“Las zonas con una mayor despoblación coinciden con áreas forestales y una forma de devolverles la rentabilidad que un día tuvieron es con el aprovechamiento energético de la biomasa”. Así comenzó ayer la segunda jornada del 12º Congreso de Bioenergía en la ciudad de Cuenca, con estas declaraciones del vicepresidente primero del Gobierno de Castilla-La Mancha.
Un día antes, el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez, ya había afirmado en la inauguración del congreso, de título Instalaciones y redes de calor con biomasa para uso público, que “me interesa más la parte del desarrollo rural asociada a la biomasa, por el compromiso que tenemos con la gentes que viven en los pueblos, que el cambio a una energía alternativa”.
Y hablaron personas de los pueblos para confirmar ese potencial de la biomasa térmica, como Ángel Marcos Pérez de Arrilucea, representante de la asociación de desarrollo rural Izki y de la Junta Administrativa del concejo de Sabando, una localidad de cuarenta habitantes de la Montaña Alavesa. “Todos tenemos calefacción y agua caliente sanitaria gracias a una red de calor; entramos todos, hasta los más incrédulos y nadie se arrepiente ahora”, explicó Pérez de Arrilucea.
De pagar 2.000 euros al año con gasóleo a 850 con biomasa
Para este presidente también de la cuadrilla de Campezo/Montaña Alavesa, “estas son el tipo de actuaciones que a la gente joven le pueden convencer para quedarse en los pueblos, al encontrar comodidades y un confort como en las ciudades”. Y mucho más barato, porque se puso como ejemplo al recordar que en 2012 pagaba 2.000 al año solo en calefacción con gasóleo y con inviernos no del todo frío “y ahora en los más fríos no paso de 850 euros y con agua caliente sanitaria”.
Eduardo Rojas, decano del Colegio de Ingeniero de Montes y portavoz de la plataforma Juntos por los Bosques, también expuso que instalaciones de este tipo “favorece que empresas pequeñas y medianas trabajen en el territorio y se potencia el desarrollo y la cohesión en el medio rural”. En un discurso más general sobre la necesidad de aprovechar más los recursos forestales apuntó que “no se puede abordar el reto de la despoblación en España si no se pone en marcha una adecuada política forestal; y viceversa.
Apostar por la proximidad para abaratar costes y ahorrar emisiones
En sus conclusiones, Rojas señaló algunas medidas para potenciar la bioenergía en estas zonas: “frenar la expansión de la red de gas priorizando el uso térmico disperso; establecer redes de calor con astilla; que la nueva PAC tenga en cuenta el aprovechamiento energético de cultivos leñosos; apostar por la proximidad para abaratar costes y las emisiones del transporte y acuerdos de suministro con asociaciones de propietarios forestales privados y públicos”.
En la cita que organizaron la Asociación de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) y el Gobierno de Castilla-La Mancha destacaron también los ejemplos de redes de calor expuestos por promotores de las mismas, y entre ellos Óscar Cela, responsable de ingeniería e instalaciones de Calor Erbi, quien explicó la eficacia y versatilidad de las instalaciones modulares para redes de calor.
De pagar 45.000 euros al año con gas a 28.000 con biomasa
“Un solo contenedor puede albergar la caldera y el silo y tiene la posibilidad de ampliarse según aumenta también la demanda”, aseguró Cela, quien puso varios ejemplos de colegios, residencias de ancianos y residencias para personas con discapacidad en el medio rural donde se destacaron también los ahorros. “De pagar en algunos casos 45.000 euros al año con gas se ha pasado a 28.000 con biomasa”, concretó el representante de Calor Erbi.
La segunda sesión del Congreso de Bioenergía tuvo lugar en el auditorio del Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha de Cuenca, al que asistieron unas doscientas personas del sector de la biomasa térmica, tanto productores como usuarios. Durante dicha sesión se entregó el premio Fomenta la Bioenergía al Centro de Desarrollo de Energías Renovables (Ceder/Ciemat), que fue recogido por su directora, Raquel Ramos.