Según la estadística mensual de consumo de fertilizantes no orgánicos en la agricultura que elabora el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con datos aportados principalmente por la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes, en 2017 se consumieron algo más de dos millones de toneladas para uso agrícola. Por su parte, el grupo Fertiberia, principal fabricante, eleva el consumo global (parques y jardines públicos y privados, instalaciones deportivas, etcétera) a cinco millones.
A punto de concluir el proyecto LIFE In Brief, una de sus conclusiones la acaba de dar a conocer el socio coordinador del mismo, el instituto tecnológico Aidimme, al asegurar que “las 300 plantas de biogás instaladas en España podrían generar 2,7 millones de toneladas anuales de fertilizantes orgánicos mediante el tratamiento propuesto en el proyecto”.
La iniciativa, encuadrada en el programa LIFE de la Unión Europea, plantea “un nuevo modelo integrado de gestión de bio-residuos y lodos de depuración para su transformación en energía renovable y fertilizantes de alto valor añadido para uso agrícola y urbano”.
Toda la agricultura y la mitad del consumo general
Es decir, con el potencial dado a conocer por Aidimme se podría cubrir toda la demanda de fertilizantes de la agricultura y la mitad del consumo global en España, con una diferencia importante: “es un nuevo modelo de negocio para estas instalaciones (plantas de biogás) que minimiza el consumo de los fertilizantes de origen fósiles, favorece la reducción de la huella de carbono y aporta tecnología en procesos para la integración y fortalecimiento de la economía circular”.
Ricardo Saiz, portavoz de Aidimme, explica a Energías Renovables que los cálculos integran “el volumen de materia y el fertilizante que se podría obtener de todas las plantas con una estimación planteada en el proyecto que contempla el ingreso de cien toneladas diarias por cada una, calculando un funcionamiento de unas 7.500 horas/año y en base a la obtención de 250 kilos de fertilizante por tonelada”.
Proceso de transformación físico-química de los residuos
Gracias al LIFE In Brief se ha desarrollado un proceso de transformación físico-química de estos residuos para disminuir el impacto ambiental y convertirlos en productos fertilizantes de carácter ecológico. Desde Aidimme aseguran que “dichos fertilizantes han sido testados tanto en cultivos agrícolas como en césped de zonas urbanas y de ocio, alcanzando el éxito perseguido”.
En concreto señalan desde este centro tecnológico que “las mediciones y analíticas sobre la brotación, vigor, hojas, tierra, agua y otros factores han conseguido la validación agronómica”. Inciden también en que “el uso de estos abonos reduciría el consumo de otros productos minerales convencionales de origen no renovable”.
El establecimiento de criterios de selección de las entradas de residuos para optimizar la producción fertilizantes y energía se ha puesto en práctica principalmente en la instalación que ha acogido el proyecto, la planta de biogás agroindustrial de La Vall d’Uixó (Castellón), “cuya producción energética se ha visto mejorada con el desarrollo del proyecto”, aseguran en Aidimme.
La buena relación entre el LIFE y el biogás
Dicha instalación fue ejecutada por Ludan Renewable Energy, que es otro de los socios de LIFE In Brief, donde también participan Forners Redes de Aguas y Servicios, Compo Experts y Aema Servicios Energéticos. El proyecto, de nombre completo Integrated business model for turning bio-waste and sewage sludge into renewable energy and agri-urban fertilizers, culmina el 31 de marzo tras más de tres años de andadura y una inversión de casi 1,3 millones de euros, de los cuales la UE aporta 710.000.
En las últimas convocatorias de los proyectos LIFE han sido varios los aprobados en torno al biogás y el uso de los fertilizantes derivados de la digestión anaerobia. A la par, otros programas de investigación e incluso la iniciativa privada avanzan desde hace años en la comercialización de estos “digestatos”.