Pese al voto en contra del gobierno, España tendrá que transponer esta directiva a mediados de 2014, creando nuevas normas y regulación en materia de eficiencia energética. Para la Asociación de Empresas de servicios Energéticos (ANESE), nos encontramos ante una oportunidad única que permitirá crear 300.000 puestos de trabajo que podrían, además, favorecer el reciclaje de profesionales provenientes de sectores castigados como la construcción.
A pesar de una coyuntura económica adversa, los servicios energéticos crecieron en nuestro país un 10% en 2011 y este año se prevé una cifra de crecimiento en torno al 7%. Según Rafael Herrero, presidente de ANESE, “se trata de un mercado que tiene capacidad para luchar contra la crisis y contribuir a la reducción de nuestra dependencia energética, que en 2012 costará a los españoles 60.000 millones de euros”.
Además, Herrero ha señalado que “en un momento como éste no podemos permitir perder 300.000 puestos de trabajo y dejar pasar la oportunidad de impulsar un sector necesario para mejorar nuestra competitividad, una de las tareas pendientes de la economía española. Debemos reclamar soluciones capaces de reducir las facturas del usuario y la factura energética de España y esas soluciones residen en el ahorro y la eficiencia energética”.
Para ANESE, es vital que España se comprometa con la eficiencia energética, no sólo por evitar las sanciones europeas sino por la necesidad de desarrollar un mercado con capacidad para luchar contra la crisis. “Tanto las normativas europeas como nuestra propia situación económica indican que la ineficiencia energética supone un sobrecoste para nuestro país, ya que aumenta la dependencia energética y el pago por emisión de gases. Con la situación económica actual no podemos permitir que esta situación continúe; la eficiencia energética es el único camino posible para reducir este gasto”.
"La crisis no debe ser la excusa, sino la razón para apostar por la eficiencia como una herramienta que aumente nuestra competitividad y nos permita reformar nuestro modelo productivo".
Objetivos
Según la Directiva Europea, a partir de 2014 los Estados miembros deberán comprometerse a renovar cada año el 3% de los edificios de la administración central, siendo la Comisión Europea la que evalúe los progresos realizados por cada país. Además, se imponen las auditorías energéticas obligatorias a las grandes empresas y la promoción de tecnologías eficientes como la cogeneración y las redes de distrito de frío y calor.
La Directiva también mira por el usuario demandando una mayor información sobre sus consumos y facturación. Se persigue que el usuario final tenga instalado su propio contador inteligente a precios competitivos y se garantice que recibe información en tiempo real sobre su consumo, con una frecuencia que le permita gestionarlo directamente o a través de empresas especializadas en gestión energética como las empresas de servicios energéticos. Medidas, en suma, que deberían contribuir a concienciar a los ciudadanos y empresarios sobre el valor de la eficiencia y que impulsarán un mercado con un enorme potencial que no debemos desaprovechar.