Solo los trabajadores de la central y, en menor medida, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), apostaban por mantener abierta As Pontes con algún aporte de biocombustibles. No lo apoyaban la Xunta de Galicia, la propia Endesa, asociaciones ecologistas y hasta una parte del sector de la biomasa, que considera que la utilización de grandes cantidades de biocombustibles, especialmente madera, en estas megaplantas desvirtúa el sentido de sostenibilidad de la biomasa.
Ahora lo ha corroborado el informe definitivo, elaborado Amec Foster Wheeler Energía y que Endesa ha presentado a la comisión de seguimiento creada al efecto, formada por el Miteco, la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de As Pontes. Estas entidades, a su vez, han supervisado las pruebas que se han llevado a cabo para usar biomasa en la co-combustión con carbón. El cierre de As Pontes forma parte del calendario de la eliminación progresiva de centrales térmicas de carbón por su nefasta contribución a la emisión de gases de efecto invernadero.
Aunque en la nota de prensa se anuncia el descarte definitivo del uso de biocombustibles, en general, en As Pontes, en la misma solo se incide en las pruebas realizadas con lodos de depuradoras, un tipo de biomasa que no suele utilizarse ni en la co-combustión ni en la combustión completa de antiguas centrales térmicas de carbón convertidas en biomasa.
Según explica la empresa a Energías Renovables, "se han hecho pruebas con diversas mezclas de biomasa vegetal, lodos y carbones de Kazajistán y de Indonesia, en distintas proporciones". Añaden que "en ningún caso se usaron pélets o astillas de madera, porque a la hora de seleccionar los biocombustibles para las pruebas se tuvo en cuenta su disponibilidad en Galicia, donde ya opera otra central de 50 MW que solo consume biomasa forestal (en referencia a la de Greenalia en A Coruña)".
Un 276 por cien más de generación de cenizas
Las conclusiones derivadas de la co-combustión de lodos con carbón son contundentes: “causa la emisión de mercurio en valores próximos al límite legal permitido y un elevado incremento de la generación de cenizas, que crecen entre un 187 y un 276 por ciento, lo que supone producir una tonelada de cenizas por cada tres o cuatro toneladas de CO2 evitadas”.
Añade la nota de prensa de Endesa que “sólo con la operación de dos de los cuatro grupos de la central durante 3.000 horas, se acumularían cada año entre 76.000 y 106.000 toneladas de un subproducto que no sería admitido en los vertederos de residuos no peligrosos, por superar los valores límite de selenio, sulfatos y carbono orgánico disuelto, con un elevado incremento de metales y metaloides generados en la combustión”.
Hay más, “desde el punto de vista técnico, se ha verificado la pérdida de potencia de cada grupo, que de los 350 megavatios (MW) actuales bajaría a 245/260 MW, con bruscas y repentinas oscilaciones de carga de hasta 35 MW” y “también se ha comprobado que el combustible causará la corrosión de los tubos de la caldera, y ello incrementa el costo de mantenimiento de la instalación”.
La alernativa: Plan Futur-e de As Pontes
A todos estos factores negativos se añaden los económicos, referidos a la inversión y los costes de operación, para desestimar definitivamente la biomasa en As Pontes. Ante la previsibilidad de este resultado, Endesa había avanzado en el diseño de su Plan Futur-e de As Pontes, “un proyecto de actuaciones para atenuar el impacto de la disminución de actividad de la central, destinado a promover el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo en la zona”.
El plan de Endesa incluye la recepción de “nuevas iniciativas viables para conseguir el desarrollo del entorno de la central” y además se establece “un acuerdo con la representación de los trabajadores que garantiza que ningún empleado será despedido”. Esto último incluye un proceso voluntario de prejubilaciones, un concurso de recolocaciones y el empleo en el desmantelamiento de la instalación”.
Los trabajadores no ven nada claro su futuro
Tanto los trabajadores de As Pontes como los habitantes de este municipio siguen pidiendo más concreción sobre su futuro. Un día antes del anuncio de Endesa, el Grupo de Traballo de As Pontes por unha Transición Xusta, formado por el Concello das Pontes, los sindicatos CCOO, CIG y UGT, el comité de empresa de la central térmica, la Asociación de Transportistas do Carbón y las asociaciones Cohempo y Seara, reclamaba al Miteco la convocatoria urgente de la mesa de trabajo con la empresa.
El objetivo de esta mesa es “aclarar la situación de incertidumbre que ha provocado la finalización de las pruebas con biocombustibles”. Justo un día después Endesa daba a conocer la conclusión sobre estas pruebas, aunque el colectivo considera urgente el encuentro con los agentes implicados en la búsqueda de alternativas viables para la central y “discutir la continuidad del empleo tanto de la plantilla principal como de las empresas auxiliares y de transporte”. A su vez, denuncian el aumento de los movimientos de personal que lleva a cabo Endesa sin resolver la viabilidad de la planta.
Biomasa no, eólica sí
Endesa sostiene que su plan se basa en “promover que empresas, instituciones y otros agentes públicos y privados presenten alternativas viables, a través de un proceso participativo, transparente y abierto, para buscar proyectos de inversión y creación de empleo sostenibles en el emplazamiento de la central”. Es el mismo modelo que afirman llevar a cabo en otras térmicas de la compañía en proceso de cierre, como Compostilla (León) o Carboneras (Almería).
En dicho Plan Futur-e incluyen el desarrollo de “1.505 megavatios de nueva capacidad eólica en Galicia entre 2021 y 2026, con una inversión estimada de 1.581 millones de euros y una generación de más de 1.250 empleos directos de media anual durante los seis años de la fase de construcción y 125 para la de operación y mantenimiento durante los siguientes veinticinco años”. Aseguran que “ya está confirmada la conexión de 1.493 MW”.