Las redes de calor con biomasa, especialmente aquellas que abastecen de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS) a diferentes edificios en tipología y orientación, deben extremar al máximo el consumo eficiente de energía. Aparte de las consideraciones técnicas en la construcción, como el aislamiento de las tuberías de ida y de retorno o las subestaciones de intercambio de energía, es básico el mantenimiento adecuado y continuado en el tiempo de la instalación.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética y Veolia, operadora de siete redes de climatización en España con biomasa (una de ellas de trigeneración, en Burgos), ha querido destacar el trabajo que realiza en este apartado del mantenimiento con el seguimiento remoto de sus instalaciones. En concreto, ha puesto el ejemplo de la red de calor de Móstoles, donde “se reduce un veinte por ciento el coste de agua caliente y calefacción garantizando el confort de los vecinos”.
Pensada para dar servicio a 6.500 viviendas de esta localidad madrileña, en la actualidad llega a 3.532 y su denominado Hubgrade se convierte en vigilante de esta y el resto de redes con biomasa. En este centro de control de la eficiencia energética de Veolia, “los expertos de la compañía pueden optimizar el consumo energético de las instalaciones y garantizar tanto las condiciones de confort, como un menor impacto ambiental”.
Anticiparse a cualquier incidencia antes de que la perciba el usuario
Añaden desde Veolia que “el Hubgrade permite detectar cualquier anomalía con antelación y corregirla de forma remota o enviar un aviso al técnico correspondiente. De este modo, se anticipa y trata de resolver cualquier posible incidencia antes incluso de que la perciba el usuario. Los vecinos, además, pueden consultar todos los datos a través de una aplicación”.
Enrique Martín, ingeniero de estudios y eficiencia en Veolia España, participó en el XI Congreso Internacional de Bioenergía titulado Bioenergía 4.0: retos y oportunidades organizado por Expobiomasa en su edición de 2017. Aquí definió a un sistema de control inteligente como “el que es capaz de ser altamente adaptable ante un conjunto de cambios significantes esperados o no en el sistema, para lo cual debe tener un alto grado de autonomía y ser capaz de operar sistemas complejos”.
Tres puntos clave: generación, distribución y almacenamiento y consumo
En la caso de las redes de calor diferenció tres puntos clave: generación, para controlar la gestión de la trasformación de energía química del combustible en energía térmica del fluido en las condiciones requeridas por el sistema; distribución y almacenamiento:, para controlar la gestión energética necesaria para ofrecer la energía térmica que requerimos en el momento deseado, evitando inestabilidades en el sistema; y consumo, para controlar la cesión de energía en los puntos de consumo, ya sean estos circuitos de calefacción, serpentines de vapor para proceso, tanques de ACS, etcétera.
Martín incidió en que “en instalaciones de biomasa es crítico asegurar un nivel térmico mínimo en los retornos”. También apuntó que “una inercia bien controlada permitirá adaptarse mucho mejor a las demandas puntas (posibilidad de sistemas auxiliares)” y que “controlar las temperaturas y caudales de impulsión en los consumos nos puede ofrecer grandes ahorros energéticos”.
En 2019 este sistema Hupgrade recibió uno de los galardones internacionales de los SEAL Business Sustainability Awards “por brindar información remota en tiempo real sobre los sistemas de administración de servicios públicos. Estos conocimientos, respaldados por analistas que monitorean decenas de miles de dispositivos conectados, permiten soluciones flexibles para satisfacer los requisitos de rendimiento particulares de grandes edificios, campus industriales y otras entidades públicas y privadas”.
Asegurar la estabilidad de las temperaturas
Otra importante empresa de diseño, construcción y gestión de redes de calor con biomasa en España, Recursos de la Biomasa (Rebi), cuenta con este tipo de sistemas para alcanzar la misma eficiencia. Ponen como ejemplo la red de Aranda de Duero (Burgos), hibridada con una planta de generación de gas-vapor. En ella, un sistema de control automatizado que permite la gestión remota regula la capacidad de intercambio que asegura la estabilidad de las temperaturas y el rendimiento de la subestación.
El fabricante de las algunas de las calderas que se instalan en estas redes, Termosun, recuerda que “gracias a la tecnología 4.0 aplicada a las calderas de biomasa, es posible controlar fácilmente el estado de la instalación en todo momento, lo que permite optimizar el rendimiento del sistema, además de una reacción rápida en caso de avería u otro tipo de problema”.