La formación que impulsa Miogas incluye la difusión gratuita de una Guía básica de autoconstrucción y dimensionamiento de digestores domésticos, cuya autora es Lucía Suárez, una de las fundadoras de la empresa. Es el primer paso para poner en contacto a la ciudadanía con un sistema de generación de energía renovable que además tiene la virtud de darle un uso a la basura orgánica que se genera en los hogares.
A partir de aquí consideran que hay que aprovechar la posibilidad de que sea en los propios hogares donde se genere ese biogás y se destine a la producción de energía, principalmente para cocinar, y a la generación de un fertilizante de origen orgánico. ¿Cómo? “Usando digestores a pequeña escala, una tecnología sencilla, segura y de bajo coste pero poco conocida”, afirman.
“De esta forma se asegura la participación de los usuarios que generan el residuo a tratar, aspecto clave para garantizar una correcta separación en origen”, añaden en la guía de Miogas. Para ello describen varios ejemplos de “digestores de autoconstrucción” y de diseños y materiales para llevarlos a cabo, con propuestas de montaje incluidas.
Biodigestores para empresas, cooperativas, comunidades de vecinos y particulares
La Red EmprendeVerde de la Fundación Biodiversidad apoya a Miogás por esa capacidad para desarrollar biodigestores “donde usuarios como ayuntamientos, ganaderos, comunidades de vecinos o familias puedan reciclar sus residuos orgánicos para transformarlos en energía renovables (biogás) y fertilizante”. Fue una de las iniciativas que presentó con motivo de la celebración de la COP25 del Convenio de Cambio Climático el pasado mes de diciembre en Madrid.
Una de las patas de Miogas es ofrecerse como consultoría para asesorar en el “diseño, viabilidad, instalación y amortización de plantas de biogás para mejorar la gestión de residuos orgánicos, y para implementar el uso de biogás en empresas, cooperativas, comunidades de vecinos y particulares que quieran cambiar su modelo energético a uno más sostenible”.
Digestores con "diseño de cooperación"
Organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) siempre ha tenido muy claro que el desarrollo e implantación de microdigestores en comunidades locales de países en vías de desarrollo es esencial para lograr una independencia energética limpia, justa y sostenible.
Una de las fórmulas para conseguirlo también consiste en la edición de un manual por parte de la FAO. La Agencia Internacional de las Energías Renovables editó igualmente otro manual para el desarrollo de digestores modernos que eviten los problemas para la salud y el medio ambiente de otros sistema de generación de energía en países en desarrollo. De hecho, en la guía de Miogas tienen en cuenta los “diseños de cooperación” de dichos digestores.
Gas para cocinas, hornos y calderas, pero también para autoconsumo eléctrico
En España hay varias iniciativas, sobre todo asociadas a programas financiados por la Unión Europea, que desarrollan plantas a pequeña escala y modulares especialmente destinadas a granjas agrícolas y ganaderas y a la industria agro-alimentaria, además de a mercados centrales con gran producción de residuos orgánicos.
Desde biogás inciden también en que, aparte de suministrar energía para un fogón de cocina, el biogás se puede destinar igualmente a un horno de gas, un calentador de agua, una caldera de gas e incluso un generador de electricidad. Este último está vinculado incluso al autonconsumo. Hay que recordar que el real decreto que lo regula en España favorece el desarrollo de instalaciones de biogás a pequeña escala con una potencia inferior a cien kilovatios eléctricos.
En cuanto a los biodigestores que ya existen en el mercado, Miogas expone y recomienda el sistema diseñado y comercializado por HomeBiogas, que se presentó en 2015 como capaz de producir el equivalente a una hora de tiempo de cocinado a partir de un kilo de desperdicios orgánicos del hogar, y que ahora reparte unidades por catorce países de los cinco continentes.