeñas cantidades de combustible que compran y consumen a diario. El principal reto es hacer frente al coste inicial del equipo en un segmento de la población con poca liquidez y sin acceso al crédito. Programas públicos que apoyen emprendedores con modelos de negocios que permitan superar la barrera del gasto inicial son más sostenibles en el medio y largo plazo que suministrar equipos gratuitamente. Es importante además procurar formación a estos emprendedores y apoyo en la divulgación de los equipos renovables.
– ¿Conoce alguno de los casos que aparecen en el estudio donde las renovables hayan posibilitado que la gente pueda encender una bombilla?
He tenido la fortuna de visitar proyectos o iniciativas similares. Llama la atención que la presencia de aplicaciones, principalmente de fotovoltaica, empiezan a ser muy comunes. Es evidente que la necesidad de recargar los teléfonos móviles está siendo una motivación muy fuerte en la búsqueda de soluciones asequibles de pequeña capacidad. Dar a conocer el producto es un reto en zonas con población muy dispersa con pocas infraestructuras que dificultan la movilidad. Y en estas circunstancias, presentar el producto en la iglesia los domingos es una eficiente herramienta de marketing.
– En España no hay problemas de acceso a la energía pero sí hay graves problemas de desempleo. ¿Pueden las renovables contribuir a aminorarlo?
No cabe la menor duda. Debido al apoyo decidido y temprano a las energías renovables, España es uno de los países donde más se evidencian los aspectos positivos de su desarrollo en términos de creación de empleo y de configuración de una industria de alto valor añadido. Pero no solo eso. Desde un punto de vista de política energética la apuesta por las renovables incrementa la seguridad de suministro, disminuye el precio de la electricidad en el mercado mayorista y protege de la volatilidad de los mercados de otros recursos energéticos. Finalmente está el efecto en la balanza de pagos, con un ahorro en la importación de productos energéticos y un incremento de los ingresos por la exportación de equipos renovables que permiten disponer de más recursos financieros para ser invertidos en España.
– Desde su perspectiva global, ¿cómo se ve el papel que juega España en el sector de las renovables? ¿Existe percepción de inestabilidad regulatoria?
A nivel internacional España sigue representando un importantísimo papel en el apoyo al desarrollo global de las renovables. Mantiene un papel muy activo a nivel institucional y no solo en IRENA, sino también en otros foros como Clean Energy Ministerial, e iniciativas como REN21, REEEP y la cooperación internacional en sistemas de tarifa regulada (IFITC). Existe también un reconocimiento generalizado de las empresas y las tecnologías españolas. Dicho esto, también es cierto que en foros internacionales es habitual que diferentes actores, en particular inversores, citen la medida de limitar las horas remuneradas con tarifa regulada para instalaciones ya en funcionamiento (RD-L 14/2010) como una mala practica regulatoria que ha dañado mucho la imagen de España. Desafortunadamente las circunstancias actuales no ayudan a recuperar la imagen perdida.
– ¿Qué aporta IRENA? ¿Está cumpliendo con los objetivos con los que fue concebida de promoción de las renovables? ¿Se nota su capacidad de influencia?
El próximo enero IRENA celebrará su tercera Asamblea. Teniendo en cuenta la complejidad que supone poner en marcha un organismo intergubernamental, el haber alcanzado en tan breve espacio de tiempo los más de cien países miembros y cincuenta signatarios demuestra el fuerte apoyo de los gobiernos a la iniciativa. Creo que IRENA está siguiendo el camino correcto para ser la voz de las energías renovables a nivel global y un centro de información y asesoramiento fiable.