Portugal pulverizó en marzo uno de los mantras más manidos de la derecha energética nacional: ese que planteaba (y sigue planteando) que España no alcanzará el 100% renovable hasta que no incremente considerablemente sus interconexiones eléctricas con el Viejo Continente. Mentira. Portugal generó con viento y agua (viento y agua portugueses) el 100% de la electricidad que necesitó el país todo durante todo el mes de marzo. Y no han hecho falta más interconexiones que las que ya hay entre el Viejo Continente y la España que media entre Pirineos y la raya. La asociación ambientalista ZERO y la Asociación de Energía Renovable Portuguesa proclamaron la buena nueva no más extinto el pasado mes de marzo: durante ese mes, las energías renovables han representado el 103,6% de la electricidad consumida en el país vecino.
Cuestión de gestión
Pues bien, Eaton, compañía multinacional especializada en gestión de energía, recalca en un comunicado que el "hito" alcanzado en Portugal durante el pasado mes de marzo, "lejos de ser un hecho aislado, podría repetirse de manera mucho más frecuente en España y en un futuro cercano". Y es que, según Eaton, España cuenta con las condiciones idóneas, tanto geográficas como tecnológicas, para hacer posible el pleno renovable: "en un país cuya latitud resulta privilegiada para el aprovechamiento de las energías eólica y solar, la clave -apuntan desde la compañía- reside en las posibilidades aún por explotar que nos ofrece el almacenamiento de energía.
Y almacenar el excedente de energía -señalan desde Eaton- es hoy posible gracias a unas baterías cuyo precio podría caer hasta un 66% de aquí a 2030, según prevé la Agencia Internacional de Energías Renovables. Sobre baterías también se pronuncia el responsable del segmento Commercial Building de Eaton España, José Antonio Afonso: "la gestión de Portugal en cuanto a sus fuentes renovables ha resultado ejemplar durante el mes de marzo. En España, por nuestra parte, contamos con un enclave privilegiado que nos va a permitir sacar el máximo partido a las renovables; pero hacerlo pasa por aceptar que el almacenamiento de energía a través de baterías se nos presenta como la opción más acertada para conseguirlo”.
Y no solo baterías; también tanques
Lo apuntado desde Eaton -que apuesta por el almacenamiento- sintoniza con los estudios que maneja Protermosolar, la patronal del sector solar termoeléctrico español (en España hay 2.300 megavatios de potencia termosolar instalada). Las centrales termosolares producen electricidad con el calor del Sol durante el día, pero, además, pueden acumular esa energía (solar) en grandes tanques de sales (que funcionan como una pila que absorbe ese calor durante el día) y liberarlo por la noche para generar con él la energía eléctrica. Protermosolar señala que España es a día de hoy Top 1 del mundo en almacenamiento de energía mediante nuevas tecnologías; y lo es, precisamente, gracias a la termosolar, que, tras la gran hidráulica, es “la tecnología líder en almacenamiento para generación eléctrica renovable”.
Según los datos facilitados por Protermosolar, las centrales termosolares con almacenamiento en España cuentan con 6.850 megavatios hora (MWh) de capacidad de almacenamiento eléctrico en dieciocho instalaciones (18). Tras España, contando tecnologías de baterías y de centrales termosolares, figuran Estados Unidos, con 5.200 MWh, Suráfrica, con 2.600 MWh y China, con mil megavatios hora (1.000 MWh). A nivel mundial –continúa Protermosolar-, la capacidad de almacenamiento de centrales termosolares en operación y en construcción asciende a 22.150 MWhe, “mientras que el resto de tecnologías, incluyendo baterías, están en un escalón muy inferior, ya que todas ellas agrupadas llegan tan solo a 6.600 MWhe”.
Pero el dato más relevante de todo ello es que no hay que esperar a que baje el precio de las baterías un 66% de aquí a 2030 (que seguramente bajará más en menos tiempo, que es lo que le ha sucedido a la fotovoltaica y a la eólica, que se ha adelantado siempre a las predicciones). Y no hace falta esperar a mañana porque, según Protermosolar, almacenar electricidad renovable en centrales termosolares hoy cuesta diez veces menos que hacerlo en baterías. El almacenamiento en centrales termosolares –explican desde la asociación- tiene unos costes de inversión “de unos cuarenta euros el kilovatio hora de capacidad eléctrica equivalente instalada, mientras que los sistemas de baterías, teniendo en cuenta el battery pack y el balance of system, están 10 veces por encima en precio”.
Otra batería -otra manera de almacenar energía eléctrica- es la que propone la tecnología hidráulica: los bombeos reversibles
Dos embalses, hermanados, conectados por un tubo que obra a modo de cordón umbilical. Uno de ellos es ubicado a una cota unos cientos de metros más elevada que la que ocupa el otro. Dos embalses y una solución: de madrugada, cuando el país aún duerme y cae enormemente la demanda, desde el embalse situado a cota más baja el operador bombea agua al que se encuentra más elevado. La bombea para embalsarla allí y tenerla disponible al día siguiente, cuando despierte el país, todos encendamos la luz y suba en pico la demanda a las ocho de la mañana. Entonces, desde el embalse de arriba, el operador dejará caer el agua (salto hidráulico) y generará con ella la electricidad que el país necesita para despertar cada mañana.
Dícese bombeo reversible, por aquello de que el agua circula en ambos sentidos: de abajo a arriba; y de arriba a abajo. La idea, como se ve, no puede ser más sencilla: enviamos agua al embalse superior cuando la electricidad es barata –a las tantas de la mañana, cuando ha bajado la demanda- y dejamos caer ese agua (la turbinamos, producimos kilovatios) cuando la demanda (y el precio) son altos. Un bombeo es, pues, un sistema de almacenamiento de electricidad. En España hay algo más de 6.000 MW de bombeos (y aproximadamente otros 3 en proyecto). El proyecto europeo eStorage, hecho público hace dos años, ya mostró entonces la posibilidad de almacenar nada menos que 2.291 GWh de energía mediante esta solución (el bombeo reversible), lo cual supone multiplicar por más de siete la capacidad de este tipo de centrales en Europa.