A lo largo de los doce días de conferencia habrá varios momentos en los que la bioenergía estará presente en más exposiciones, paneles y negociaciones, pero no en el pabellón de España de la Zona Azul (zona oficial). Ni entre los representantes que acudirán a algunas de las 62 citas que se organizan en dicho pabellón ni entre sus contenidos aparece mención alguna a la biomasa, el biogás o los biocarburantes. Sin embargo, hoy mismo ya se ha hablado de estos sectores.
“Existen grandes lagunas en cuanto a la información que reportan diversos países relacionada con las emisiones que reducen o provocan las diferentes formas de producir energía con biomasa. Estamos especialmente vigilantes con casos de países como Japón, Indonesia y Malasia”.
Así se ha expresado Jason Funk, director de la Land Use & Climate Knowledge Initiative, en una mesa redonda con representantes de ONG de Indonesia, Perú y Colombia titulada Transparencia y ambición en las NDCs: Una visión desde AFOLU y la bioenergía, que ha tenido lugar esta mañana en el primer día de la COP25 que tiene lugar en Madrid.
La bioenergía en relación a los usos de la tierra
AFOLU es el acrónimo en inglés de agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra, que describe dentro del Convenio de Cambio Climático una de las categorías de actividades que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Todas las personas participantes, representantes de ONG, incidieron en la poca participación de la sociedad civil en la elaboración de las NDC de sus países y en la poca transparencia de sus contenidos.
Hay que recordar que uno de los tres informes de situación que presenta el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en la COP25 está directamente vinculado al uso de la tierra. En él se concluía que “todas las vías evaluadas que limitan el calentamiento a 1,5 ºC o muy por debajo de 2 °C requieren una mitigación basada en la tierra y en su cambio de uso, y la mayoría incluye diferentes combinaciones de reforestación, forestación, reducción de la deforestación y bioenergía”.
Aunque son numerosos e inabarcables los encuentros oficiales y extraoficiales, y algunos se conocen sobre la marcha, esta misma semana hay información sobre uno también con contenido preponderante de la bioenergía. En él participarán representantes de la Asociación Global de Estrategias de Desarrollo de Baja Emisión (LEDS GP) y del Banco de Desarrollo de América Latina.
Este encuentro tendrá lugar en la Zona Azul el 5 de diciembre (15.00) y desde LEDS GP anuncian que se trata de “un diálogo dinámico y orientado a resultados, con el objetivo de identificar líneas de acción concretas y fomentar nuevas asociaciones para avanzar en la contribución de la bioenergía a la ambición climática y al desarrollo sostenible”.
Activa presencia de la Asociación Mundial de la Bioenergía
La bioenergía en sus diferentes formas (biomasa, biogás y biocarburantes) estará igualmente presente en varios foros en los que habrá espacio en general para las energías renovables. Es el caso del Día Europeo de la Energía (10 de diciembre, pabellón de la Unión Europea, de 9.30 a 20.00), en el que intervendrá Remigijus Lapinskas, presidente de la Asociación Mundial de la Bioenergía (AMB).
La propia AMB ha dado a conocer en qué consistirá su presencia en la COP25, que además de en la cita reseñada contará con un puesto de exposición permanente y organizará una conferencia de prensa el 11 diciembre (10.00) sobre “la bioenergía y su papel crucial en la energía global y el clima”
Bioenergía hasta el cierre y en diversos documentos
Dentro de la Zona Verde (con actividades de la sociedad civil) hay dos citas el último día de la cumbre (13 de diciembre) donde también habrá contenidos asociados a la bioenergía: La contribución de las energías renovables a la reducción de carbono y la lucha contra el calentamiento global (por la mañana) y Clima y aire limpio, una alianza necesaria (por la tarde).
También se puede echar un vistazo a los diferentes documentos que se presentan a la COP25 en relación a la bioenergía, la mayoría derivados de estudios, conferencias y congresos que se han llevado a cabo en los últimos años, como los de la Agencia Internacional de la Energía sobre la conversión de residuos en energía.
“La COP25 puede ayudarnos a poner sobre la mesa un plan de desarrollo de la biomasa”
Desde España, Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, afirma que “con los políticos buscando alianzas y trazando pactos tras las últimas elecciones para salir de la parálisis operativa de estos meses, el escenario de la COP25 puede ayudarnos a poner sobre la mesa y darle notoriedad a un plan de desarrollo de la biomasa ambicioso tanto para la generación térmica como de electricidad”.
Díaz considera que “los distintos gobiernos siguen centrándose en fomentar las tecnologías solar fotovoltaica y eólica, que está muy bien, pero se olvidan de la biomasa o no acaban de comprender la importancia que tiene, tanto desde la óptica energética, que es enorme, como social por su capacidad de dinamización del entorno rural”. Curiosamente, la energía solar y la eólica sí cuentan con algunos espacios dentro del pabellón de España de la Zona Azul de la COP25.
Por su lado, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), asegura que “la descarbonización no puede poner en peligro los ecosistemas y aquí la COP25 debe avanzar en tres ejes claves: acelerar la apuesta por la eficiencia energética como complemento a las energías renovables; respaldar una planificación estratégica de infraestructuras de renovables responsables que minimice el impacto en el medio natural; y ser prudente con el desarrollo de las distintas formas de bioenergía para no poner en peligro la salud de los ecosistemas, los objetivos de reducción de emisiones, el contenido orgánico de los suelos y la seguridad alimentaria”.