Móstoles Ecoenergía va camino poco a poco de consolidarse como la red de calor con biomasa para viviendas más grande de España. Recientemente inauguró, con una presentación al vecindario concernido, la puesta en marcha de una nueva subcentral que ampliará en 224 viviendas las 2.500 a las que llega la red actualmente en el municipio madrileño de Móstoles.
El objetivo inicial es llegar a las 6.500 viviendas con la incorporación de un total de trece subcentrales conectadas a la central térmica de 12,5 megavatios (MW), ubicada en el polígono industrial Prado Regordoño. El biocombustible utilizado es astilla forestal procedente de la fábrica de Veolia Biomasa España (antes Enerbosque Extremadura).
En el apartado eléctrico, Ence ha consolidado hace tiempo su primer puesto en la producción de electricidad con biomasa, aspecto que refuerza tras anunciar que la planta de 46 MW que construye en Huelva “ya se ha acoplado a la red eléctrica y ha generado su primer megavatio de energía renovable a partir de biomasa”. La compañía añade en una nota de prensa que continuará en fase de pruebas hasta diciembre, cuando entrará en operación oficial.
1.200 puestos de trabajo entre directos, indirectos e inducidos
Si se cumplen estos pronósticos, es posible que la cifra de empleos de la biomasa en España en 2019 mejore con respecto a los quinientos perdidos en 2018. Ence pronostica que la central “generará cerca de 1.200 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos”. Durante la construcción ha empleado de forma directa a quinientas personas.
La compañía afirma trabajar ahora en la formación de los profesionales que se encargarán de operar las instalaciones una vez entren en completo funcionamiento. Aseguran que para la contratación de estos nuevos profesionales ha contado “con las escuelas profesionales y servicios de empleo municipales de varios ayuntamientos onubenses, muy especialmente con el de San Juan del Puerto y Huelva, en el marco del compromiso de fomento del empleo local”.
En cuanto al aprovisionamiento de biomasa, remite al cumplimiento de su “decálogo para la sostenibilidad de la biomasa como combustible”, por el que se compromete a utilizar las mejores tecnologías disponibles, minimizar la emisión de carbono en el transporte y aprovechar únicamente biomasa agrícola y forestal sobrante cercana.