Greenpeace ha presentado hoy en la COP28 el informe ´Las emisiones de hoy son las muertes de mañana: cómo las grandes empresas europeas de petróleo y de gas ponen en peligro la vida`. El estudio calcula que, con los 2.700 millones de toneladas de CO2 que emitieron en 2022 Shell, TotalEnergies, BP, Equinor, Eni, Repsol, OMV, Orlen y Wintershall Dea, estas nueve grandes empresas de petróleo y gas podrían causar conjuntamente unas 360.000 muertes prematuras por exposición a temperaturas extremas antes de finales de siglo. En concreto, el informe le adjudica a la española Repsol hasta 26.000 de esas muertes prematuras potenciales. En 2022, estas nueve empresas obtuvieron enormes beneficios por un valor combinado de 163.070 millones de dólares. Mientras tanto, los países del Sur se enfrentan a unos costes por pérdidas y daños climáticos de unos 400.000 millones de dólares en 2030.
A pesar de esto y según el informe, es probable que las estimaciones sean extremadamente conservadoras por varias razones porque sólo tienen en cuenta el exceso de muertes causadas directamente por las temperaturas extremas y no evalúan otros impactos climáticos como inundaciones, sequías, incendios forestales o enfermedades infecciosas. Además, no tienen en cuenta las muertes causadas por la contaminación atmosférica derivada de la quema de combustibles fósiles, ni otros peligros resultantes de la producción y uso de estos combustibles.
Por otro lado, las emisiones de carbono declaradas por las propias empresas podrían ser inferiores a las estimaciones realizadas aplicando otros métodos de contabilidad del carbono, y además esta estimación sólo contempla el año 2022, lo que significa que este exceso de muertes se multiplicará año tras año si no se reducen drásticamente las emisiones de combustibles fósiles. Por estas razones, el verdadero número de muertes prematuras atribuibles a las emisiones de gases de efecto invernadero de las nueve empresas petroleras y gasísticas podría ser mayor.
Lisa Göldner, de la campaña Fossil Free Revolution de Greenpeace: "sólo un año de sus emisiones creará cientos de miles de muertes a lo largo de las próximas décadas. Por tanto, si la industria de los combustibles fósiles sigue extrayendo y quemando combustibles fósiles a la escala actual, millones de personas de todo el mundo podrían morir prematuramente. Por desgracia, no pinta nada bien: a día de hoy las emisiones globales siguen creciendo y la industria planea nuevos yacimientos y la expansión de sus infraestructuras. El abandono de los combustibles fósiles es una cuestión de vida o muerte, por lo que los Gobiernos reunidos estos días en la COP28 deben llegar a un acuerdo sobre una fecha vinculante para su eliminación, así como prohibir nuevos proyectos de combustibles fósiles"
María Botella, coordinadora de la campaña contra los combustibles fósiles de Greenpeace España: "nuestro país se calienta a un ritmo más rápido que la media mundial a causa del cambio climático, lo que conlleva que exista un mayor riesgo de que las muertes prematuras a causa del calentamiento global se concentren en países como el nuestro. En el verano de 2022, la estación más calurosa registrada en Europa hasta ese momento, se calcula que España fue el segundo país, sólo superado por Italia, con más muertes relacionadas con el calor. A sabiendas de esto, no es admisible que Repsol, empresa española, volviera a ser en 2022 líder en emisiones en todo el Estado a la vez que sus beneficios por su negocio fósil se incrementaron hasta en un 70 %. Tampoco es admisible que siga haciendo nuevas inversiones en combustibles fósiles acompañándolas de un falso discurso de descarbonización o un greenwashing en toda regla"
Vanessa Nakate, panelista y activista por la justicia climática: "los combustibles fósiles son la clave de la destrucción del medio ambiente, especialmente para las personas del Sur Global. No es ningún secreto que quemar más petróleo y gas ahonda la crisis climática, y ahora mismo ya están perjudicando la vida de la gente en Uganda, de donde soy, de comunidades de toda África y de todo el mundo. Es una cuestión de justicia climática. Necesitamos que los países más ricos, que son los principales responsables de la crisis climática, detengan los nuevos proyectos de combustibles fósiles, ayuden a los países del Sur a llevar a cabo su propia transición y a adaptarse a los impactos del calentamiento global, y les ofrezcan reparación por las pérdidas y daños sufridos. Para ello, deben garantizar un paquete de financiación climática consistente con la ambición política que el problema requiere"
Greenpeace hace un llamamiento a los líderes mundiales en la COP28 para que acuerden una eliminación rápida, justa y definitiva del carbón, el petróleo y el gas a más tardar en 2050, prohíban toda nueva extracción de combustibles fósiles y aumenten los impuestos a las empresas de combustibles fósiles para pagar la acción climática. Además urge al Gobierno de España y del resto de países de la Unión Europea a que sienten un precedente entre otros países con gran deuda climática comprometiéndose al abandono de los combustibles fósiles en 2040.
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