Como en el caso del biogás, la biomasa, al menos como término, está más presente en el nuevo PNIEC (65 citas) que en el anterior (45). Pero que se la cite más no necesariamente conlleva que tenga más peso. De hecho, un dato clave, como es la meta a alcanzar en el parque de generación de electricidad en el escenario objetivo rebaja la aportación de la biomasa de 1.677 a 1.408 megavatios.
La explicación principal a la pérdida de 269 megavatios es que en el escenario tendencial, aquel que no añade en la evolución hasta 2030 ningún tipo de potencia asociada a subastas u otras medidas, descuenta incluso los doscientos megavatios ya conseguidos con la subasta de 2016. De esta manera, partiendo de los 677 actuales, no solo no llega a los 877 lógicos con la entrada de esos doscientos, sino que baja a 613 en 2020.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha comunicado al sector que se trata de ajustes técnicos, y solo son objetivos indicativos. En cualquier caso, distintas voces los tachan de poco ambiciosos y vuelven a cuestionarlo como hicieron con el primer borrador, aunque no se sienten condicionados por ellos al entender, eso, que son indicativos y marcan una senda.
Que las nuevas medidas “no se queden en un cajón”
“Pero si somos capaces de superarlos (los objetivos), mejor para todos: para el país, sus regiones y para el propio sector”, asegura Margarita de Gregorio, directora de las secciones de Biomasa y Geotermia de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA). Aparte de una mayor ambición, el sector reclama “subastas específicas que reflejen el valor real de esta tecnología”.
De Gregorio añade que “lo que esperamos es que las medidas que acompañan a los objetivos y que están desarrolladas en el PNIEC no se queden en un cajón (como ha ocurrido en planes de renovables anteriores) y que realmente se implementen en su totalidad, tanto para la biomasa eléctrica, como térmica, residuos renovables y biogás”.
En esto de las medidas el nuevo PNIEC ha crecido ligeramente con respecto al anterior. Por ejemplo, en la medida denominada Programas específicos para el aprovechamiento de la biomasa, dentro de los mecanismos de actuación para la promoción de las energías procedentes de biomasa con criterios de sostenibilidad se han añadido la divulgación y fomento de equipos de calefacción local de alta eficiencia y bajas emisiones y la formación específica para instaladores y otros profesionales del sector.
Hay restos agrícolas y forestales sostenibles suficientes para cubrir los objetivos
Otro añadido que no pasa desapercibido es la mención a que no hay riesgo de ocasionar una distorsión de la demanda con el destino de nueva biomasa forestal y agrícola para la producción de energía térmica y eléctrica, aunque de la primera sigan sin aparecer objetivos. El PNIEC calcula que se precisan unas 1.600 kilo-toneladas equivalentes de petróleo al año (ktep/a) adicionales para el incremento de generación eléctrica y 411 para usos térmicos.
En el nuevo borrador se explica que “en el Plan de Energías Renovables 2011-2020 se valoró, de forma conservadora, que el potencial adicional en España es de 17.286 ktep/a, de los cuales 10.433 ktep/a son restos agrícolas o forestales sostenibles, y la diferencia son nuevas masas leñosas o herbáceas”. “Por consiguiente –se remata en el PNIEC–, existen recursos más que suficientes”.
En relación con esto, la medida denominada Reducción de emisiones de GEI en la gestión de residuos, tras exponer las reducciones derivadas de evitar la quema incontrolada de restos de cultivos leñosos, como el olivar o el viñedo, añade que “se estudiará la ampliación a otros restos de cultivos, teniendo en cuenta sus diferentes usos, ya sea alimentario, para mejora del carbono orgánico de suelo o para biomasa”.
Margarita de Gregorio recuerda que “el espectro que cubren las biomasas es amplio y debe desarrollarse de forma integral, pues el potencial de contribución a los objetivos de distintas políticas es muy importante y no debe desaprovecharse en una década tan clave como va a ser la que va de 2020 a 2030”.