Hace más o menos un año, el Ministerio de Desarrollo Económico de Italia sacaba a exposición pública un decreto ley que busca potenciar el desarrollo del biometano y otros biocombustibles avanzados principalmente en el transporte. La pasada semana la Comisión Europea dio luz verde al conocido como “decreto biometano” y a los 4.700 millones de euros de inversión que lleva aparejados, con ayudas públicas incluidas.
Fue la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, quien presentó y defendió la aprobación de estas ayudas, acordes con las normas de la UE, según se destaca en la nota de prensa de la CE. “La medida contribuirá a alcanzar los objetivos de la UE en materia de energía y cambio climático a la vez que limitará las distorsiones de la competencia”, subrayan.
Una prima para compensar los costos de producir biometano
Desde la CE resumen que “el plan italiano impulsa la producción y distribución de biocombustibles avanzados y biometano, también conocidos como de segunda y tercera generación, para su uso en el sector del transporte”. El plan tiene un presupuesto indicativo de 4.700 millones de euros que se ejecutará entre 2018 y 2022.
Como también explica la CE, “los productores de biometano y otros biocombustibles avanzados recibirán una prima que compense los costos más altos de producción y les permita competir con los combustibles fósiles en el sector del transporte”. Las primas aumentarán “si los productores también realizan inversiones para mejorar la distribución y licuefacción del biometano avanzado”.
El plan diseñado por el Gobierno italiano también incentivará a los agricultores para producir biocombustibles a partir de estiércol y otros residuos provenientes de sus actividades agrícolas, que a su vez emplearán en los depósitos de su maquinaria agrícola.
Financiación pública y de las empresas de distribución de combustibles
Igualmente, el comunicado de prensa de la CE especifica que el esquema que desarrolla el plan será financiado también por empresas minoristas del sector del combustible para transportes, que están obligados por ley a incluir un determinado porcentaje de biocarburantes avanzados en sus mezclas de combustible.
Desde el Consorzio Italiano Biogas (CIB) han recibido con gran satisfacción la decisión de la CE. “Es un resultado que premia los esfuerzos de todo el sector y que la cadena de biogás y biometano de origen agrícola esperaba desde hacía mucho tiempo”, afirma Piero Gattoni, presidente del CIB.
Según datos de 2016 extraídos del informe estadístico de la Asociación Europea de Biogás, Italia es el segundo país en producción de biogás con 1.555 plantas, de las cuales 1.200 son agroindustriales, datos que solo supera Alemania en el continente. Plantas de biometano solo cuenta con siete, pero la apuesta por su desarrollo se ve tanto en el decreto del Gobierno como en la creación a finales de 2017 de la Piattaforma Tecnologica Nazionale del Biometano.
Diez mil millones de metros cúbicos y 21.000 empleos para 2030
Desde el CIB añaden que la decisión de la CE llega pocos días después de celebrar su asamblea anual, en la que se presentaron algunas estimaciones sobre el potencial del biometano. “Italia podría alcanzar una producción de 10.000 millones de metros cúbicos para 2030, de los cuales al menos 8.000 serían de matriz agrícola, lo que representa el 15 por ciento de las necesidades anuales actuales de gas natural”, aseguran desde el CIB.
Otro datos expuestos durante la asamblea vinculados al biometano es que “el desarrollo de la cadena de suministro permitiría crear más de 21.000 empleos hasta 2030 y generar ingresos fiscales de 16.000 millones de euros y un impacto económico global de 85.800 millones, repartidos entre su uso para generar electricidad (17.7), como combustible en el transporte (15) y con su inyección en la red de gas (53.1).