Las cifras varían entre las dadas por la propia OACI durante la conferencia sobre aviación y combustibles alternativos celebrada en octubre de 2017 en Ciudad de México y las que aporta ahora la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), en sus siglas en inglés). La primera afirmaba que en 2017 se alcanzaron los 40.000 vuelos con biocarburantes; la segunda habla de 100.000.
La diferencia es sustancial, pero también el incremento de unos vuelos que comenzaron hace tan solo diez años. El 24 de febrero de 2008 Virgin Atlantic fletó el primer avión comercial en pruebas, un Boeing 747 entre Londres a Amsterdam, con biocarburantes en sus motores, o, como les llaman desde la IATA, “combustibles de aviación sostenibles” (SAF en sus siglas en inglés).
Todos los vuelos con biocarburantes desde Los Ángeles, Estocolmo, Oslo y Bergen
Ahora, algunos de esos vuelos se pueden seguir al segundo gracias al mapa que ha desarrollado la OACI. En él se aprecian todos los vuelos con biocarburantes que parten de cuatro aeropuertos: Los Ángeles, Estocolmo y Oslo y Bergen, ambos en Noruega. Es fácil comprobar cómo, al mismo tiempo, sobrevuelan el espacio aéreo más de setenta aviones.
Aunque las informaciones sobre los vuelos no ofrecen el tipo ni el porcentaje de biocarburantes que lleva cada aeronave, sí hay detalles sobre el nombre de la compañía, el número de vuelo, los aeropuertos de salida y destino, el tipo de avión y el horario.
IATA reclama más medidas para llegar a mil millones de pasajeros movidos con biocarburantes
Con motivo del décimo aniversario del primer vuelo con biocarburantes mencionado, la IATA sacó una nota de prensa en la que se fijaba como objetivo “llegar a 2025 con mil millones de pasajeros transportados en vuelos propulsados con una mezcla de combustible convencionales y combustible de aviación sostenible (SAF)”
Pero, según la propia IATA, si no se establecen mecanismos de ayuda e impulso a los vuelos con biocarburantes, estos solo alcanzarán a transportar a 500 millones de pasajeros en 2025.
Entre esos mecanismos, la IATA reclama un sistema de incentivos iguales o mayores a los que goza el transporte por carretera que usa biocarburantes. También aboga por lograr mayores garantías de préstamos y subvenciones a la producción, apoyo a las plantas de demostración e I+D de la cadena de suministro y políticas coordinadas entre los sectores del transporte y la energía.
Demasiados vuelos y pocos biocarburantes
De cara a ese notable incremento del uso de biocarburantes, Alexandre de Juniac, director general de la IATA, afirma que "la industria de las aerolíneas es clara, unívoca e inflexible en cuanto a que nunca usaremos un combustible sostenible (sic) que altere el equilibrio ecológico del planeta o agote sus recursos naturales".
No obstante, en más de una ocasión, desde diversas ONG, lo que se cuestiona esencialmente es el preocupante e insostenible aumento del número de vuelos. A finales del año pasado Finance Trade Watch publicó el informe The Illusion of Green Flying, en el que advierte de que el número de aviones en el aire puede doblarse en veinte años y que en 2025 solo el dos por ciento del combustible se cubrirá con biocarburantes.