“El gas necesario para la calefacción por suelo radiante, el agua caliente sanitaria y las cocinas se generará a partir de los residuos fecales de los ocupantes, que irán a parar a un depósito, a través del cual se iniciará el proceso de convertir dichos residuos en biogás mediante metanización”. Así explican los promotores, Meghan Sapp e Íñigo Arana, el sistema renovable con el que se abastecerán en gran parte dentro del caserío que construyen en Oskotz. Los ocupantes de esta instalación serán cuatro caballos y ocho personas.
Toda la energía que necesitará el complejo se generará a partir de fuentes renovables, ya que la electricidad provendrá de módulos solares fotovoltaicos ayudados de un minigenerador eólico que suman 10 kW, “superando ampliamente las necesidades de energía eléctrica de la vivienda”, precisan. Prevén que las instalaciones estén a pleno rendimiento en la primavera del próximo año, lo que permitirá que se convierta en "todo un referente mundial a nivel de autoabastecimiento energético, ya que será una isla energética sin necesidad de estar conectada a la red”.
Diseño propio y replicable
Meghan Sapp es gerente de la ingeniería Planet Energy, empresa que con un marcado carácter social diseña y construye “comunidades energéticas, y recuerda que "el sistema es de diseño propio y replicable tanto en zonas rurales como en comunidades de vecinos y edificios en las ciudades". También detallan que para la financiación cerraron un acuerdo con Triodos Bank que asciende a 400.000 euros e incluye la compra del terreno, la construcción de la vivienda y la instalación de todos los sistemas.
En agosto y septiembre se ha construido todo el exterior y a partir de octubre se iniciarán las obras del interior, incluido los sistemas energéticos. El caserío había permanecido abandonado durante sesenta años, por lo que se tuvo que derribar por seguridad. En su lugar se está levantando una vivienda unifamiliar que contará con una cuadra en la planta baja y la vivienda en la planta superior”. Sapp añade que “se va a crear un pequeño centro de interpretación del proyecto para poder mostrarlo a todo el que quiera conocerlo".
Más ejemplos de biogás con excrementos humanos
El proyecto cuentan con el apoyo del estudio de arquitectos 3T2D, que se encarga del diseño arquitectónico de la vivienda, y con la asesoría de sostenibilidad de Kursaal Green, dedicada a la optimización del diseño y materiales del edificio “para reducir notablemente su consumo energético, además de buscar alternativas ecológicas y económicas a los sistemas constructivos del proyecto”. Meghan Sapp explica que el pasado mes de junio comenzaron las obras de movimiento de tierras y para derruir el viejo edificio, cuyos escombros “se han reutilizado para acondicionar el terreno”.
En cuanto al aprovechamiento energético de los excrementos de personas para producir biogás, son varias las iniciativas que han emprendido ya este camino. La más reciente provenía de Bristol, con un autobús movido con biometano. Otras tienen que ver con proyectos impulsados por Ingenieros sin Fronteras en Tanzania, por Intervida en la India y por Suez Environnement en Francia, en este caso con los restos orgánicos de pañales de bebés usados.
