Los usos térmicos siguen en el punto de mira del nuevo período de ejecución de la Estratègia per a l'Aprofitament de la Biomassa Forestal i Agrícola a Catalunya. “Continuará dando prioridad a los usos térmicos y su contenido se ha adecuado al nuevo entorno normativo europeo y catalán, que en los últimos años se ha orientado a hacer frente al cambio climático y a transformar la economía y el modelo energético para descarbonizar los mismos”, aseguran desde la Generalitat.
La nueva estrategia se pone como objetivo “conseguir que en 2027 el consumo de biomasa forestal para usos térmicos sea de 730.000 toneladas, es decir, un 68 por ciento más que el consumo existente del 2019”. A partir de aquí desglosan el crecimiento por categoría de biocombustible: un 149 por ciento el consumo de astilla, hasta las 340.000 toneladas anuales; doblar el de pélets, hasta las 135.000 toneladas; y aumentar un once por ciento el de leña, hasta las 255.000 toneladas.
Hay que tener en cuenta que cuando echó andar la estrategia, entre 2013 y 2014, el consumo de leña acaparaba el 83 por ciento de los biocombustibles. Para alcanzar esos objetivos la Generalitat calcula que se deberán instalar 844 megavatios nuevos en equipos, que “supondría una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de 221.000 toneladas anuales, la gestión de 30.400 hectáreas de superficie forestal y la creación de unos 770 puestos de trabajo”.
Superar los 2.000 megavatios instalados en 2027
En la actualidad, según el Observatorio de la Biomasa de la Asociación Española de la Biomasa, Cataluña suma 1.265,8 MW de potencia de biomasa térmica instalada, siendo la tercera comunidad autónoma de España en esta lista, tras Andalucía y Castilla y León. Del total, 81,3 MW se corresponden con calderas por debajo de los 50 kW, 341 con estufas y 843,5 con calderas que superan los 50 kW.
Según las mismas fuentes, en 2019 se consumieron en Cataluña 434.800 toneladas de biomasa, un 81,6 por ciento más que el año 2013, y la superficie forestal dedicada a estos usos ha crecido un 81,1 por ciento, hasta las 18.115 hectáreas. “La estrategia hace compatible el aprovechamiento energético de la biomasa con la preservación de los valores propios de los espacios forestales”, apostillan.
Los ejes de la obtención de la biomasa y de la transformación en energía
En cuanto al cómo se lograrán esos objetivos la estrategia cuenta con un primer eje de actuaciones centrado en la obtención de la biomasa, con medidas para asesorar iniciativas emergentes en la evaluación de recursos, ayudar a la implantación de la mejor logística de suministro, priorizar los esfuerzos en las zonas donde el riesgo de incendio es más elevado o simplificar el proceso de evaluación de impacto ambiental de las actuaciones relacionadas con la extracción de la biomasa siempre que sea posible.
El eje de la transformación energética, contempla actuaciones dirigidas a impulsar la utilización de biomasa forestal y agrícola de proximidad por parte del tejido industrial catalán y favorecer la producción de astillas, pélets y briquetas por parte de empresas establecidas en Cataluña que puedan proveer con rapidez en el mercado.
Los ejes de la comercialización y del consumo
En cuanto la comercialización, “se trabajará para implementar mecanismos para garantizar el suministro de biomasa y el uso de biocombustibles sólidos de calidad y con el etiquetado correspondiente, e impulsar centros de producción de carbón vegetal con tecnología eficiente”, señalan desde la Generalitat.
Un cuarto eje se centra en el consumo. Este incluye medidas como la promoción de redes de calor, las comunidades energéticas, las instalaciones de biomasa forestal para uso térmico industrial, el impulso de instalaciones de referencia, o el fomento de instalaciones de calefacción alimentadas con biomasa forestal en los edificios de las administraciones públicas, entre otros.
Por último, recuerdan que “todos estos ámbitos irán acompañados de un conjunto de medidas de carácter transversal, que van desde la formación, divulgación e información sobre la utilización de la biomasa forestal al impulso de la investigación y el desarrollo tecnológico o la elaboración y recopilación de datos y estadísticas para conocer y monitorizar la evolución del sector”.