“La situación actual en el sector de la calefacción es preocupante”. Así califican en el informe estadístico de Bioenergy Europe sobre la biomasa térmica un panorama donde las fuentes energéticas para producir calor están dominadas por los combustibles fósiles y además, según una evaluación de la Comisión Europea sobre tecnologías de calefacción, el 27 por ciento de los aparatos se instalaron antes de 1992. Bioenergy Europe sube al sesenta por ciento la categoría de los que considera “viejos e ineficientes”
El informe detalla que “pesar de la importante proporción de equipos con biomasa utilizados en el sector residencial, este segmento todavía está dominado por los combustibles fósiles, produciendo más del 73,2 por ciento del calor en la UE27 en 2019”. Añaden que, además de avanzar en la descarbonización del sector, “es importante reemplazar las instalaciones de biomasa antiguas e ineficientes por sistemas modernos de biomasa altamente eficientes y con emisiones casi nulas”.
España, sin estar entre los parques más obsoletos de este tipo de equipos (el 31 por ciento se instaló antes de 1992), está por encima de la media y por debajo de países como Polonia (41 por ciento), Alemania, Austria y Bulgaria (36 por ciento). Los países con los equipos de calefacción más modernos son Croacia, Eslovaquia e Italia.
Finlandia siempre arriba
Según Bioenergy Europe, el cambio a equipos tecnológicamente más avanzados “no solo aumentará la eficiencia de los recursos, sino que mejorará la calidad del aire; por ejemplo, la cantidad de partículas finas emitidas por una vieja hoguera es equivalente a las emisiones de aproximadamente 278 equipos modernos, como las estufas de pélets. Para acelerar el despliegue de estos equipos más modernos, consideran “esencial aumentar la conciencia a nivel local y establecer esquemas de apoyo financiero”.
La emisión de partículas contaminantes procedente de la combustión de la biomasa es uno de los condicionantes que ponen en algunas zonas urbanas para impedir su implantación. Diversos estudios coinciden en que con biocombustibles de calidad certificados y equipos modernos de combustión dichas emisiones se reducen al máximo. Finlandia, uno de los países con mayor desarrollo de la biomasa, en uno de los pocos países europeos que registra concentraciones de partículas finas por debajo de los valores guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el trabajo de Bioenergy Europe se constata que Finlandia, junto a Suecia y Letonia, son los únicos países de la Unión Europea con un porcentaje superior al cincuenta por ciento en la participación de la biomasa térmica en el consumo total de energía para calefacción y refrigeración. España, sin embargo, con un quince por ciento, se sitúa en el puesto diecinueve, aunque es la séptima en consumo total de biomasa térmica, con 4.350 kilo-toneladas equivalentes de petróleo (ktep).
Más biomasa con redes de calor e impuestos al carbono
La explicación a estas diferencias, según el informe, está en que los Estados miembros con una mayor proporción de consumo de biomasa térmica son aquellos que cuentan con un sistema de redes de calor (o district heating) más desarrollado (instalaciones de más de veinte megavatios) o que han introducido impuestos sobre el carbono, como Suecia, Finlandia y Alemania.
El resto de los datos subrayan lo que informes estadísticos anteriores de Bioenergy Europe y otras fuentes,como EurObserv’ER o Eurostat, constatan año a año. En 2019, aunque las renovables aportaron a la generación de calor en la UE27 un escaso 22,1 por ciento, la biomasa representó el 85 por ciento entre las fuentes más sostenibles, permitiendo una reducción de emisiones de aproximadamente 160 millones de toneladas de CO2 equivalente.
La biomasa térmica se estanca en los hogares
Aunque el informe de Bioenergy Europe subraya que el consumo de biomasa térmica ha crecido a un ritmos del tres por ciento cada año desde 2000, el sector más importante, el residencial, lleva años estancado. Las cifras actuales de este último sector (41.527 tep) son casi idénticas a las de 2009, lo que se explica principalmente por la sucesión de inviernos más suaves de los últimos años.
En el resto de los sectores, la industria (22.470 ktep) sí mantiene un ligero aumento continuo, que es más pronunciado en el caso de lo que Bioenergy Europe denomina el calor derivado (15.371 ktep), proporcionado por redes de calor y plantas de cogeneración. De nuevo se aprecia otro estancamiento en el sector comercial y de servicios (3.986 ktep) y en otros sectores (2.856 ktep).
Soluciones en el Fondo Social para el Clima del Fit for 55
Para superar algunos de los obstáculos que impiden que la biomasa térmica alcance mayores cotas de implantación, Bioenergy Europe confía en la aprobación definitiva del paquete legislativo Fit for 55. De entrada, dicho paquete es más exigente con los criterios de sostenibilidad de la biomasa, pero el sector ve que contiene propuestas, como el Fondo Social para el Clima, que pueden satisfacer sus demandas.
El fondo tiene el cometido de facilitar financiación específica a los Estados miembros para ayudar a los ciudadanos a afrontar inversiones en eficiencia energética, nuevos sistemas de calefacción y refrigeración y una movilidad más limpia. Bionergy Europe lo entiende como clave para sustituir ese sesenta por ciento de equipos de biomasa térmica “viejos e ineficientes”.